Los mercados financieros internacionales tuvieron un inicio de semana turbulento debido al temor que provoca la expansión de la variable delta, y su posible incidencia sobre la reactivación de la economía. Sin embargo, los indicadores han recuperado el terreno perdido aunque persiste la cautela de los inversores sobre el ritmo de recuperación.
La propagación de la variable delta generó a inicios de semana una fuerte caída de los principales índices bursátiles por el temor que genera su posible impacto sobre el panorama económico mundial.
En una jornada convulsionada, el lunes el índice europeo Stoxx 600 cayó un 1,7% y el índice FTSE 100 de Londres retrocedió 1,9%. Por su parte, el Topix de Japón bajó un 1,3%, mientras que el Hang Seng de Hong Kong lo hizo un 1,7%. A su vez, Wall Street tuvo una fuerte caída al registrar su mayor baja en ocho meses. El Dow Jones cayó 2,3%, el S&P500 lo hizo un 1,85% y el tecnológico Nasdaq Composite retrocedió 1,25%.
Paralelamente, se verificó un descenso del precio del barril de petróleo. El crudo Brent cayó un 2,7% a US$ 71,60 el barril debido a que los temores al crecimiento económico se exacerbaron por las caídas anteriores causadas por la OPEP y sus aliados para llegar a un acuerdo para aumentar la producción y contrarrestar el aumento de los precios.
Repunte
La variable delta, que es muy agresiva y tiene el agravante de tardar más tiempo en ser detectada en una persona enferma, está generando contagios y un leve incremento en las muertes en varios países, algunas dudas en las reaperturas, y con ello, nuevas intervenciones de los estados y mayor cautela de los inversores.
No obstante, ya el martes los mercados recuperaron parte de lo perdido, aunque persisten las dudas respecto a la trayectoria de mediano plazo.
Variable delta genera dudas en el proceso de reaperturas, provocando nuevas intervenciones de los Estados y mayor cautela de los inversores.
Ayer jueves, Wall Street operó de forma dispar debido a los datos divulgados sobre pedidos semanales de ayuda por desempleo en EEUU, que tocaron un máximo en dos meses. Pese a ello, los principales índices cerraron con aumento por tercera jornada consecutiva: el Dow Jones subió 0,16%, el S&P500 0,20% y el Nasdaq un 0,35%.
El petróleo también repuntó tras la caída del lunes y ayer jueves cerró con un aumento diario de 1,91%, cotizando a 73,61 el barril de crudo Brent.
Paralelamente, el euro se debilitó a partir del anuncio del BCE sobre la persistencia de la política monetaria expansiva (ver nota página 17).
El reporte del Departamento del Trabajo mostró que el número de estadounidenses que presentó nuevas solicitudes de desempleo aumentó en 51.000, a una cantidad desestacionalizada de 419.000, el mayor nivel desde mayo.
Pese a todo, es probable que el dato no implique un cambio material en las condiciones del mercado laboral y se espera otro mes de fuerte crecimiento en julio.
Los inversores están muy atentos a la salud del mercado laboral, del que depende la política monetaria de la Fed, sobre todo tras una serie de altas lecturas inflacionarias que provocaron temores sobre un fin adelantado de los estímulos mientras reabre la economía.