El impacto del covid-19 en el comercio internacional fue “muy fuerte, pero menor a lo que se esperaba inicialmente”, mientras que la recuperación de los precios internacionales de los commodities constituye una “buena señal” pensando en el 2021, según analizó la ministra de Economía, Azucena Arbeleche. A su entender, “Uruguay parte de una situación de vulnerabilidad comercial importante”, ya que “el 63% de las ventas al exterior lo hace pagando algún tipo de arancel, cuando en el caso de nuestros competidores es muchísimo menos, tendiendo a cero, como es el caso de Australia, Nueva Zelanda o Chile”.
La Unión de Exportadores (UEU) y el Banco República celebraron el pasado viernes 18 de diciembre el “Día del Exportador” a través de un evento virtual que contó con la disertación de La ministra Azucena Arbeleche y del viceministro de Comercio Exterior y Asuntos Internacionales del Ministerio de Economía de Brasil, Roberto Fendt.
En dicha instancia, Arbeleche realizó un resumen de las acciones llevadas adelante por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) desde que asumió su titularidad el 1º de marzo, y que quedará “marcado en la historia” por el impacto de la pandemia en el plano sanitario, económico y social.
Destacó que su cartera respondió poniendo a disposición todos los recursos que se requirieron para hacer frente a la pandemia, preparando al sistema sanitario, ampliando la cobertura social, poniendo en foco en las situaciones extraordinarias y en los sectores más vulnerables.
En materia económica, recordó las medidas para atender a los sectores afectados, haciendo foco en los trabajadores y en las empresas más vulnerables. Según estimaciones del MEF, el gasto social asociado a la pandemia ascenderá a unos US$ 770 millones, principalmente destinados a la cobertura social a través del Mides, el seguro de desempleo y la resignación de aportes a la seguridad social.
Pese al impacto de la pandemia, subrayó que “los motores de la economía han seguido funcionando” y así lo reflejan los datos del tercer trimestre (ver CRÓNICAS del 18 de diciembre, Pág. 13). De todas formas, dijo que la economía estuvo “prácticamente estancada desde el 2017”, previo al covid, y que como consecuencia de la pandemia la caída de 2020 estaría cercana al 4,5%.
Comercio
En materia de comercio exterior, la ministra de Economía explicó que la pandemia tuvo un impacto importante en los flujos de intercambio comercial a nivel internacional, pero que dicha afectación ha sido menor a la esperada. En un principio, la Organización Mundial del Comercio esperaba una caída de hasta el 32% del comercio mundial, pero hasta octubre el nivel de afectación había sido del 9%, lo que de todas formas, “sigue siendo un impacto muy importante”.
Asimismo, comentó que a fines de noviembre ya se habían eliminado muchas de las medidas excepcionales aplicadas sobre el comercio internacional, ya sea de restricciones comerciales para impedir la exportación de insumos médicos, como de trabas a la importación de productos.
En la región también se ve una recuperación de las exportaciones, pero las ventas de América Latina al mundo siguen cayendo, y en particular las exportaciones del Mercosur registran una caída interanual del 8%.
En materia de precios internacionales, Arbeleche destacó que se está observando una evolución favorable, especialmente en el segundo semestre del año, lo que sería un elemento positivo en lo que puede ser el año 2021.
“Vemos que el golpe del covid-19 al comercio internacional ha sido muy fuerte, pero menor a lo que se esperaba inicialmente. Y por otro lado, la recuperación de los precios de los commodities se puede ver como una buena señal a la hora de trazar las perspectivas para el 2021”, resumió.
En cuanto a Uruguay, comentó que las exportaciones (sin incluir zonas francas) marcan una caída del 2,5% en noviembre y que acumulan en el año un descenso de 10,5%.
La titular del MEF opinó que “Uruguay parte de una situación de vulnerabilidad comercial importante”, ya que “el 63% de las ventas al exterior lo hace pagando algún tipo de arancel, cuando en el caso de nuestros competidores es muchísimo menos, tendiendo a cero, como es el caso de Australia, Nueva Zelanda o Chile”.
En ese sentido, subrayó que la política internacional es clave para mejorar la competitividad de las exportaciones, y por ello resaltó la nueva institucionalidad del país en materia comercial, en la cual el Ministerio de Economía “retoma un rol protagónico” junto con la Cancillería.
Arbeleche también remarcó las acciones adoptadas para aliviar el comercio en este contexto de pandemia: la creación de un régimen de importación para insumos sanitarios, la prórroga en la tasa especial de devolución de tributos para los sectores afectados, prórroga de vencimientos de admisiones temporales industriales, extensión de la permanencia de mercaderías en depósitos fiscales, reducción de tasas que pagan las exportaciones al LATU, entre otras.
Más flexibilidad
Arbeleche también se refirió a la última cumbre del Mercosur, en la que Uruguay finalizó su presidencia pro tempore. Al hacer alusión a ese período, dijo que fue un semestre en el que “hemos trabajado intensamente con Cancillería para lograr avances en materia de un mejor funcionamiento interno del Mercosur, tanto en materia comercial como en la institucionalidad”.
Recordó que la prioridad fue la de avanzar en el acuerdo Unión Europea-Mercosur, donde “Uruguay hizo todo lo que estuvo a su alcance (…) tanto en el plano diplomático como en el plano técnico comercial” para que se concretara su firma, lo que finalmente no ocurrió.
Además, Arbeleche comentó los trabajos realizados dentro del bloque para avanzar en las negociaciones con Corea del Sur, Israel, México, Chile, Egipto y Reino Unido.
La jerarca se refirió a la propuesta de Uruguay de permitir mayor flexibilidad en la negociación internacional. “Está claro que somos socios con distintas características, cada país tiene su estrategia de crecimiento y de desarrollo económico (…). Esas diferencias nos enriquecen pero nos llevan a replantearnos la conveniencia de ir hacia una mayor flexibilidad del Mercosur en su relacionamiento con el exterior”, sostuvo.
En su visión, la “marca Mercosur tiene una tradición y un valor en sí misma que queremos preservar y potenciar”, pero advirtió que es necesario “revisar la manera en que nos relacionamos hacia el exterior”. Por ese motivo, propuso ir hacia un esquema más flexible que contemple y respete las diferencias y esto permita ir a distintas velocidades marcando las prioridades de cada uno de los países. “El contexto de crisis sanitaria es el momento oportuno para avanzar hacia un Mercosur más flexible, más realista y más efectivo para nuestras exportaciones”, agregó.
A modo de conclusión, Arbeleche señaló que “los exportadores quieren mayores resultados, para poder exportar sus bienes en mejores condiciones y eso es lo que nos va a permitir tener un mayor crecimiento económico y un mayor bienestar para toda nuestra población”.
“La base para las transformaciones que necesita el país en materia de competitividad”
Durante su disertación, Arbeleche señaló que pese a la lucha contra la pandemia, el Gobierno no ha postergado “las reformas estructurales” y que “constituyen la base para las transformaciones que necesita el país en materia de competitividad”. En ese sentido destacó la “nueva institucionalidad fiscal”, que incluye la implementación de una regla fiscal, algo que calificó de “histórico” para el país. “La implementación de una nueva regla fiscal, basada en el balance estructural y con un tope de gasto, busca alcanzar una trayectoria fiscal sostenible en el tiempo que permite una mayor previsibilidad macroeconómica, pero además nos permite asegurar la sostenibilidad de las políticas sociales”. También mencionó el cambio en la gobernanza de las empresas públicas, y el trabajo realizado por el comité de expertos en materia de combustibles, asegurando que “es clave” para Uruguay lograr alinear estos precios con los de la región.
La ministra resaltó la mejora de la eficiencia del gasto público, a través del decreto que establecía un recorte de los gastos en los organismos estatales, que implicaba un ahorro sustantivo. “A pesar del año complicado, podemos decir con satisfacción que se han logrado importantes ahorros, y esto no tiene nada que ver con lo que son los fondos destinados a hacer frente a la pandemia”, indicó.
También se refirió a la aprobación del presupuesto quinquenal, “en línea con el compromiso de no aumentar impuestos” y “rompiendo la lógica de que todas las mejoras en las cuentas fiscales tenían que venir de mayores ingresos del Estado, que no son ni más ni menos que mayores impuestos”. En ese sentido, se apostó al ahorro para mejorar las cuentas públicas, retomando la senda de crecimiento y así “llevar a aumentos genuinos en los ingresos”.
En materia salarial, destacó la negociación con todos los actores sociales, y “la responsabilidad y madurez” de todos para priorizar el empleo, que constituye el principal desafío para el país. “Se acordó que los salarios reales iban a acompasar la evolución de la economía en este año considerado como extraordinario”, destacó.