José Luis Rey, socio director de Deloitte, evaluó que los bancos -en particular los privados- “están con una gran solvencia, con una gran solidez, con liquidez y con crecimiento en cuanto al volumen de negocios”. En diálogo con CRÓNICAS, el ejecutivo explicó que dicho incremento radica en una mayor capacidad de inversión, pero que no se pudo trasladar a dar nuevos créditos para proyectos o emprendimientos debido al contexto de pandemia.
El volumen de negocios -es decir, créditos otorgados al sector no financiero sumado a los depósitos recibidos de dicho sector- de los bancos privados creció casi 19% en términos nominales en la primera mitad del año. No obstante, ese crecimiento se compone de un aumento de depósitos de clientes de 25%, mientras que el crecimiento de los créditos fue sólo 8,6%, de acuerdo con un informe elaborado por la consultora Deloitte.
Según el documento, al finalizar el mes de junio, la información publicada por la Superintendencia de Instituciones Financieras continuó manteniendo solidez en la solvencia impulsada por los buenos resultados. A pesar de ello, el alza de la morosidad obliga a profundizar la evaluación como paso previo a otorgar nuevos financiamientos.
En diálogo con CRÓNICAS, José Luis Rey, socio director de la firma, explicó cómo se vio impactado el sector financiero privado por la llegada de la pandemia.
A su entender, los bancos contribuyeron a poder solventar la situación de la pandemia gracias a su capacidad de alargar los plazos de los créditos de los clientes, “amparados también en el cambio de normativa bancocentralista, lo que alivió la situación” provocada por el Covid-19. En este sentido, el experto reconoció que esta crisis es diferente a otras vividas previamente, de carácter financiero o económico; por ello, los bancos -en particular los privados- también se ven posicionados ante una realidad distinta.
“Están con una gran solvencia, con una gran solidez, con liquidez, y con crecimiento en cuanto al volumen de negocios”, analizó Rey.
A su vez, el incremento del volumen de negocios del primer semestre determina una mayor capacidad de inversión por parte de las entidades financieras. Además, la pandemia provocó que la mayor inversión no fuera dirigida a dar nuevos créditos para proyectos o emprendimientos incipientes.
Así, parte de esa mayor liquidez que tienen los bancos se volcó en inversiones en títulos de deuda, detalló el socio director de Deloitte.
Por otro lado, según la información recabada por la consultora, el crecimiento de depósitos en moneda extranjera (22%) duplicó el alza de los depósitos en moneda nacional (11%) en el período enero-junio. Según añadió Rey, esta realidad “está atada” también a un análisis de lo que pasó con la apreciación del dólar, y “una protección a ir acompañado el derecho sobre sus depósitos con la variación” de esa moneda.
Esta lógica, “desde el punto de vista del razonamiento de los clientes, parece algo natural”, argumentó.
Bien parados
Asimismo, de cara al segundo semestre, Rey sostuvo que la liquidez que tienen las instituciones financieras, acompañada de su fortaleza en cuanto a su solvencia patrimonial, permiten que el sistema financiero sea un motor para reactivar la economía “en la medida que transitemos hacia una situación mejor respecto a la pandemia”.
Esto conlleva a que el sistema financiero también estará alerta a analizar riesgos, profundizó Rey. “Va a estar atento a examinar la viabilidad de proyectos, analizar el riesgo-beneficio de los que se presenten a los efectos de poder apostar por eso o no”, afirmó.
“Lo importante es, mirando hacia adelante, poder ser optimistas a la hora de una recuperación económica y que el sistema financiero está sólido como para poder acompañar esa salida”, concluyó el experto.
Los números
En los créditos otorgados a clientes, Heritage (22%), HSBC (15%), Santander (10%), Itaú (9%), Banco Nación (8%) y BBVA (7%) fueron los bancos que tuvieron los mayores crecimientos nominales, de acuerdo con el informe.
En tanto, en lo que respecta a depósitos captados de clientes, Heritage (49%), HSBC (29%), Santander (27%), Itaú (27%) y BBVA (26%) tuvieron los crecimientos nominales más altos.
Por otro lado, el crecimiento más lento de los créditos se direccionó a un aumento de la liquidez. Los bancos privados aumentaron su ratio de liquidez a 30 días y a 91 días, ubicándose en 63% y 65% respectivamente, alineándose al menor crecimiento de los créditos a clientes frente a los depósitos de estos.
La morosidad continuó al alza en los primeros seis meses del año. La evolución en el cargo neto de constitución de previsiones en términos reales representó el 16,7% del margen financiero bruto, mientras que para todo el año pasado fue del 14,7%. En cuanto al patrimonio de la totalidad de los bancos privados, creció 15% en términos nominales entre enero y junio, cuando en todo 2019 había sido un alza de 12% nominal.
Por último, las ganancias totales para el primer semestre del 2020 fueron de US$ 230 millones, mientras que en el mismo período del año previo fue de US$ 195 millones. Esto significó un incremento de 18% en las utilidades netas -antes de impuestos- de los bancos privados.