Desde los máximos registrados en 2012, la inversión extranjera directa hacia la región ha caído de forma prácticamente ininterrumpida y se prevé que el deterioro continúe este año y en 2021. Uruguay no es ajeno a esta tendencia y registra también un descenso marcado desde el pico registrado en 2012.
La zona de América Latina y el Caribe recibió US$ 160.721 millones por concepto de inversión extranjera directa (IED) en 2019, lo que representa una caída de 7,8% respecto a los valores registrados en 2018, según el informe anual elaborado por Cepal. A su vez, el organismo espera que la caída de la IED a la región se agudice en 2020 como consecuencia de la crisis de derivada de la pandemia del Covid-19. La retracción de los flujos de inversión este año sería de entre un 45% y un 55%.
A nivel mundial, los montos de IED se reducirían un 40% en 2020, y de un 5% a un 10% en 2021. De esta manera, el año próximo la IED alcanzaría su menor valor desde 2005. En este escenario, América Latina y el Caribe es la región que tendría la baja más pronunciada.
Desde 2012, cuando se alcanzó el máximo histórico, la caída de los flujos de inversión extranjera ha sido casi ininterrumpida en América Latina y el Caribe, lo que ha hecho evidente, principalmente en los países de América del Sur, la relación que existe en la región entre los flujos de IED, el ciclo macroeconómico y los ciclos de precios de las materias primas.
Al igual que en años anteriores, el estudio muestra gran heterogeneidad entre países y no hay un patrón subregional: en 17 países hay una caída de las entradas en 2019 respecto a 2018 y en nueve países hay un aumento. En 2019, los cinco países que recibieron mayores inversiones fueron Brasil (43% del total), México (18%), Colombia (9%), Chile (7%) y Perú (6%).
En el caso de la IED destinada a Uruguay, en 2019 registró una caída de 14,4% alcanzando unos US$ 1.189 millones. Al igual que en la región, los flujos de inversión con destino a Uruguay han caído prácticamente de forma constante desde el máximo alcanzando en 2012 (US$ 6.044 millones).
El origen
Al analizar el período 2010-2019, Europa se consolida como el inversor más importante en la región, seguido de Estados Unidos. Las inversiones intrarregionales, en tanto, se reducen del 12% al 6%.
Por otra parte, el informe destaca al sector de las energías renovables como el de mayor cantidad de anuncios de proyectos en el último quinquenio.
Sobre el comportamiento de las empresas transnacionales latinoamericanas, conocidas como translatinas, Cepal consigna un aumento de 75% en la salida de IED desde la región en 2019. No obstante, si se analiza la década 2010-2019, se observa que la inversión latinoamericana ha perdido fuerza.
“Los aportes que ha hecho la IED en la región han sido relevantes, como complemento de la inversión nacional y fuente de nuevos capitales, así como para la expansión de actividades exportadoras y el desarrollo de la industria automotriz, las telecomunicaciones, algunos segmentos de la economía digital y también de sectores que hoy adquieren una importancia estratégica en el contexto de la pandemia de Covid-19, como es el caso de las industrias farmacéutica y de dispositivos médicos”, destaca el estudio.
Sin embargo, el documento advierte que los problemas estructurales de las economías de la región y los nuevos escenarios internacionales hacen necesario también que la IED y las políticas para promoverla sean parte de un proyecto más amplio que impulse un cambio estructural progresivo. Ello implica apuntar a un cambio que permita aumentar la productividad y alcanzar inclusión social, igualdad y sostenibilidad ambiental.