La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) realizó una leve corrección a la baja en sus proyecciones de crecimiento para la región, debido al “complejo escenario externo”, pero recortó sustancialmente la estimación para América del Sur. Uruguay no escapó a la tijera, y se redujo el pronóstico de crecimiento del PIB a un 2%, desde el 2,9% que había estimado en diciembre.
“Las economías de América Latina y el Caribe enfrentan en 2023 un complejo escenario externo, marcado por bajo crecimiento en la actividad económica y del comercio mundial. Adicionalmente, a las alzas experimentadas por las tasas de interés a nivel mundial se agregaron las turbulencias financieras observadas a comienzos de marzo, lo que ha acentuado la incertidumbre y volatilidad de los mercados financieros”, explicó la Cepal a través de un comunicado. Si bien se observó una desaceleración de las presiones inflacionarias, el organismo espera que las tasas de política monetaria permanezcan altas a lo largo del año en las principales economías desarrolladas.
En este contexto de crecientes incertidumbres externas y restricciones internas, Cepal espera que este año la economía de América Latina y el Caribe profundice la desaceleración, creciendo un 1,2%, lo que implica un leve descenso respecto a la proyección de 1,3% estimada en su informe anterior (diciembre). Se destaca el recorte en la proyección de crecimiento para América del Sur en 2023 a 0,6%, desde lo que ya era una magra previsión de 1% en diciembre. Esta región se verá afectada por la baja en los precios de los productos básicos y por las restricciones al espacio fiscal que tienen los gobiernos para apuntalar la actividad. La alta inflación ha impactado los ingresos reales y está teniendo efectos sobre el consumo privado y la inversión en los países.
En particular, para Argentina la Cepal pasó de estimar un tibio crecimiento de 1% a proyectar una contracción de la actividad económica del 2%. En el caso de Brasil, el pronóstico de crecimiento bajó levemente de 0,9% a 0,8%.
Para Uruguay Cepal también recortó la estimación de crecimiento, que bajó de 2,9% a 2%, en sintonía con las correcciones que han realizado los expertos consultados mensualmente por el Banco Central del Uruguay (BCU). De acuerdo al último sondeo, la mediana de las expectativas espera un crecimiento del PIB de Uruguay de 1,5%, con respuestas que van desde un mínimo de 0,5% a un máximo de 2,4%. Ello implica una corrección a la baja tanto respecto al sondeo de marzo (1,8% la mediana), como al de diciembre (2,6%).
Riesgos varios
La Cepal advierte que la proyección de crecimiento de 2023 para la región está sujeta a riesgos a la baja ante la posibilidad de que resurjan y se acentúen las turbulencias del sistema bancario global -o del sistema financiero en su conjunto- lo que resultaría en un endurecimiento más persistente de las condiciones financieras mundiales, con los consecuentes impactos sobre el acceso y costo de financiamiento.
Junto a los riesgos financieros, persiste la incertidumbre respecto de los efectos -sobre el mundo y sobre la región- que pudiera conllevar la prolongación de la guerra en Ucrania y el aumento en la fragmentación geoeconómica sobre el crecimiento económico, los precios de las materias primas y el comercio mundial.