El shock cambiario registrado en setiembre, causado en parte por la incertidumbre que genera la posible aprobación del plebiscito de la seguridad social, llevaron al directorio del Banco Central del Uruguay (BCU) a adoptar una posición de cautela y dejar sin cambios la tasa de política monetaria en 8,5%. El presidente de la entidad, Washington Ribeiro, reconoció que “de no existir el plebiscito la decisión hubiese sido otra”, pero se buscó mandar un mensaje de tranquilidad a los inversores al afirmar que la consulta “tiene poca probabilidad de aprobación”.
Por Ricardo Delgado | @ricardo_dl
El Comité de Política Monetaria (Copom) del BCU se reunió el pasado martes 8 para definir su rumbo, en un contexto en el que la inflación había estado por debajo de lo esperado en setiembre, pero luego de un mes que estuvo marcado por un “shock” en el mercado cambiario, con una depreciación del peso uruguayo respecto al dólar. Este shock estuvo generado en buena medida por la incertidumbre que generan las próximas elecciones, no tanto por quien asumirá el 1º de marzo, sino por un “cisne negro” que podría aparecer en el horizonte: el plebiscito de la seguridad social.
En este marco, la decisión mayoritaria del directorio fue la de mantener la tasa de política monetaria (TPM) en 8,5% “con el objetivo de consolidar la convergencia de la inflación y sus expectativas en torno al centro del rango meta en el Horizonte de Política Monetaria (HPM)”. Sin embargo, el presidente del BCU, Washington Ribeiro, fue claro al afirmar que si no estuviese en el horizonte el plebiscito que busca reformar la seguridad social, la decisión del comité posiblemente hubiese sido la de recortar la tasa de interés.
En una reunión con medios especializados de la que participó CRÓNICAS, Ribeiro fue claro en los mensajes que buscó transmitir, y en particular respecto a los eventos recientes que se dieron sobre el mercado financiero. Ni bien comenzó el encuentro, una de sus primeras sentencias fue: “De no existir el plebiscito, la decisión hubiese sido otra”.
“Cisne negro”
En relación a la coyuntura económica de Uruguay, el comunicado del Copom hacía referencia a la “volatilidad en el mercado financiero” que se viene observando, debido a “un incremento en la percepción de riesgo por parte de algunos agentes”. Ello ha generado una depreciación del peso uruguayo en comparación con el dólar, que durante setiembre tuvo un aumento nominal de 3,92%, lo que además provocó un aumento en las expectativas de inflación que pasaron de 4,6% a 4,8% para el HPM.
Esa percepción de riesgo es generada por el plebiscito de la seguridad social, “tiene baja probabilidad de aprobación, pero es un gran factor de incertidumbre”, según reconoció Ribeiro. “El esfuerzo que hubiera implicado llevar la inflación al 4,5% previo al shock cambiario era menor que al día de hoy”, y en consecuencia “la decisión de política monetaria hubiese sido posiblemente a la baja” de la tasa de interés, explicó Ribeiro.
De todas formas, desde el BCU se busca poner paños fríos al humor de los agentes del mercado. Luego de la reunión con periodistas, las autoridades brindaron una presentación ante inversores y analistas, en donde se buscó dejar un mensaje de tranquilidad, asegurando que el plebiscito tiene poca probabilidad de aprobación. Para ello se presentaron los resultados de un sondeo encargado por el BCU a la consultora Equipos, con datos respecto a la proyección del voto de este plebiscito y su comparación con otras instancias electorales similares, en las que pese a tener una mayor intención de voto, finalmente no alcanzaron ser aprobadas.
Consultado respecto a si el BCU tiene plan para “el día después” si es que la iniciativa logra su aprobación, Ribeiro comentó que “es difícil prever las consecuencias”. “Si el plebiscito se aprueba, se rompe la confianza en el Uruguay, y en ese caso, usaremos todas nuestras herramientas para recomponerla”, afirmó.
“Convergencia parsimoniosa”
En cuanto a la política monetaria, el comunicado del Copom publicado luego destacó el descenso de la inflación registrado en setiembre, ubicándose en 5,32%, completando “16 meses consecutivos dentro del rango meta, el periodo más extenso desde la implementación del régimen de metas de inflación”.
Ribeiro explicó que no se trata de “sólo un mes más dentro del rango”, sino que es relevante por su impacto en las expectativas a futuro.
Al respecto, el comunicado destaca que “los tres indicadores de expectativas de inflación que monitorea el BCU (analistas, empresarios y mercados financieros) muestran una convergencia parsimoniosa: el promedio a 24 meses se ubicó en 5,88% en setiembre, 18 puntos básicos por debajo del trimestre anterior y por primera vez dentro del rango meta”.
Por su parte, las proyecciones de los equipos técnicos del BCU esperan que la inflación cierre este año “en torno al 5%” y “siguen ubicando a la inflación en torno al centro del rango meta a 24 meses”.
El presidente del BCU aseguró que, a futuro, el país debería fijarse el objetivo de bajar la inflación a 3%. “En la medida que el proceso continúe va a ser más fácil bajar la inflación de 4,5% a 3%, que lo que costó bajarla de 8% a 4,5%. Es una decisión política, pero es viable”, sostuvo Ribeiro. “No es la que nos gustaría, es la que Uruguay precisa”, remarcó.
En materia de actividad, desde el BCU se realizó una corrección al alza en las estimaciones de crecimiento a 3,5%, debido a la incidencia de factores como el fin de los efectos de la sequía, el comienzo de la producción de UPM y la vuelta a la actividad de la refinería tras su parada de mantenimiento. Por su parte, las exportaciones en volumen continúan creciendo, al igual que el consumo privado por el menor desvío hacia Argentina. En materia de inversiones, se entiende que “el ciclo político suele hacer que no sea un año brillante”, pero se espera un crecimiento para 2025.