A pesar de que persisten las restricciones y los porcentajes de desempleo aún son elevados, los comerciantes esperan que la afectación causada por la pandemia se extienda hasta el segundo semestre del año próximo. En esta línea, la asesora económica de la Cámara Nacional de Comercio y Servicios del Uruguay (CCSU), Ana Laura Fernández, aseguró a CRÓNICAS que incluso hay “un escenario más optimista para la segunda mitad del 2021”.
En este marco, la venta de autos y la indumentaria son algunos de los sectores que más rápidamente han repuntado en sus ventas, mientras que los supermercados aún no lograron todavía recuperar los niveles que había previo a la emergencia sanitaria. En tanto, el presidente de Cambadu, Antonio Ameijenda, dijo a CRÓNICAS que se percibe la baja del poder adquisitivo en los negocios de cercanía, aunque reconoce que los comercios minoristas no son los más afectados. Por su parte, el presidente de la Confederación Empresarial del Uruguay (CEDU), Carlos Delfino, sostuvo que el consumo ha bajado y que “no hay plata en la calle”. Además, tanto Fernández como Delfino hicieron énfasis en la preocupación ante la inminente apertura de fronteras, que puede volver a poner en jaque al comercio local.
Por María Noel Durán | @MNoelDuran
El comercio atraviesa una fase de contracción y sigue experimentando una caída en el volumen de ventas, según los últimos datos difundidos por la CCSU. Sin embargo, para los especialistas es claro que la caída no es generalizada en todos los rubros de análisis como sí lo era en 2020 y en el primer trimestre de este año. Así lo aseguró a CRÓNICAS la asesora económica de la gremial empresarial, Ana Laura Fernández.
Al comienzo de la pandemia las empresas veían cada vez más lejana la recuperación, sin embargo a partir del 2021, el plazo de afectación se acortó, especialmente en el segundo trimestre de este año. «Las empresas esperan que la afectación de la pandemia termine en la segunda mitad del 2022», indicó Fernández al respecto de cuándo se espera regresar a los valores prepandemia y aclaró: «La vuelta a la nueva normalidad sería en el segundo semestre del año entrante».
Para los próximos meses, el comercio se mantiene expectante de lo que suceda a nivel local. Las condiciones sanitarias son un elemento clave en lo que tiene que ver con la movilidad de las personas y en lo relativo a las decisiones de consumo. «Vemos un escenario más optimista para la segunda mitad del año», reconoció Fernández y afirmó que a pesar de las restricciones, del porcentaje importante de personas que aún no recuperaron su trabajo y de otras que están en seguro de paro, el escenario es más optimista respecto a los primeros meses del año.
Aunque la caída es menos generalizada, cada rubro tiene sus particularidades. En el caso de la indumentaria, que venía arrastrando sucesivos trimestres de caída, este último le valió un crecimiento de más del 10%.
La reactivación llegó en temprana hora también para las automotoras. Según datos de la Asociación del Comercio Automotor del Uruguay (ACAU), el incremento en las ventas de cero kilómetro fue de 84,6% en el primer semestre del año frente al mismo periodo del 2020. Otros rubros, como la informática, muestran un ascenso del 15,7% en sus ventas y nunca registraron caída en el transcurso de la pandemia.
En la contracara se encuentran, por ejemplo, los electrodomésticos, que presentan un descenso del 9% en el segundo trimestre del año. En el mismo sentido se encuentran los supermercados, que si bien vieron reducida su caída, aún muestran un descenso del 8% en los últimos tres meses.
En líneas generales, se percibe una tendencia positiva de recuperación, sin embargo, no se llega a los niveles prepandemia.
Los datos de empresas cotizantes en el BPS también revelan que hubo una recuperación. Según los últimos datos del ente previsional, hay unas 282.000 empresas registradas, un número que aún está por debajo de los datos de enero de 2020, cuando había unas 285.000, pero es una cifra alentadora si se la compara con las 276.110 de junio del 2020. «Parecería que estamos recorriendo un camino de recuperación en términos de empresas cotizantes», destacó Fernández.
“Uruguay es un 56% más caro que Argentina, un 37% más caro que Brasil y un 12% más caro que Estados Unidos”.
Las interrogantes
La representante de la Cámara de Comercio se refirió a los temas que más preocupan hoy por hoy a los asociados a la gremial empresarial. La primera interrogante es, sin dudas, la apertura de fronteras.
Al comparar el desvío del valor actual del tipo de cambio real respecto al promedio histórico, se observa que, al día de hoy, Uruguay es más caro que sus principales socios comerciales: un 56% más caro que Argentina, un 37% más caro que Brasil y un 12% más caro que Estados Unidos, según datos de la CCSU.
La diferencia cambiaria, en particular con Argentina, preocupa al sector comercial y no solamente por los departamentos de frontera -que son los primeros afectados y los directamente involucrados-, sino también por el derrame que esto pueda conllevar en el comercio de todo el país.
En el marco del almuerzo de la Asociación Rural del Uruguay en la Expo Prado, el subsecretario de Economía y Finanzas, Alejandro Irastorza, adelantó que este tema también mantiene alerta al gobierno y apuntó que se estudian medidas relacionadas con exoneraciones de impuestos patronales y “algunas tarifas” en pos de beneficiar a los comerciantes que puedan verse afectados.
Consultada al respecto, Ana Laura Fernández sostuvo que ya hay indicios de que va a haber medidas microeconómicas concretas.
Asimismo, resaltó que otro actor fundamental será la Aduana. «Desde la CCSU estuvimos reunidos con la Aduana y las autoridades nos transmitieron la importancia del control en el trasiego de mercadería a través de las fronteras». La asesora apuntó que si bien es inevitable, “es importante que existan los mayores controles para evitar distorsiones muy amplias en mercadería que ingresa sin el pago de impuestos”.
Además de estar trabajando 100% coordinados con la Aduana, la asesora recordó que desde el MEF ya hay indicios de que habrá medidas en ese sentido con el objetivo de mitigar los efectos negativos que pueda tener el sector comercial ante la inminente apertura de fronteras.
Una de las propuestas planteadas al MEF en el grupo de trabajo fue la posibilidad de que se le descuente el IVA a los productos de la canasta básica de los comercios del litoral. Sin embargo, Irastorza reconoció que estos alimentos tienen un IVA del 10%, por lo que esa exoneración impositiva “con una diferencia de 200% y hasta 300%” en los precios de los mismos productos en los países vecinos “no soluciona el tema”.
Por otro lado, también está en la mira el impacto que pueda tener la temporada turística en el proceso de recuperación, teniendo en cuenta el gasto que puedan realizar esos turistas que arriban a Uruguay principalmente desde Argentina. «Es una economía muy deprimida y nosotros estamos históricamente muy caros respecto a Argentina; esto condiciona los resultados en materia de gasto turístico», puntualizó Fernández.
Los más cercanos
Cambadu representa a 3.000 socios, la mitad de los cuales son comercios de cercanía, almacenes y autoservicios. El 95% de ellos son pymes.
Su presidente, Antonio Ameijenda, explicó a CRÓNICAS que en el 2021 se percibe una baja de la venta y del consumo, lo que ha sido más patente en los barrios periféricos que presentan, a su vez, más desocupación. “Ya nadie tiene el poder adquisitivo que tenía anteriormente pero la gente se ha dado cuenta que los negocios de cercanía tienen los precios y otras bondades que no tienen otros negocios”, resaltó Ameijenda. En la misma línea, sostuvo que el mercado minorista no ha sido el más perjudicado aunque sí hay que protegerlo de aquellos que buscan desplazar a la competencia.
En este sentido, Ameijenda alertó sobre el avance de corporaciones que, independientemente de la rentabilidad, tienen como objetivo anular a la competencia. «Consideramos que la libre competencia es muy buena, pero tenemos un canal muy bien abastecido en Uruguay y se siguen estableciendo negocios que no están buscando rentabilidad sino el desplazamiento de la competencia, y eso es peligroso para el mercado», reflexionó.
El presidente de Cambadu hizo énfasis en la importancia de que haya más opciones en cuanto a los medios de pago electrónicos, que en muchas ocasiones funcionan como un anzuelo para lograr un mayor consumo en los comercios de cercanía. La mayor oferta en la pasarela de tarjetas de crédito y débito y la presencia de distintos sellos y actores intermediarios ha promovido una rebaja en los aranceles y pagos anticipados o reducciones en los tiempos de pago que también resulta en un beneficio para los negocios más pequeños. «El negocio de cercanía tiene que adquirirlo, no pensar que es un gasto, es un servicio muy importante para el público», destacó Ameijenda.
«Hoy prácticamente el 50% o más de las ventas se hacen por medio de pago electrónico», subrayó el presidente de Cambadu, aunque sostuvo que la cifra fluctúa según de qué zona de la capital se trate.
De hecho, según el Reporte del Sistema de Pagos Minoristas difundido en marzo de este año por el Banco Central (BCU), el impacto es aún mayor. El IPET (índice de pagos electrónicos vs. tradicionales) pasó de 50 a fin de 2019 a 57 a fin de junio de 2020 y a 61 al cierre de 2020. Es decir, que cada $100 abonados, $ 61 se hicieron por medio electrónico y $ 39 por los medios tradicionales.
En todo el país
Por su parte, el presidente de CEDU, Carlos Delfino, aseguró a CRÓNICAS que en los últimos tres meses el comercio interno se enlenteció. «Hay menos plata en la calle», sostuvo, e indicó que aunque la industria haya mostrado mejores números eso aún no ha derramado al comercio.
«En todo rubro se percibe que ha bajado el consumo, no entra gente y no hay plata en estos últimos meses», afirmó.
Delfino remarcó que es importante que desde el Estado se haga el esfuerzo para bajar los costos a los comerciantes. «Agradecemos el apoyo que ha dado el gobierno; se mantuvieron los motores prendidos, como dijo la ministra de Economía (Azucena Arbeleche). Eso ha sido fundamental para que sigamos trabajando y con la posibilidad de recuperarnos», señaló.
Consultado acerca de la apertura de fronteras, Delfino hizo énfasis en que CEDU lleva varios años poniendo en el tapete el proyecto de fronteras ante los ojos de los distintos actores políticos, e incluso del gobierno actual.
Este lunes, Delfino, junto con la delegación de centros comerciales del litoral y Bella Unión se reunieron con el presidente Lacalle Pou en pos de construir una batería de medidas para que el comercio que está instalado tenga cómo defenderse ante la inminente apertura de fronteras que se estima será de aquí a dos meses (ver página 12). En la misma línea, indicó que próximamente mantendrán una reunión con autoridades del Ministerio de Economía para continuar tratando el tema.
«Tampoco pretendemos que se mantengan cerradas las fronteras, son ciudades binacionales, esa es su realidad. Sí pretendemos que los comercios tengan una defensa», aclaró.
Al respecto del posible incremento en los controles de la Aduana, Delfino aseguró que CEDU no está de acuerdo con el cero kilo.
«Nosotros vamos a apoyar siempre todo lo que sea contra la informalidad y el contrabando pero no somos partidarios del cero kilo porque hay una convivencia entre las ciudades. No creo que el cero kilo sea la solución porque la verdad es que el contrabando está como institucionalizado en este país, está en los 19 departamentos, todos vamos al Chuy y traemos cosas. Sí creo que hay que ir contra el contrabando grande, y ahí sí hay que poner más controles para que no se inunde la plaza, pero no porque vaya una familia y traiga algo», finalizó.