El crecimiento menor al esperado de la economía y la menor demanda de dinero asociada a la depreciación cambiaria, hizo que el agregado monetario definido como referencia por el Banco Central del Uruguay (BCU) aumentara levemente por debajo de lo establecido por el Comité de Política Monetaria de la entidad. De todas formas, se entiende necesario continuar con el sesgo contractivo de la política monetaria.
Al analizar la coyuntura internacional, el Comité de Coordinación Macroeconómica señala que se continúa observando “un elevado nivel de incertidumbre”, debido a la escalada de medidas proteccionistas anunciadas e implementadas por las dos mayores economías del mundo. “Ello constituye un factor de riesgo con respecto a las perspectivas de crecimiento de la economía global”, advierte el comunicado.
En cuanto a la política monetaria internacional, se destaca que la Reserva Federal estadounidense “continúa el proceso gradual de subas de tasas de interés” y siguen aumentando las tasas de los Bonos del Tesoro de Estados Unidos a más largo plazo, debido a las mayores necesidades de financiamiento del gobierno de ese país. “En este marco, el dólar se ha fortalecido globalmente y persiste la salida de capitales en algunas economías emergentes, con la consiguiente depreciación de sus monedas locales y aumentos diferenciales, según fundamentos de las primas de riesgo”, sostiene.
“El dólar se ha fortalecido globalmente y persiste la salida de capitales en algunas economías emergentes”
A nivel regional, mientras que continúan los riesgos asociados a los desequilibrios macroeconómicos, no se descarta que la incertidumbre política persista. Este combo ha llevado a un recorte en las previsiones de crecimiento de la economía de nuestros países vecinos y una mayor depreciación de sus monedas, en particular del peso argentino.
Agregados monetarios
Con ese escenario de fondo, la actividad de la economía uruguaya sigue expandiéndose, aunque lo hace “a un menor ritmo”, con un gasto doméstico que está mostrando una evolución moderada. “La depreciación del peso y su impacto en los precios de los bienes transables, así como la dinámica seguida por los precios de las frutas y verduras, han determinado que la inflación al cierre de setiembre continúe por encima del rango objetivo. Por su parte, las expectativas de inflación se mantienen estables en torno al 7,5%”, sostiene el comunicado.
En lo que refiere a la política monetaria local, el Comité de Política Monetaria detalló que el agregado monetario M1’ (la suma de emisión de dinero en poder del público, depósitos a la vista y cajas de ahorro del público en el sistema bancario) tuvo un aumento de 8,6%, levemente por debajo de la referencia definida en la reunión del trimestre anterior, debido a un crecimiento de la economía levemente menor al esperado y a una menor demanda de dinero asociada a la depreciación cambiaria. “En este marco, el Banco Central del Uruguay entiende necesario mantener la instancia contractiva de la política monetaria a fin de incidir sobre los canales de transmisión relevantes para la evolución futura de la inflación”, sostiene el comunicado.
Además de ratificar el rango objetivo para la inflación entre el 3% y el 7%, el BCU decidió fijar como pauta indicativa de crecimiento interanual de M1’ para el cuarto trimestre de 2018 un rango entre 7% y 9%. “Dicho intervalo es consistente con una gradual convergencia de la inflación al rango meta y la evolución de la actividad en línea con el producto potencial en el horizonte de política monetaria”.