El Banco Central Europeo (BCE) mantuvo sin cambios su tasa de interés durante la primera reunión de 2020 y la segunda con Christine Lagarde al frente de la entidad. Así se resolvió tras una reunión celebrada ayer jueves en la que se anunció una revisión estratégica del mandato de la institución, la primera después de 16 años y la segunda en su historia. Lagarde afirmó que el proceso llevará un año y se finalizará entre noviembre o diciembre. Analistas privados interpretan que la situación compleja de la economía del bloque no se revertirá a corto plazo.
El BCE no ha logrado alcanzar su meta de inflación cercana al 2% por años, incluso luego de que el antecesor de Lagarde, Mario Draghi, lanzara medidas de estímulo cada vez más agresivas.
Lagarde dijo en una conferencia de prensa que la revisión probablemente tomaría cerca de un año pero insinuó que podría llevar más tiempo. “Estará finalizada cuando esté finalizada”, dijo.
La funcionaria no quiso hacer comentarios sobre qué cambios podrían favorecer el logro de la meta de inflación pero prometió no dejar ningún punto sin evaluar y “cómo medimos la inflación es claramente algo que necesitamos mirar”.
La revisión también pondrá foco sobre cómo el banco puede incorporar el impacto económico del cambio climático en sus modelos de política monetaria. Para Lagarde el cambio climático es una amenaza que apenas se mide y se tiene en cuenta en la economía y en el mundo de la empresa.
La entidad monetaria se apegará a su actual estrategia hasta que se adopte una nueva, dijo Lagarde.
En tanto, el BCE dijo que revisará su objetivo de inflación, herramientas políticas y comunicación en un ajuste amplio de su estrategia para reflejar las condiciones económicas cambiantes desde la crisis financiera.
“El Consejo de Gobierno hará un balance de cómo la estrategia de política monetaria ha respaldado el cumplimiento del mandato del BCE en virtud del Tratado a lo largo de los años y considerará si es necesario ajustar algún elemento de la estrategia”, sostuvo la entidad.
“La formulación cuantitativa de la estabilidad de precios, junto con los enfoques e instrumentos mediante los cuales se logra la estabilidad de precios, ocupará un lugar destacado en este ejercicio”.
El BCE no hizo ningún cambio en la política monetaria el jueves y reafirmó su compromiso de mantener las tasas en mínimos históricos -o incluso recortarlas más- y de seguir comprando bonos a un ritmo de 20.000 millones de euros al mes, hasta que la inflación de la zona euro alcance la meta cercana del 2%.
Mientras se realiza la revisión, se espera que el BCE deje su política monetaria sin cambios.
El comunicado, de hecho, permaneció inalterado desde el mensaje de diciembre, lo que sugiere que la estabilización de las cifras económicas de la zona euro no ameritó un ajuste de la orientación, que actualmente es altamente expansiva.
Con la decisión de ayer jueves, la tasa de depósitos bancarios para la zona euro- considerada actualmente como el instrumento monetario esencial del BCE- se mantuvo en el mínimo récord de -0,50%. En tanto, la principal tasa de refinanciamiento, que determina el costo del crédito para la economía, permaneció sin cambios en 0,00%.
La presidenta ha reconocido que la nueva estrategia del BCE tendrá que tener muy presente los efectos secundarios de la anomalía de los tipos negativos. «Me preocupan las tasas bajas porque significa que habrá bajo crecimiento», evaluó. «Preferiría tener un crecimiento mucho más elevado y tipos altos, pero esta no es la situación que tenemos en este momento», remarcó.