En su informe de Política Monetaria correspondiente al cuarto trimestre de 2018, el Banco Central del Uruguay (BCU) interpreta que las tensiones comerciales y la volatilidad financiera global llevaron a un “deterioro” del escenario económico. Las medidas proteccionistas, el endurecimiento financiero para los mercados emergentes, la desaceleración de China y la crisis política europea, son los mayores riesgos para Uruguay.
El informe, publicado ayer jueves, advierte un deterioro del contexto internacional durante el último trimestre de 2018 como consecuencia de la profundización de las tensiones comerciales entre EEUU y China, y el consecuente incremento de la volatilidad financiera global, mayor aversión al riesgo y un menor crecimiento esperado. Contrariamente, en el plano regional se destaca “cierta estabilización cambiaria en Argentina y mejoraron levemente las perspectivas de crecimiento en Brasil”, pero de todas formas “persisten algunos riesgos”.
En términos generales, se constata un incremento en las primas de riesgo soberano en los mercados emergentes, menores ingresos de capitales y un debilitamiento de sus monedas respecto al dólar.
Los precios de los commodities mostraron en promedio una tendencia a la baja al influjo del precio de los energéticos, principalmente el petróleo, que mostró una caída de casi 35% frente al trimestre anterior. En cuanto a los precios de los commodities que exporta Uruguay también se constató un descenso, aunque mostraron un mejor desempeño que los metálicos y los energéticos. La soja se mantuvo estable y el arroz se recupera cerca de 3%, aunque en ambos casos los niveles actuales están por debajo de los de principios de 2018. La carne y la celulosa exhibieron un desempeño muy superior al resto, con una suba de 20% y 10%, respectivamente.
Perspectivas y riesgos
Teniendo en cuenta este contexto internacional, el informe estima que la demanda externa relevante para Uruguay continuará creciendo a un ritmo similar al previsto en el trimestre anterior, aunque con algunos cambios en su composición: más crecimiento en EEUU y Brasil y menor crecimiento en China y Argentina y el resto de países avanzados.
También se espera una mejora en los términos de intercambio, tanto por una reducción de los precios de importación (petróleo y bienes importados desde Argentina) como por un aumento de algunos precios de exportación (carne y productos agrícolas).
No obstante, se advierte que “el escenario financiero internacional luce menos auspicioso para las economías emergentes, en un contexto de mayor incertidumbre global por la llamada guerra comercial entre Estados Unidos y sus socios comerciales, la que es compensada en parte por los anuncios de la Fed respecto a una normalización de la política monetaria más gradual”. “En términos netos, este escenario base supone un cierto endurecimiento en las condiciones financieras internacionales respecto al informe anterior”, señala el BCU.
Dentro de este escenario, uno de los principales riesgos que se estarían consolidando en la economía global refiere a “la profundización de las medidas proteccionistas, lo que elevaría la volatilidad financiera y afectaría negativamente la inversión, el comercio y el crecimiento global”. Por el contrario, se redujo el riesgo de mayores tasas de interés en EEUU, especialmente para las de corto plazo, en virtud de las menores presiones inflacionarias y el menor dinamismo global. Sin embargo, los efectos sobre las tasas de largo plazo, si bien son inciertos, llevarían a incrementos en las primas de riesgo. Este escenario tendría efectos negativos para las economías emergentes: menor liquidez internacional, mayores costos de financiamiento, mayor riesgo soberano, mayor fortalecimiento del dólar y salidas de capitales.
A nivel regional, existe el riesgo de que los desequilibrios macroeconómicos provoquen nuevas salidas de capitales, presiones al alza sobre los tipos de cambio y los riesgos soberanos y caída de la actividad. A esto se suma en Argentina la incertidumbre asociada al proceso electoral de octubre 2019.
Por último, se advierten “otros factores de riesgos que pueden afectar a la economía uruguaya” asociados a China y la Unión Europea. Respecto al gigante asiático, se advierte del riesgo de una reducción del crecimiento o un aumento de la volatilidad financiera con correcciones bursátiles abruptas, sobreendeudamiento del sector privado y de los gobiernos regionales, problemas financieros derivados de la llamada “banca en las sombras”, depreciación del yuan o la escalada del conflicto comercial. En cuanto a la zona euro se mantiene el riesgo asociado a las negociaciones del Brexit (ver nota página 17) y al rumbo que tome el gobierno en Italia, tercera economía del bloque, lo que podría aumentar el riesgo político del proyecto europeo. “Si bien la probabilidad de ocurrencia de estos eventos es relativamente baja, en caso de materializarse alguno de ellos tendría un impacto negativo sobre el equilibrio macroeconómico esperado, por lo que son motivo de un monitoreo permanente”, sostiene la autoridad monetaria.