BCU defiende su política monetaria y  asegura que apreciación del dólar se debe a fundamentos económicos

Entidad recortó tasa de interés en medio de polémica por el tipo de cambio

En medio de una gran polémica sobre la política monetaria del BCU, la entidad resolvió una reducción de la Tasa de Política Monetaria (TPM) de 50 puntos básicos, hasta 8,5%, debido a “la disminución sostenida de la inflación, su permanencia dentro del rango meta y el descenso gradual de las expectativas de los agentes”. El presidente del BCU, Diego Labat, defendió el descenso que ha mostrado el nivel de precios y las expectativas de inflación, y también la política monetaria de la entidad, asegurando que la apreciación del tipo de cambio real, responde mayormente a fundamentos económicos y no a la evolución de la TPM.

El Banco Central del Uruguay (BCU) resolvió recortar la tasa de interés en 50 puntos básicos, llevándola hasta el 8,5%, argumentando su decisión en “la disminución sostenida de la inflación, su permanencia dentro del rango meta y el descenso gradual de las expectativas de los agentes”.

La decisión se da en un momento de mucha polémica en torno al impacto de la política cambiaria, con grandes actores del sector empresarial y algunos expertos, cuestionando la dirección llevada adelante por el BCU. Sin embargo, sus autoridades defienden el camino transitado, y así lo explicaron a medios especializados durante una reunión informativa realizada ayer jueves en la sede de la entidad.

En dicha instancia, el presidente del BCU, Diego Labat, destacó el descenso registrado por la inflación, así como del conjunto de las expectativas, y aseguró que la apreciación del tipo de cambio real responde, mayormente, a fundamentos y no a las decisiones de política monetaria. En tal sentido, argumentó que la entidad seguirá con su objetivo de encauzar la inflación y las expectativas del mercado dentro del rango objetivo.

Las autoridades del BCU entienden que la inflación está “donde queremos”. El IPC cerró en marzo en un 3,8% anual en marzo, acumulando diez meses consecutivos dentro del rango objetivo, y llegando a su nivel más bajo desde agosto de 2005. En el comunicado del Copom, se agrega que la inflación núcleo mostró una nueva desaceleración y se ubicó en 3,83%.

Por su parte, las expectativas de inflación que monitorea el BCU mostraron una nueva reducción en marzo y se ubican en mínimos históricos. “El promedio de los últimos tres meses descendió a 6,3% (desde 6,45%), acercándose al techo del rango meta (3%-6%). Las expectativas de los analistas se mantienen en 6% y las proyecciones de inflación del BCU continúan ubicándola dentro del rango en el horizonte de política monetaria”, detalla el comunicado del Copom.

Labat explicó a los periodistas que si bien las expectativas del mercado aún están por encima del nivel deseado, valoró que se trata del nivel más bajo en términos históricos y con una tendencia a la baja.

El BCU espera que pueda haber un leve aumento de la inflación anualizada en los meses de junio y julio, pero sin superar el rango objetivo, y cerraría el 2024 en 4,8%. A su vez, si se piensa en el horizonte de la política monetaria de 24 meses (marzo de 2026) se estima una inflación de 5,5%.

A corto plazo, si bien se está observando una inflación internacional “más dura” de bajar, no se visualizan riesgos que puedan tener un impacto muy grande sobre el sistema de precios.

Mecanismos de transmisión

El presidente del BCU aseguró que los mecanismos de transmisión de la política monetaria están funcionando y van mejorando mes a mes, haciendo referencia a la evolución de la curva de rendimientos y las tasas bancarias, que están acompañando la variación de la tasa que fija el BCU.

En cuanto a la política de tasas, se estima que a futuro haya alguna variación menor, pero manteniéndose en el rango del 8%, y se explicó  que la entidad “reacciona” cuando las expectativas de inflación se disparan, o se generan presiones al alza o a la baja. Si esos desvíos se dan, el BCU se compromete a actuar.

Labat aseguró que con el descenso de los niveles de inflación el país ha ganado credibilidad, lo cual redunda en un menor costo para el país, y que bajar las expectativas podría abaratar aún más el costo del endeudamiento. Ejemplificó que en dólares, Uruguay paga menos tasas que Chile (incluso pese a contar con una calificación crediticia de nivel “A”), pero en moneda local se pagan 300 puntos básicos más, lo que puede explicarse por el diferencial de expectativas de inflación, que en Chile rondan el 3% y en Uruguay el 6%.

En cuanto a los impactos de la política monetaria sobre el tipo de cambio, Labat valoró que hay una sobreestimación de los efectos, y estimó que existe una “cuestión cultural” respecto al dólar. En tal sentido, desde la entidad se defiende la libre flotación del tipo de cambio, que “es lo mejor que puede hacer Uruguay como un país chico”. Además, se defendió que la volatilidad cambiaria de Uruguay fue la menor de los países de la región.

Si bien se reconoce que la TPM puede generar algún incentivo por la moneda local en detrimento del dólar, se cree equivocada la afirmación de que la caída en el tipo de cambio  real es consecuencia de ello, ya que se trata de un proceso “constante” para el país.


Escenario global y regional

En cuanto a la coyuntura económica internacional, el comunicado del Copom detalla que la actividad económica global se desaceleró menos de lo esperado. En particular, destaca el “relativo dinamismo en Estados Unidos”, mientras que la Zona Euro se reactivaría hacia el final del año,  y en China se observa crecimiento de la economía y un repunte inflacionario transitorio.

Justamente, en materia de precios, se advierte que “la inflación global continúa su descenso en forma lenta” y para EEUU se espera que la Fed “realice menos recortes que lo anticipado”.

En cuanto a la región, se menciona que en Brasil se corrigió al alza la proyección de crecimiento, mientras que Argentina muestra una mejora del contexto financiero y un deterioro de los indicadores de la economía real.