Confianza del consumidor cae por peores expectativas sobre las “condiciones futuras” de la economía

Informe > Predisposición a Compra de bienes durables tuvo el mayor deterioro

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Aunque mejora la percepción sobre las “condiciones actuales”, las expectativas sobre las “condiciones futuras” llevaron a que el Índice de Confianza del Consumidor (ICC) se contrajera un 6,7% en noviembre consolidándose en la zona de “moderado pesimismo”.

La confianza del consumidor registró una caída de 6,7% en el mes de noviembre, revirtiendo por demás la recuperación que había mostrado en octubre. De esta forma, el indicador elaborado por la Cátedra SURA de Confianza Económica de la Universidad Católica y Equipos Consultores se ubicó en un valor  de 46,5 puntos, consolidándose en la zona de moderado pesimismo, en la que ha estado la mayor parte del año.

Si bien muchas veces la evolución de la confianza  de los consumidores responde a eventos puntuales que la mueven en una u otra dirección, el indicador constituye una señal importante para estimar una posible trayectoria del consumo doméstico.

“Estaría cerrando un año en que la Confianza del Consumidor quedó estancada en los niveles del segundo semestre de 2016, donde mejora la percepción sobre las ‘Condiciones actuales’ y empeoran las expectativas sobre las ‘Condiciones futuras’”, sostiene el informe publicado por el centro de estudios.

La contracción de noviembre se debió al deterioro de los tres subíndices que componen el ICC, aunque la “Predisposición a la compra de bienes durables” fue el que mayor ajuste tuvo en el mes.  Por su parte, entre los “otros indicadores de confianza económica” se volvieron a observar resultados variopintos: por un lado aumenta la “preferencia por la moneda nacional para depositar”, pero del otro lado, se vuelven más pesimistas sobre la percepción de la “capacidad de ahorro” de las familias y las “expectativas de inflación” y desempleo. Según se explica, “la percepción del consumidor es que, pese al mayor dinamismo de la economía, su ‘capacidad de ahorro’ continuaría contrayéndose gradualmente, con un desplazamiento de respuestas acerca del ingreso de ‘me alcanza bien, puedo ahorrar’ a ‘me alcanza justo’ y ‘no me alcanza’”.

Indicadores

El subíndice de mayor contracción en noviembre fue “Predisposición a la compra de bienes durables” que se contrajo un 18,6% respecto al mes anterior, más que revirtiendo la recuperación que había mostrado en octubre. Por su parte, los dos subíndices de percepción sobre la Situación Económica acumularon en noviembre su tercer mes de caída consecutiva.

“Próximos al cierre del año, el ICC promedio marca exactamente el mismo valor que promediaba al segundo semestre de 2016 (48,1). O sea, el ICC en 2017 es más elevado que en 2016 debido a la comparación respecto a un primer semestre del año pasado con mínimos históricos de confianza, pero que queda estancado en el ‘moderado pesimismo’ del segundo semestre”, sostiene el informe. Según se detalla, la diferencia más notoria con respecto a ese segundo semestre sería la mayor volatilidad, y que pese a que el promedio permanece estable, al interior del ICC mejora la percepción en relación a las “Condiciones actuales”, básicamente a instancias de una menor inflación, mayor salario real y mayor consumo, en tanto empeoran las perspectivas sobre las “Condiciones futuras” (+3,1 puntos vs -3,3 puntos, respectivamente).

Si bien el valor del dólar en noviembre interrumpió cinco meses de racha alcista, la Predisposición a la compra se ajustó fuertemente, posiblemente internalizando peores perspectivas sobre las expectativas económicas a nivel País (-3%) y Personales (-2%).

Aumento en Preferencia por la moneda nacional para depositar “muestra un consumidor atento a la pizarra y expone las dificultades para lograr una ‘desdolarización cultural’”

Respecto a los otros indicadores de confianza económica, la Preferencia por la moneda nacional para los depósitos aumentó 4,7 puntos, lo que responde a la interrupción del proceso de depreciación de la moneda local frente al dólar que se había registrado en los últimos cinco meses. “Esto muestra un consumidor atento a la pizarra y expone las dificultades para lograr una ‘desdolarización cultural’”, sostiene.

Por su parte, del lado pesimista, se deterioró la Capacidad de ahorro de las familias (ver recuadro), y aumentaron las expectativas de inflación y de desempleo. Si bien la inflación permanece dentro del rango objetivo de la política monetaria, en la medida que la inflación anual continúa repuntando, las expectativas sobre los precios continúan, por tercer mes consecutivo, retomando mayor pesimismo. Por último, las expectativas de desempleo también aumentaron por tercer mes consecutivo, en línea con una tasa de empleo que cae por tercer mes consecutivo en la economía.


Mayor crecimiento, más consumo, pero menor capacidad de ahorro

La percepción de los consumidores sobre la Capacidad de Ahorro de las familias parece mostrar un comportamiento cíclico, según analiza el informe de la Cátedra SURA. En los años de mayor dinamismo el indicador promedio 80,7 puntos (setiembre 2009 a marzo 2015), en tanto luego del ajuste que se evidenciaba hacia el mes de abril de 2015, la percepción sobre la capacidad de ahorro se estabilizó en un escalón más abajo (promedio: 70,9 desde abril 2015 hasta noviembre 2017). No obstante, se advierte que más allá de las volatilidades mensuales, la Capacidad de ahorro de las familias, desde la perspectiva del consumidor registraría un gradual ajuste a la baja en los últimos tres años. En ese sentido, se destaca que el 2017 mostró un mejor desempeño económico que el esperado, más que duplicando el ritmo de crecimiento respecto al 2016, lo que se reflejó en un fuerte crecimiento del consumo doméstico luego de dos años de estancamiento, retomando así “el rol de motor de la demanda agregada, pasando a crecer por encima del PIB”. “En tal caso, sería consistente la percepción de que la capacidad de ahorro se contrae en 2017, en la medida que el consumidor sería menos conservador”, señala el informe.