Arturo Porzecanski: “Veo por el parabrisas un panorama desafiante, sobre todo para los países con escasos recursos”

Países de América del Sur se verán beneficiados por los altos precios internacionales

“La pandemia no terminó, sigue en constante evolución con países en diversas etapas, pero no deberíamos esperar el mismo tipo de paralizaciones que vimos en 2020”, aventuró el profesor de Economía, Arturo Porzecanski, para quien los países de menores recursos serán los que afrontarán “los escenarios más desafiantes”. En cuanto a la invasión rusa a Ucrania, opinó que “es trascendental” para la geopolítica internacional porque incluye un “muy poco tradicional intento de invasión territorial” y “demuestra que Rusia no tiene vergüenza en comportarse de manera atroz, aún ante los ojos del mundo”.

La Academia Nacional de Economía organizó la charla “Reflexiones sobre el mundo post-pandemia y post-invasión de Ucrania”, que tuvo como disertante a Arturo Porzecanski, economista e investigador del Centro de Estudios Latinoamericanos de la American University. Sin embargo, casi contradiciendo el nombre del evento, comenzó aclarando que “la pandemia no terminó”. Explicó que los países están en diversas etapas sanitarias, y que si bien dos tercios de la población mundial cuentan con al menos una dosis de la vacuna, los porcentajes oscilan mucho entre región. Mientras los países de alto ingreso tienen un nivel de vacunación superior al 80%, en África el promedio es 15%.

Tampoco terminó la pandemia porque el virus “está en constante evolución”, la variante ómicron demostró ser mucho más contagiosa, y se están registrando casos de segunda o tercera reinfección (incluso en personas vacunadas), lo que “es preocupante”. “La llamada inmunidad de rebaño, que muchas sociedades deberían haber adquirido, resultó inalcanzable en la práctica”, sentenció.

Sin embargo, aclaró que “el covid 2022 no es el covid 2020”. Porzecanski argumentó que “estamos mejor que un año atrás” gracias a las vacunas, las pastillas antivirales y los mejores tratamientos, que permiten que los hospitales “no estén colapsados como al principio”.

En ese sentido, señaló que estamos frente a “un mundo no tan paralizado como estuvo en 2020”. Ello implica que los países no deberían cerrar sus fronteras, las empresas deberían seguir trabajando y las escuelas funcionando.

El economista advirtió que la pobreza y las desigualdades han aumentado, en una tendencia que “no se va a revertir por sí sola”, y que “puede contribuir a una mayor tensión social”. En su opinión, los países de menores recursos quedarán condenados a un desempeño educativo y posteriormente laboral, inferior al que hubiesen tenido sin la pandemia.

También alertó que la reducción de la recaudación y el aumento del gasto público derivaron en una suba de los déficits y aumentos de la deuda pública, una tendencia que tiene que revertirse para evitar una crisis de confianza.

“Lo que veo por el parabrisas es un panorama bastante desafiante sobre todo para los países con escasos recursos”, agregó.

Mundo post invasión

Haciendo un breve repaso histórico, Porzecanski valoró que en los últimos años los límites de los estados nacionales no han tenido grandes transformaciones, y que la mayoría de los conflictos bélicos tienen un carácter independentista o de guerra civil, pero no de invasión que modifique los límites nacionales. 

En ese sentido, valoró que una razón por la que debería preocuparnos la invasión rusa es que “pone en duda” uno de los derechos internacionales fundamentales, que es la integridad territorial. Pero también debe preocuparnos “la manera” cómo se ha dado la invasión, “atacando directamente a la población civil”, algo que Porzcanski no dudó en calificar de cobarde e ilegal.

“La invasión de Ucrania es trascendental porque incluye un muy poco tradicional intento de invasión territorial. Demuestra que Rusia no tiene vergüenza en comportarse de manera atroz aún ante los ojos del mundo”, agregó.

Al entender del académico, si Rusia hubiese tenido éxito anexando a Ucrania, China podría haber intentado hacer lo propio con Taiwán, lo que hubiese obligado a EEUU a “demostrar enseguida que Taiwán no estaba en liquidación”. En ese sentido, reflexionó que el gran apoyo financiero a Ucrania dado por países como EEUU, Reino Unido, Canadá, Japón, Corea del Sur, entre otros (que tienen intereses en Asia), “ha servido para matar dos pájaros de un tiro”.

Respecto a los impactos económicos de mediano plazo sobre América Latina, Porzecanski estimó que “van a ser mixtos”. Muchos países de América del Sur que exportan los mismos productos que Rusia y Ucrania (cereales,  oleaginosos, hierro, acero, petróleo y gas) se verán beneficiados por los altos precios internacionales. Sin embargo, en América Central y el Caribe los países son mayormente importadores de estas materias primas, por lo que “están siendo perjudicados y tienen pocas perspectivas favorables para el año que viene”.


“La Fed se quedó dormida al volante con el pie en el acelerador”

En su intervención, Porzecanski evaluó que los elevados impulsos fiscales aplicados en países como EEUU, Canadá, Australia, y otros, para atender el impacto de la pandemia fueron exagerados. “Estimularon de más el consumo, la inversión y la demanda de activos financieros y bienes raíces, cuando la oferta de bienes y servicios no se había normalizado. Por ende, la inflación se disparó el año pasado y está fuera de control”, reflexionó el economista.

En este escenario, la invasión a Ucrania y las sanciones sobre Rusia le “han echado más flama” a los precios internacionales, lo que sumado a la interrupción de la cadena de suministros, han creado inseguridad alimentaria y energética.

Porzecanski también cuestionó que el endurecimiento monetario no haya tenido lugar en los principales bancos centrales del mundo, que son los que pueden bajar la inflación global. “La Fed se quedó dormida al volante con el pie en el acelerador”, comentó.