Cepal elevó su estimación de crecimiento para América Latina a 5,2% este año, lo que marca un rebote tras la profunda contracción de 6,8% de 2020. Sin embargo, el organismo advierte que esta expansión implica “una gran paradoja”, ya que “existe el riesgo de retorno al bajo crecimiento prepandemia si no se reactiva la inversión con cambios estructurales”. En ese sentido, se insta a los gobiernos a promover “políticas industriales y tecnológicas” que impulsen el crecimiento de los sectores más intensivos en tecnología y generadores de empleos de calidad”.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) presentó ayer jueves su último informe con actualización de perspectivas económicas, bajo el elocuente nombre de “La paradoja de la recuperación en América Latina y el Caribe. Crecimiento con persistentes problemas estructurales: desigualdad, pobreza, poca inversión y baja productividad”.
En una conferencia de prensa virtual, la Secretaria Ejecutiva del organismo, Alicia Bárcena, explicó que la “paradoja” en la recuperación refiere a que si bien hay un repunte de la economía de la región, el mismo evidencia problemas de sostenibilidad y el riesgo de regresar a una nueva fase de estancamiento de la actividad. “Estamos frente a un rebote económico que no asegura un crecimiento sostenido”, enfatizó la funcionaria, detallando que se ha registrado una agudización de los impactos sociales y una demora en el proceso de reactivación.
Como mensaje principal, Bárcena quiso subrayar que el “el crecimiento no es sostenible” y que “hay un riesgo de retorno a trayectorias de crecimiento mediocres, con insuficiente inversión y empleo”. Además, la coyuntura actual está incrementando la desigualdad, pobreza e informalidad, particularmente en aquellos sectores sociales más vulnerables: mujeres, escolares y adultos mayores.
La Secretaria Ejecutiva de Cepal también alertó que la crisis sanitaria aún persiste, y fundamentó que la región tiene 1,3 millones de muertos por covid-19, lo que implica el 32% de las muertes del mundo, siendo que América Latina representa sólo el 8% de la población global. Además, se está generando un “acceso desigual” tanto a las vacunas como a los servicios de salud, y existe mucha incertidumbre a futuro por la posibilidad de la aparición de nuevas cepas y la efectividad del proceso de vacunación.
También se refirió a las “asimetrías globales”, ya que la riqueza global aumentó 7,4% el año pasado pese a la pandemia, pero el 1% concentró el 50% de la riqueza mundial (principalmente EEUU, Canadá, Europa y China). Sin embargo, la riqueza cayó en India un 4,4% y en América Latina se produjo un desplome de 11,4%.
Volver a la mediocridad
En el informe presentado por Bárcena se advierte que la trayectoria de crecimiento prepandemia ya era “muy mediocre” y en 2020 se produjo una importante contracción de 6,8% en el PIB regional. En cuanto a las perspectivas para el año en curso, se espera un crecimiento de 5,2%, con tasas positivas en todos los países salvo Venezuela y Surinam, que tendrán caídas, y Haití, que se mantendría estancada. Sin embargo, en 2022 se retomarían “trayectorias más bajas de crecimiento” y la región crecería en promedio 2,9%. “Es una gran paradoja, se da esta recuperación relativa, lo que es una buena noticia, pero en 2022 volvemos a trayectorias bajas de crecimiento (…). Al final del 2022 sólo 19 países de 33 habrán recuperado el PIB perdido en 2020”. En ese sentido, Bárcena, subrayó que “existe el riesgo de retorno al bajo crecimiento prepandemia si no se reactiva la inversión con cambios estructurales”. “Sino, caeremos en las trampas de países de ingreso medio”.
Por otro lado, la Cepal indica que la pandemia deja un peor estado ambiental que será difícil de revertir. Si bien hubo mejoras temporales en la calidad del aire y reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, éstas repuntarían 5% este año, mientras que en 11 países de la región se observó una caída de 35% en el presupuesto o gasto de protección ambiental en 2019-2020.
“Existe el riesgo de retorno al bajo crecimiento prepandemia si no se reactiva la inversión con cambios estructurales”, sostuvo Alicia Bárcena.
En cuanto al comercio exterior, destacó que ha mostrado un fuerte repunte, aunque también alertó por vulnerabilidades. Recordó que las exportaciones tuvieron el año pasado una caída del 10%, que se dio tanto por menores volúmenes como por menores precios. En ese sentido, Bárcena destacó que el repunte ha sido brusco, alcanzando un aumento de 22%, pero advirtió que “gran parte de la recuperación es por precio, no por volumen”.
En este marco, instó a los gobiernos a mantener las políticas fiscales de transferencias de emergencia para fortalecer la reactivación y evitar un mayor deterioro social. Además, agregó que se requieren de políticas industriales y tecnológicas para impulsar el crecimiento de sectores más intensivos en tecnología y generadores de empleos de calidad. “Necesitamos políticas para una recuperación transformadora con énfasis en la inversión”, subrayó. Estos cambios deben ir de la mano de una reestructura de los sistemas de salud y educación.
Cepal más optimista para la economía uruguaya que el mercado y el gobierno
Los organismos multilaterales suelen ser optimistas de más en sus previsiones de crecimiento, y así parecen mostrarlo las previsiones de aumento del PIB que maneja Cepal para Uruguay.
El organismo de Naciones Unidas estima que la economía local crecerá este año un 4,1%, tras la caída de 5,9% registrada en 2020 de forma oficial. Esta estimación es más optimista que la respuesta de crecimiento más alta registrada por la encuesta de expectativas de mercado del Banco Central (+3%) e incluso que la presentada por el Gobierno en la última rendición de cuentas (+3,5%). La mediana de la encuesta del BCU espera un crecimiento de 2,65% este año.
Para el 2022, Cepal espera un crecimiento de 3,2% para la economía local, algo por encima de la mediana de la encuesta del BCU (2,89%) aunque por debajo de la respuesta más alta (+5%).
