El agregado monetario utilizado como referencia por el Banco Central del Uruguay (BCU) creció por debajo de la pauta indicativa por un menor dinamismo económico y una mayor preferencia por la moneda extranjera. Se advierte por un “alto grado de incertidumbre internacional” y que si bien Argentina y Brasil dan “indicios de corrección de los desequilibrios macroeconómicos”, aún persiste una alta incertidumbre política en ambos países.
El Comité de Coordinación Macroeconómica (que reúne al BCU y al Ministerio de Economía y Finanzas) evaluó el contexto macroeconómico global, regional y doméstico, y resolvió ratificar el rango objetivo para la inflación de entre 3% y 7% para los próximos 24 meses.
De acuerdo al análisis de las autoridades, “el panorama internacional mantiene un alto grado de incertidumbre, derivado de la escalada de medidas proteccionistas entre las dos principales economías del mundo y sus posibles efectos sobre el crecimiento global”. En este contexto, se continuó verificando “un cierto fortalecimiento del dólar” en relación a las monedas emergentes, así como “menores flujos de capitales y aumentos de las primas de riesgo en forma diferenciada según fundamentos”. Por otra parte, el Comité interpreta que “se estaría verificando un mayor gradualismo de la Reserva Federal en cuanto a las subas esperadas de su tasa de referencia”.
En lo que refiere a la región, se interpreta que aunque se observan “indicios de corrección de los desequilibrios macroeconómicos”, estos se están dando dentro de “un contexto de caída de la actividad, mayor inflación, incremento de la prima por riesgo país y aumento de la incertidumbre política por el ciclo electoral en el caso de Argentina, y de interrogantes respecto a los cambios en la política económica que implemente el nuevo gobierno que asumirá la Presidencia en Brasil”.
Tasas moderadas
Dentro de este marco regional, las autoridades uruguayas señalaron que la actividad económica local siguió creciendo a tasas moderadas. “La menor depreciación del peso respecto a trimestres previos, acuerdos salariales en línea con las pautas oficiales y la reversión de shocks específicos sobre alimentos determinaron una senda decreciente de la inflación en el trimestre”, señala el comunicado difundido. De esta forma, se interpreta que “no se estarían registrando efectos de segunda vuelta de los shocks cambiarios anteriores”, lo que impactó a la baja en las expectativas de inflación, que “se ubican en 7,5% al final del horizonte de política”.
En materia cambiaria, se detalla que durante el último trimestre del año se continuó observando una mayor preferencia por la moneda extranjera por parte de inversores institucionales y del sector privado no financiero. “Puntualmente, durante diciembre se registró una presión vendedora estacional, por lo que el BCU adquirió dólares en el mercado a efectos de evitar presiones excesivas sobre el tipo de cambio. Sin embargo, el panorama general sigue marcando un cambio de portafolio hacia la moneda extranjera en un contexto de fortalecimiento global del dólar”, señala el comunicado.
Dentro de este contexto de menor preferencia por la moneda nacional junto a un nivel de actividad levemente inferior al esperado, se registró un incremento interanual del agregado monetario M1’ definido como referencia (suma de emisión de dinero en poder del público, depósitos a la vista y cajas de ahorro del público en el sistema bancario) de 5,5%, por debajo de la referencia indicativa definida en el último Comité de Política Monetaria (Copom).
“En función de la evolución de la economía antes expuesta y de las perspectivas del contexto macroeconómico, el Copom estimó necesario mantener la instancia contractiva de la política monetaria consistente con la actual fase del ciclo económico, a fin de continuar incidiendo sobre los canales de transmisión relevantes para la evolución futura de la inflación, en especial, consolidando el actual proceso de acercamiento de las expectativas de inflación al rango meta”, señala el Comité. Teniendo en cuenta estos factores y la evolución esperada de la demanda de dinero, el BCU resolvió fijar como pauta indicativa de crecimiento interanual de M1’ para el primer trimestre de 2019 en un rango de entre 6% y 8%. Según aseguran las autoridades, ese rango “es consistente con la convergencia de la inflación al rango meta y la evolución de la actividad en línea con el producto potencial en el horizonte de política monetaria”.