El presidente de la entidad, Mario Draghi, aseguró que sostuvo que las decisiones tomadas por la entidad buscan «mantener unas condiciones de financiación muy favorables» en la zona del euro porque todavía son necesarias para que suba la inflación hasta algo por debajo del 2 %. Tasa de interés se mantuvo en mínimo histórico de 0%
El Banco Central Europeo (BCE) anunció ayer jueves que reducirá la cantidad de bonos que compra cada mes a partir de enero, en lo que se trata de su mayor paso hasta el momento para comenzar a poner fin a los años de estímulos en la zona euro. Sin embargo, también envió un mensaje de cautela, al asegurar que el panorama económico sigue dependiendo de sus abundantes compras de bonos, por lo que extendió la duración del programa hasta fines de setiembre de 2018.
El presidente de la entidad, el italiano Mario Draghi, dijo en su habitual conferencia de prensa luego de la reunión del BCE, que los cambios a introducir implican una “recalibración” y aseguró que el trabajo de la entidad para impulsar la inflación y garantizar el crecimiento todavía no ha terminado.
El presidente del BCE sostuvo que las decisiones tomadas por la entidad buscan «mantener unas condiciones de financiación muy favorables» en la zona del euro porque todavía son necesarias para que suba la inflación hasta algo por debajo del 2 %.
El BCE resolvió reducir los estímulos monetarios a partir de enero, cuando recorte su programa de compra de bonos a 30.000 millones mensuales, pero extendió la duración del mismo hasta finales de setiembre de 2018, y mantuvo la tasa de interés de referencia en el mínimo histórico del 0%.
Problema de precios
Draghi destacó que las presiones sobre los precios son contenidas y que los estímulos monetarios son necesarios para que suba la inflación hasta su objetivo, una tasa algo por debajo del 2 %. «La recalibración de nuestras compras de activos refleja el aumento de la confianza en la convergencia gradual de las tasas de inflación hacia nuestro objetivo» y porque «la expansión económica es cada vez más robusta y amplia”, señaló.
El funcionario explicó que los miembros del Consejo de Gobierno de la entidad son optimistas respecto a la recuperación económica de la zona del euro, pero que la imagen no está positiva respecto a la inflación.
La inflación general de la zona del euro está ahora en el 1,5 %, y la subyacente, que descuenta los elementos más volátiles como la energía y los alimentos frescos, está en el 1,1 %. La inflación general seguirá en el nivel actual hasta finales de año y se desacelerará a comienzos de 2018, según los pronósticos de del BCE.
Pese a reducir los estímulos monetarios, la entidad va a reinvertir el principal de los bonos adquiridos que vayan venciendo «durante un período prolongado tras el final de sus compras netas de activos y, en todo caso, mientras sea necesario».
Draghi dijo que no hay un vínculo con los tipos de interés en esa decisión para no dejar entrever cuándo prevé el BCE comenzar a subir los tipos de interés de nuevo.
De esta forma, el BCE sigue los pasos de la Reserva Federal de EEUU, que también reinvierte el principal de los bonos que ha adquirido.
La entidad monetaria europea también va a seguir prestando a los bancos semanalmente y a tres meses a un tipo de interés fijo, que ahora está en el 0%, y todo lo que soliciten hasta finales de 2019.
“Si el panorama se vuelve menos favorable o si las condiciones financieras se hacen inconsistentes con un mayor progreso hacia un ajuste sostenido en el ritmo de la inflación, el Consejo de Gobierno sigue dispuesto a incrementar el programa de compra de activos en términos de tamaño y/o duración”, indicó el BCE en un comunicado.