El Banco Central Europeo (BCE) mantuvo sin cambios su política monetaria, pero desde la entidad se advierte por un incremento de los riesgos por un menor crecimiento económico y la posibilidad de un Brexit sin acuerdo. Estos podrían hacer que la entidad retrase aún más la decisión de incrementar la tasa de interés de referencia e incluso de que pueda bajarla.
Sin sorprender a nadie –raro hubiese sido que lo hicieran- el BCE resolvió ayer jueves dejar sin cambios su política monetaria, pero el presidente de la entidad el italiano Mario Draghi, alertó que se está verificando un incremento de los riesgos debido al debilitamiento del crecimiento económico de la zona euro.
La actividad económica de la región que comparte el euro, está sufriendo su mayor desaceleración en cinco años, lo que genera incertidumbre respecto al cronograma de flexibilización monetaria que las autoridades esperaban comenzar este año. El BCE ha dado señales de que comenzaría a elevar su tasa de interés de referencia por primera vez en una década durante el otoño boreal (entre setiembre y diciembre), pero hay cada vez más escépticos en el mercado respecto a si ello realmente ocurrirá.
En este marco, los comentarios realizados ayer por Draghi luego de la reunión de política monetaria parecen incrementar las posibilidades de que dicho aumento se postergue o que incluso se avance en una reducción de la tasa de interés. “Los riesgos en torno al crecimiento del área del euro han cambiado a la baja por la persistencia de incertidumbres”, señaló Draghi según consignó la agencia de noticias Reuters, haciendo mención al comercio, las amenazas geopolíticas y la volatilidad del mercado emergente. “El ritmo de crecimiento a corto plazo probablemente sea más débil de lo previsto anteriormente”, agregó.
El presidente del BCE fundamentó que la decisión de no cambiar la política monetaria en esta reunión se debió al fortalecimiento del mercado laboral de la región y el crecimiento de los salarios, que dijo que ayudarían a impulsar la inflación subyacente a medio plazo.
“El factor clave a evaluar es la persistencia de la incertidumbre”, argumentó. Draghi dijo que estas incertidumbres -que van desde el resultado del Brexit hasta la ralentización económica china o el proteccionismo comercial- estaban siendo estudiadas.
Añadió que el Consejo de Gobierno de la entidad fue unánime al reconocer la ralentización del crecimiento y los factores que la causan. Sobre si el BCE dará nuevos préstamos a los bancos a largo plazo, dijo que no se había tomado una decisión.
Tras haber terminado un programa de compra de bonos de 2,6 billones de euros hace sólo semanas, el BCE dijo que todavía espera mantener las tasas de interés en mínimos históricos.
Alemania, Francia e Italia, las mayores economías de la zona del euro, apenas crecieron en el cuarto trimestre de 2018 y los sondeos mostraron el jueves que la actividad en la zona del euro se expandió a su menor ritmo desde 2013 al inicio de este año.
Los inversores prevén una subida de tasas sólo a mediados de 2020.