“Dólar y Competitividad en Uruguay” es el título de la tercera entrega de la serie Ceres Analiza. En esta ocasión, la organización observó que el país está encarecido en relación a la mayoría de sus principales socios comerciales, y tiene problemas de competitividad que necesita resolver. Por ello, listó una serie de reformas en pos de conseguir ese objetivo; entre ellas se incluyen bajas de precios de combustible y energía eléctrica, adecuar la normativa laboral, y promover una baja en los aranceles para las exportaciones.
El Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social publicó el miércoles su tercera entrega de la serie Ceres Analiza. En esta ocasión, se puso la lupa sobre el dólar y la necesaria mejora de la competitividad en Uruguay.
Según se resalta en el informe, el desalineamiento del tipo de cambio real se acerca al 15%, lo que sugiere una necesidad de profundizar en las medidas que promueven inversión y crecimiento económico.
No hay más remedio: Uruguay está caro. Al comparar el desvío del valor actual del tipo de cambio real respecto al promedio histórico, el país tiene una mayor paridad cambiaria que sus principales socios comerciales -excepto China, con quien está 6% más barato-.
Así, se encareció 45% más con respecto a Brasil, 56% más que Argentina (con dólar blue), 15% más que la Unión Europea (UE) y 13% más que Estados Unidos (EEUU), de acuerdo con el documento.
Asimismo, se proyecta que este panorama permanezca por un tiempo más. Debido a la masiva emisión de dólares, programas de financiamiento y anuncios por parte de la Reserva Federal de EEUU en respuesta a las necesidades generadas por la pandemia, se espera que el valor global del dólar no suba significativamente en los próximos años. Por otro lado, los anuncios del Banco Central del Uruguay (BCU) y los supuestos de las proyecciones del Presupuesto Nacional 2020-2024 fueron claros: no está en el horizonte una suba significativa del dólar.
Cambio
A causa de este escenario global y local, para Ceres la forma de mejorar la competitividad y atraer nuevos emprendimientos pasa por implementar o acelerar reformas en las empresas públicas. A esto se le suma, además, rebajar el precio de la energía y combustibles, facilitar la promoción de inversiones, readecuar las normas laborales, reducir la burocracia y sus costos asociados, y acelerar negociaciones comerciales para obtener baja de aranceles a las exportaciones.
De esta manera, el Centro planteó una serie de reformas para atacar estos problemas y mejorar la competitividad del país.
En primer lugar, bajar los precios de combustibles y energía eléctrica; la relación dólar-tarifas de UTE está 36% por debajo de los valores promedio históricos, mientras que el costo de combustibles está un 28% a la baja. De la mano de esta iniciativa, también se propuso mejorar la eficiencia de entes de servicios.
Luego, flexibilizar la promoción de inversiones y descontar de ellas los aportes patronales previsionales. También se podría adecuar la normativa laboral sobre convenios por empresa y rama, categorías, carga horaria y extras, ya que “es considerada por empresarios como la principal barrera para invertir”, según enuncia el texto.
Acompañado de una readecuación de la regulación laboral, se debe simplificar también la burocracia para reducir los costos asociados a la apertura de empresas y para trámites asociados a la misma.
Por último, el Centro sugirió una agenda proactiva para generar y firmar más acuerdos comerciales que, a su vez, den baja de aranceles a las exportaciones.
“Las reformas son complicadas para aplicar en tiempo y forma, pero son necesarias para el bien del país y de su gente”, concluyó el informe.
