Este martes se reunió el Comité de Estabilidad Financiera, donde se evaluó la actividad y fortaleza del sistema financiero doméstico, ante eventuales riesgos. En esta reunión se tomó en cuenta, además, las consecuencias que puedan ocasionar la salida del Reino Unido de la Unión Europea y el menor dinamismo de las economías emergentes, con especial atención en China.
El Comité de Estabilidad Financiera evaluó esta semana la situación del sistema financiero doméstico y los potenciales riesgos que podrían afectar su estabilidad.
Los miembros del Comité concordaron en que el sistema financiero doméstico se encuentra estable y operando con normalidad. En este sentido, expresaron que “luce apto para facilitar el desempeño presente y futuro de la economía, así como para gestionar los riesgos que podrían afectarle”.
Según el comunicado publicado por el Banco Central del Uruguay (BCU), al respecto, “la moderada volatilidad en los mercados financieros en el último trimestre ha determinado una coyuntura financiera internacional más favorable para las economías emergentes. De todas formas, el bajo dinamismo de las economías avanzadas, los desafíos que enfrentan sus instituciones financieras en un contexto de tasas de interés negativas y alta morosidad (particularmente en Europa), así como la incertidumbre política en algunos ciclos electorales y procesos de negociación, como el de salida del Reino Unido de la Unión Europea, podrían implicar episodios de mayor volatilidad que la anticipada en los mercados financieros. A este riesgo se suma el de un menor dinamismo que el esperado en las principales economías emergentes, en particular China”.
Al mismo tiempo, el comité resaltó que la situación en la región continúa siendo compleja, aunque “se podría estar ante un punto de inflexión”. Desde que el comité publicara el último informe se resolvieron algunos puntos generadores de incertidumbre, más que nada de carácter político en Brasil, al tiempo que se han comenzado a procesar ajustes que venían siendo postergados en Argentina. “De todas formas, en ambas economías persiste la necesidad de continuar mejorando la situación en el plano fiscal para evitar el riesgo de un deterioro de la situación económico-financiera”, expresaron.
Uruguay está pronto
Teniendo en cuenta que la economía uruguaya mantendría, en 2016, el ritmo de crecimiento económico del año previo, en un marco global y regional complejo, los indicadores del sector real se mantienen desacoplados de los de la región. “En este contexto, las autoridades económicas han tomado medidas para lograr una senda de sostenibilidad de los indicadores financieros y la reducción de la inflación. Estas medidas complementarán otras capacidades de la economía uruguaya para la gestión de riesgos tales como la flexibilidad cambiaria, el nivel de reservas internacionales, la estructura de liquidez y endeudamiento del sector público, y la gestión de la deuda pública”, expresó el comité.
Una vez evaluados los factores de riesgo este martes se concluyó que “su materialización no tendría impactos significativos sobre la estabilidad del sistema financiero doméstico”. Esto se debe, explicaron, a la solidez del propio sector financiero, a su baja exposición a los riesgos identificados, así como a la naturaleza de estos y a “las capacidades de la economía uruguaya para su gestión”.
En síntesis, “el mapa de riesgos para la estabilidad financiera en Uruguay no muestra señales de alerta ya que, por su naturaleza, probabilidad de ocurrencia, impacto potencial y capacidades de gestión, los riesgos relevantes podrían ser procesados por el propio sistema financiero sin ocasionar perturbaciones de carácter sistémico”.
La situación del sistema financiero doméstico y los riesgos para su estabilidad continuará siendo monitoreada por el comité hasta su próxima reunión, fijada para abril de 2017.