Aunque se daba por hecho que el Banco Central Europeo (BCE) incrementaría nuevamente la tasa de interés en su reunión de setiembre, un miembro del ala más dura de la entidad puso en duda que ello ocurra. El holandés Klass Knot dijo que es “imposible decir” cómo votar tras la reunión de julio, ya que dependerá de la evolución de algunos datos claves. “Hasta ahora hemos estado preocupados principalmente por el riesgo de persistencia de la inflación. (…) Pero, por supuesto, es cierto que cuantas más subas se produzcan, este equilibrio de riesgos está cambiando gradualmente y también hay que prestar más atención a los riesgos de quizás hacer demasiado”, comentó.
La última reunión del Consejo de Gobierno del BCE dejó un mensaje claro: el endurecimiento de la política monetaria posiblemente deba prolongarse más allá de la próxima reunión de finales julio. La propia presidenta del BCE, Christine Lagarde, se refirió en su participación en el foro de Sintra (Portugal) a finales de junio, que era improbable que el ciclo de aumentos en la tasa de interés hubiese tocado techo, y que era cada vez más factible que se concretara un nuevo aumento en setiembre (ver CRÓNICAS del 30/06/2023).
Sin embargo, algo parece haber cambiado a la interna de la entidad.
El holandés Klass Knot, un “gran halcón” (como se conoce a quienes proponen una política monetaria más restrictiva) integrante del Consejo, sorprendió al refutar las apuestas a favor de un incremento de tasas en setiembre, asegurando que dicha suba no está garantizada. “Para julio creo que es una necesidad, para cualquier cosa más allá de julio sería como mucho una posibilidad, pero de ninguna manera una certeza”, declaró en una entrevista a la agencia Bloomberg. A su entender, luego de la reunión de la próxima semana, se deberá “observar cuidadosamente lo que nos dicen los datos sobre la distribución de riesgos en torno al escenario base”.
Las declaraciones de Knot marcan un cambio de tono importante en las afirmaciones que venía realizando el BCE, en línea también con lo expresado en Sintra por las autoridades de la Reserva Federal (Fed) estadounidense y del Banco de Inglaterra. De esta forma, el BCE podría establecer una primera pausa en el ciclo ininterrumpido de 12 meses de aumentos de tasas consecutivos.
En dos semanas se conocerá el dato de inflación de julio, pero el dato del IPC en EEUU divulgado la semana pasada, más bajo de lo esperado, parece estar influyendo al otro lado del Atlántico.
Haciéndose eco de los comentarios de otro destacado halcón, Joachim Nagel, jefe del Bundesbank alemán, Knot subrayó que es “imposible decir” cómo votar después de la próxima semana, ya que aún quedan muchos datos relevantes por llegar. “Hasta ahora hemos estado preocupados principalmente por el riesgo de persistencia de la inflación. (…) Pero, por supuesto, es cierto que cuantas más subas se produzcan, por así decirlo, este equilibrio de riesgos está cambiando gradualmente y también hay que prestar más atención a los riesgos de quizás hacer demasiado”, comentó.
El funcionario holandés reconoció que la inflación subyacente parece haberse estabilizado, pero agregó que le gustaría “ver pruebas un poco más decisivas” de que esa baja se consolide efectivamente.
Las declaraciones de Knot indican que las expectativas del mercado y de los analistas de dos subas de 25 puntos básicos en las tasas, podrían ser exageradas.