El “pacto parcial” suspende el aumento del 5% en los aranceles a importaciones del país asiático por un valor de US$ 250.000 millones. Mientras tanto, China podrá volver a comprar bienes agrícolas de Estados Unidos. Se espera que los dos líderes de las potencias mundiales firmen el tratado en noviembre, en el marco del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico.
El mandatario estadounidense, Donald Trump, y el viceprimer ministro chino, Liu He, alcanzaron un “acuerdo significativo” que daría un respiro a la guerra comercial entre ambas naciones.
En concreto, el pacto parcial consistió en que Estados Unidos suspenda el aumento de tarifas planeado para el pasado martes 15. Dicho incremento consistía en aumentar del 25% al 30% los aranceles a importaciones chinas por valor de US$ 250.000 millones.
Por otro lado, le permite a China volver a adquirir entre US$ 40.000 millones y US$ 50.000 millones en productos agrícolas de la potencia norteamericana. Esto significa una buena noticia para ese sector de la economía, ya que fue de los más golpeados por la guerra comercial. Además, representa un beneficio extra para Trump: en las elecciones de 2016, el voto del sector rural fue clave para su victoria, por lo que este impulso a través del acuerdo con China podría aventajarlo de cara a su posible reelección.
A esto se le suma que, según aseguró Trump, hubo concordancias en materia de propiedad intelectual y servicios financieros. No obstante, no se llegó a una concreción formal en cuanto al acuerdo pactado.
Este tratado será formalizado en papel durante las próximas semanas; el objetivo es que tanto Trump como su colega chino, Xi Jinping, firmen el documento definitivo durante la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC). La misma se celebrará en Santiago de Chile entre el 16 y el 17 de noviembre.
A su vez, para Trump este acuerdo es la “fase uno”. Una vez sea firmado, podría dar lugar a una “fase dos” -centrada en las transferencias tecnológicas y las garantías- e incluso “fase tres”, de acuerdo con el mandatario, en referencia a una posible baja progresiva de los aranceles -y de la guerra- hacia China.
Sin embargo, si bien este alto al fuego es una buena señal, tampoco significa el fin. Un ejemplo de esto es que ambas potencias suspendieron sus respectivos aranceles, no los cancelaron. Por ende, es un primer paso hacia diversas rondas de negociaciones.
En este sentido, China se pronunció respecto al acuerdo alcanzado el fin de semana, manteniendo que quiere una nueva ronda de negociación antes de que Jinping acepte firmarlo. Este nuevo round sería para finales de octubre, en donde se enviaría a una delegación negociadora para definir los detalles finales.
Entre las últimas pinceladas se destaca la imposición de nuevos aranceles, lo que está planeado para el 15 de diciembre. China busca que se suspenda esa ronda de impuestos, pero desde Estados Unidos no se dieron señales en las negociaciones mantenidas entre Trump y Liu He.