El Banco Central del Uruguay (BCU) realizó una conferencia que conglomeró a distintos especialistas para abordar el régimen de metas de inflación en el marco de la actual política monetaria. El experto brasilero, Alexandre Tombini, expuso sus ideas en torno al aumento de precios en la economía y remarcó con ejemplos los distintos desafíos en torno a esta política, a la vez que advirtió por los riesgos de indexación de las economías.
En la sede del BCU, el expresidente del Banco Central de Brasil, el economista Alexandre Tombini, fue el principal expositor en un evento donde se abordaron las metas de inflación y sus desafíos en torno al régimen de política monetaria.
En su participación, el presidente del BCU, Diego Labat, enfatizó que desde que el actual directorio asumió en marzo de 2020 se trazó una hoja de ruta tratando de lograr revertir tendencias y hechos anteriores para conseguir un nivel de inflación bastante más bajo al que ha tenido históricamente el país. “Una inflación en niveles que son los que Uruguay necesita y se merece, por el tipo de economía que es y por las condiciones macro que tiene, lo que posibilita estar en otros niveles”, explicó el titular del BCU.
No obstante, subrayó que, además de implementar cosas, “hay que convencer”, y por eso el banco asume un rol “más allá de solo fijar la tasa”, y por ello se busca generar un debate de “calidad”.
“Si queremos tener otros niveles de inflación y otra calidad en las políticas económicas, entre otras cosas hay que convencer y elevar el debate”, remató Labat.
La inflación
Es de conocimiento que las metas de inflación como régimen de política monetaria son la norma entre los bancos centrales, ya se trate de economías avanzadas, emergentes o de países en desarrollo, quienes han adoptado este esquema de política monetaria que ya tiene unos 30 años de existencia como régimen. Alexandre Tombini, quien cuenta con una vasta trayectoria y ha ocupado cargos de relevancia en organos internacionales, abordó esta temática, siendo el principal eje de su exposición.
“Los retos en el corto plazo para estos regímenes son la inflación, que está por arriba del nivel deseable por las sociedades. Vimos shocks de gran magnitud que tuvieron impactos importantes sobre la economía, hubo reacciones muy prontas tanto de los gobiernos y los bancos centrales, y ahora estamos lidiando con el problema de la inflación, que llegó a niveles mucho más altos que los objetivos de los bancos centrales en general”, introdujo el expositor.
En esta nueva fase de “traer” a la inflación de los niveles actuales, que aún son “altos”, para ubicarlos dentro de los rangos meta de inflación establecidos, implican un proceso que debe desarrollarse de forma gradual, que va a tomar tiempo para llegar a esta convergencia.
En 2022, la inflación headline (el dato global) a nivel regional tocó techo, inclusive en Uruguay, principalmente en el primer trimestre de 2022. Sin embargo, las presiones se mantuvieron y a finales de ese año, de 14 países emergentes con sistemas de meta de inflación, 11 de ellos aún estaban con la inflación por arriba del rango de tolerancia del régimen.
Los factores a considerar
Según explicó Tombini, en este apartado entran en juego tres factores: El primero a tener en cuenta, y que puede tornar la inflación más persistente, es el desanclaje de las expectativas de inflación.
“Yo creo que en ese sentido los bancos centrales sí actuaron prontamente para lidiar con el riesgo de un desanclaje de las metas de inflación, pero el hecho de que la convergencia hacia las metas sea gradual, en general siempre existe el peligro de que una exposición a una inflación genere un cambio en el comportamiento de los agentes, que definen precios y salarios, haciendo que la inflación se propague por más tiempo”, explicó.
El segundo factor que podría influir en la persistencia de la inflación está asociado con la alta indexación de las economías, un tema ampliamente conocido en América Latina. Al respecto, el especialista subrayó que “se ha observado que en los países emergentes de esta región la indexación formal de las economías ha caído mucho en los últimos 10 años. Mismo países con inflación más alta tuvieron una rebaja en el grado de indexación, que en el caso de Uruguay está asociada a la dolarización”.
Pero lo que preocupa a los bancos centrales hoy en día es el nivel de indexación informal, que está asociada a los contratos que se firman, que cuanto más alta la inflación permanece, cuanto más alejada de la meta establecida la inflación corriente permanece, mayor es el incentivo de los agentes económicos a alinearse a la política económica.
Por último, un tercer factor que podría mantener mayor presión sobre el alza de precios en la economía tiene que ver con las negociaciones salariales. “Aquí yo creo que el impacto en la inflación tiene que ver con la capacidad que las empresas tienen para pasar a aumentos de productividad. Entonces, no es automático, pero sí es un elemento que podría influir en una inflación más persistente”, concluyó Tombini.
La otra zona del debate: Uruguay
Luego de haber abordado la inflación y las políticas monetarias desde un marco general y problematizándolo desde una perspectiva que engloba países con el mismo marco económico que nuestro país, un panel de especialistas conformado por Tamara Schandy, Diego Pereira, Aldo Lema, Nicolas Chichevsky y Diego Gianelli, puso el foco en la situación local.
Lema hizo hincapié en que la alta inflación que históricamente presentó Uruguay se explica en que el esquema de “meta de inflación” se instauró hace nada más que 30 años, siendo un atraso en comparación con otros países.
Por su parte, Schandy puso especial énfasis en el Índice de Precios al Consumidor (IPC) y señaló que, en los últimos 15 años “nunca estuvo en el rango meta”, algo que de cara a la próxima ronda salarial fomentaría la posibilidad de que se convaliden sistemas de indexación salarial que no sean coherentes con las metas de inflación.
Por último, Pereira explicó que hay otro foco a tener en cuenta, y es que los agentes económicos se manejan con expectativas futuras y no con expectativas actuales, lo que genera una discordancia con las políticas del BCU.