La confianza del consumidor volvió a caer en noviembre manteniéndose en la zona de “moderado pesimismo”, debido al deterioro de los dos subíndices de expectativas sobre la percepción económica (personal y del país), según el informe elaborado por la Cátedra Sura de Confianza Económica de la Universidad Católica y Equipos consultores. La desmejora de las expectativas económicas posiblemente esté asociada al aumento de contagios de covid-19 y la perspectiva de mayores restricciones.
La confianza del consumidor registró una nueva caída en noviembre, de 0,2 puntos, que se suma a la contracción que había registrado en octubre (-1,3%), que había sido la mayor baja del índice desde la registrada por el shock del covid-19 en marzo (-9 puntos). El índice de Confianza al Consumidor (ICC) cerró así con un puntaje de 46 en noviembre, ubicándose por noveno mes consecutivo en la zona de “moderado pesimismo”.
Comparado en términos interanuales, la confianza del consumidor está cuatro puntos debajo del registro de noviembre de 2019, mientras que considerando el promedio acumulado del año, la situación se modera levemente, pero igualmente es peor en 1,6 puntos respecto a enero-noviembre de 2019. “Por lo tanto, la confianza del consumidor es menor en 2020 que en 2019 tanto en la comparación mes a mes, como en los promedios”, señala el informe.
Subíndices
El deterioro de la confianza de noviembre se da por la caída de dos de los tres subíndices que lo componen (percepción sobre la situación económica personal y del país), lo que –al igual que lo observado en octubre- puede deberse a la desmejora de la situación sanitaria en el país. “Esta situación puede haber sido una de las principales causas en el cambio de las expectativas de los consumidores que pueden estar temiendo la posibilidad de un nuevo cierre de actividades, lo que tendría un impacto directo en el ingreso de las personas y en la economía del país”, señala el informe.
La percepción sobre la Situación Económica Personal, descendió por tercer mes consecutivo (-0,4, -1,4, -2,2), incrementándose las caídas mes a mes. Dentro de sus componentes (situación económica personal actual y a un año), se presentó una mayor caída en la situación económica actual (-3,3) respecto a la situación a un año (-1), mostrando que la población es más pesimista con la situación actual que con las expectativas a futuro.
La Situación Económica del País descendió 2,8 puntos, y los dos componentes que lo conforman (situación económica del país a un año y a tres años mostraron caídas en las expectativas, de 4 y 1,6, respectivamente. Al igual que en la situación económica personal, la expectativa a mayor plazo es menos pesimista, lo que puede deberse a la espera de una recuperación a más de un año.
Por último, la Predisposición a la compra de bienes durables aumentó 4,3 puntos, registrando el puntaje más alto desde que se registró el shock del covid-19 (26,9 puntos en noviembre vs 30,9 en febrero). “Esto podría estar indicando un cambio en las preferencias de uso del ingreso disponible del consumidor, que pueden estar influenciadas por una mayor permanencia en los hogares y la existencia de trabas (días de cuarentena, costo de tests, etc.) que desestimulan viajar al exterior. Como consecuencia, el consumidor podría estar comenzando a destinar una mayor proporción del ingreso a bienes durables como electrodomésticos o mejora de vivienda, que le brindan mejor calidad de vida”, señala el informe.