Uruguay busca avanzar en la producción de hidrógeno verde, porque representa un “resultado natural” de su matriz energética, basada fuertemente en energías renovables y con capacidad de aumentar su potencial, explicó el ministro de Industria, Omar Paganini durante el evento internacional Hydrogen Americas Summit with Latin America Focus. “Estamos trabajando en crear las condiciones para el desarrollo de estos mercados, delineando nuestra estrategia para desarrollar la demanda local y las exportaciones”, detalló.
La exposición de Paganini se desarrolló de forma virtual, y allí remarcó que “no hay duda de que el hidrógeno tendrá un papel muy importante en la descarbonización mundial, y Latinoamérica tiene la oportunidad de sumarse”.
El hidrógeno es el primer elemento de la tabla periódica. Es el elemento químico más ligero, su átomo está formado por un protón y un electrón y es estable en forma de molécula diatómica. Actualmente el 99% se produce a partir de combustibles fósiles generando emisiones de efecto invernadero en el proceso. El hidrógeno verde es aquel que se produce sin la participación de combustibles fósiles, ya que se realiza únicamente a partir de energías renovables, por lo que no genera emisiones de gases de efecto invernadero.
“No hay duda de que el hidrógeno tendrá un papel muy importante en la descarbonización mundial, y Latinoamérica tiene la oportunidad de sumarse”
Paganini dijo que Uruguay no cuenta con un mercado de hidrógeno (la excepción es Ancap, que consume hidrógeno derivado de su propio proceso de refinación) y no posee fuentes energéticas fósiles propias, por lo que está interesado en la producción de hidrógeno verde, es decir, derivado de fuentes renovables. Esta decisión “es el resultado natural de su destacable transformación energética”, indicó.
“Como resultado de la política energética y de los diferentes instrumentos desarrollados por el país para promover inversiones privadas, Uruguay genera hoy el 97% de su electricidad a partir de fuentes renovables”, dijo Paganini. De este total (promedio de los últimos cuatro años), el 50% corresponde a energía hidroeléctrica, el 30% a energía eólica, el 15% a biomasa y el 3% a solar.Actualmente, la matriz uruguaya se compone en un 63% de fuentes renovables y 37% de origen fósil, a diferencia de lo que ocurría a comienzos de siglo. Actualmente, Uruguay adquirió un nuevo rol en la región, al dejar de ser un importador de energía y transformarse en un exportador neto. “Desde 2013 Uruguay ha mantenido esta condición, sin interrupciones”, explicó. En 2019 nuestro país exportó 3 TWh a Brasil y Argentina, con un precio promedio de 28,7 US$/MWh. En 2020, la cifra fue de 1 TWh.
“Pero nuestro potencial de energías renovables es realmente más grande”, precisó el ministro. Argumentó que hoy Uruguay tiene instalado 1,5 GW de energía eólica, cuando su potencial es de 30 GW onshore y de más de 250 GW offshore. En cuanto a la energía solar, hoy la capacidad instalada “es pequeña, de menos de medio GW, pero el potencial es de cerca de 450 GW”.
Paganini también resaltó la complementariedad que existe en Uruguay entre la energía solar y la eólica, lo que permite “muy buenas condiciones para electrolizar, lo que baja los costos de la producción de hidrógeno verde”.
Las autoridades prevén que para 2030 el precio de producción de hidrógeno verde esté cercano a los 1,8 US$/kg en planta, y sea levemente superior a los 3 US$/kg en Europa, “dependiendo del carrier”.
Sin embargo, más allá del potencial exportador, “creemos que hay un mercado local interesante para desarrollar, pensando a mediano y largo plazo”, añadió el jerarca. Este mercado local incluye la sustitución de diésel en el transporte de carga, sustitución de importación de fertilizantes, y como combustible para embarcaciones.
“Estamos trabajando en crear las condiciones para el desarrollo de estos mercados, delineando nuestra estrategia para desarrollar la demanda local y las exportaciones”, añadió.