El último trimestre del 2016 se caracterizó por un mayor uso de tarjetas de débito, más depósitos y menos dolarización que en todo el año, según el Informe de Política Monetaria publicado por el Banco Central del Uruguay (BCU) para el último trimestre de 2016. El BCU tiene fijada una meta de crecimiento de medios de pago ampliados para el primer trimestre de 2017 de entre 3% y 5% interanual.
Esta semana el Banco Central del Uruguay (BCU) publicó su actualización del informe de política monetaria para el cuarto semestre de 2016. El documento resalta que la demanda de dinero tuvo “un fuerte incremento” del 6,9% interanual y que se dio a causa de aumentos en depósitos en moneda nacional. Las compras de dólares del BCU entre noviembre y diciembre ascendieron a más de 400 millones.
A crédito
En lo que implica créditos, hubo una rebaja mensual aproximada del 4% para los emitidos en moneda nacional, explicado por la reducción del crédito a empresas y familias. Por el contrario, el crédito no bancario tuvo “una tónica lentamente creciente”.
En lo que remite a moneda extranjera, los créditos en dólares corrientes tuvieron una expansión anualizada próxima al 3%, principalmente gracias a la banca privada.
La suba de préstamos impulsó a que en diciembre se alcance una incremento del 8,3% de los medios de pago ampliados respecto al 2015. El presidente del BCU, Mario Bergara, en entrevista con CRÓNICAS publicada en el mes de julio, dijo que en Uruguay existe “un rezago importante en la utilización de dinero electrónico”, pero, contrario a ello, el dinero en circulación se expandió principalmente por el aumento de depósitos a la vista (7,6%) y en caja de ahorro (9,6%) junto con el uso aumentado de tarjetas de débito.
Con la rebaja de cuatro puntos al IVA que empezó a regir desde enero de 2017, previsto en la Rendición de Cuentas, se prevé que el uso de débitos aumente aún más.
De pesado
El peso uruguayo recobró protagonismo, de manera que “el ritmo de crecimiento de los depósitos en moneda extranjera tendió a moderarse” y como contracara el informe señaló el aumento de depósitos a plazo y títulos locales. Con todo lo previo, el nivel de dolarización llegó al 74% en diciembre, lo que es el menor nivel desde hace dos años.
La inflación acumulada cerró el año en 8,1%, un punto por encima del rango meta ubicado entre 3% y 7%, que fijó el Comité de Coordinación Macroeconómica. En el documento se desagrega la inflación para ver su variante subyacente de exclusión, es decir, se quitan de la evaluación los elementos más volátiles como frutas, verduras y energías. La inflación subyacente de exclusión cerró el año con una variación del 7,7% interanual, colocándose por debajo de la inflación principal, algo “que no se observaba desde 2009”, según se señala en el informe.
La desaceleración de los precios de bienes no transables sin los administrados llegó a estar por debajo del 10% y fue otro “fenómeno a destacar” en el informe, dado que ha sido “el componente con mayor rigidez a ajustarse en los últimos años”.
A futuro
El documento, además, toma en cuenta la nueva administración en Estados Unidos y prevé que, a causa de ella, Uruguay crezca moderadamente al compás de un fortalecimiento del dólar respecto a otras monedas. Por esto, se espera que la inflación se ajuste a la baja. Con la gestión de Donald Trump, el BCU considera otro factor de riesgo a “la posible agudización de las dificultades de las economías de la región para efectuar los ajustes macroeconómicos necesarios”.
En lo que concierne a la región, el informe resaltó la condición de los países vecinos, Brasil y Argentina, que atraviesan una recesión. Mientras las proyecciones para Brasil se ajustaron a la baja, en Argentina se observó que “el PIB suavizó su caída en el tercer trimestre”, por lo que esperan una reactivación en 2017.
La compilación de expectativas inflacionarias del BCU a 18 meses se rebajó de 8,85% a 8,3%, lo que es visto como “una evolución auspiciosa” ya que en diciembre 2015 ese mismo valor rondaba el 9,1%. En otro detalle, las expectativas inflacionarias para los próximos 24 meses se ajustaron a la baja en 8,2%, cuando hace un año rondaban el 8,6%.