La confianza de los consumidores se mantiene en la zona de moderado pesimismo, en la que se ha ubicado durante los últimos cuatro años, salvo excepciones puntuales. No obstante, el indicador mostró en junio una recuperación a la caída de mayo, con mejoras en los tres subíndices que lo componen, así como en los “otros indicadores” que se relevan. Esta mejora, podría estar incidida por el denominado efecto del ciclo electoral, que genera mayor optimismo sobre las condiciones futuras de la economía personal y del país.
El Índice de Confianza del Consumidor (ICC) registró un aumento de 1,8 puntos durante el mes de junio, revirtiendo la contracción que había registrado el indicador en mayo, de acuerdo a los datos del informe elaborado por la Cátedra SURA de Confianza Económica de la Universidad Católica y Equipos Consultores. Pese a la recuperación, la confianza de los consumidores uruguayos sigue en la zona de “moderado pesimismo” en la que se encuentra desde mediados de 2015, salvo algunas excepciones puntuales en la que estuvo en la zona de moderado optimismo (abril y agosto 2017) o de atendible pesimismo (agosto 2018).
La mejora de la confianza registrada el mes pasado se explica por el desempeño positivo de los tres subíndices que componen el ICC. En particular, se destacó el crecimiento de 2,8 puntos registrado por el índice de percepción sobre la situación económica personal, que recupera el deterioro de mayo. Asimismo, el informe detalla que en sintonía con el ciclo electoral la percepción sobre la situación económica del país volvió a crecer (+1,5 puntos), lo que representa el cuarto incremento consecutivo del indicador. El aumento de junio estuvo incidido particularmente por una mejora en la percepción de condiciones para los próximos 12 meses (+2,1 puntos), que en los últimos dos meses se había recuperado más lentamente que las perspectivas a 3 años.
En este contexto de mejores perspectivas económicas, la predisposición a la compra de bienes durables se recuperó parcialmente (+1,2 puntos) de la fuerte contracción que había registrado en mayo (-5,1 puntos), lo que se debió mayormente a la predisposición a comprar “casas y automóviles” que había sido la que más se había contraído en mayo.
Al considerar el cierre de la primera mitad del año, la confianza de los consumidores presenta un nivel similar al registrado en enero-junio de 2018, aunque con una composición diferente a nivel de los indicadores. El mayor optimismo que se registra en las perspectivas para la Situación Económica del País (+5,9 puntos) resultó ser neutralizada por el mayor pesimismo en materia de Predisposición a la Compra de Bienes Durables (-5 puntos) y la ligera contracción del de Situación Económica Personal (-0,9 puntos)
Pese a la relativa estabilidad de la confianza de los consumidores en el semestre en términos interanuales, el informe aclara que existe una predisposición a la compra “más conservadora”. “En particular, el segundo trimestre vuelve a mostrar una menor Predisposición a la compra respecto del trimestre anterior, quedando a su vez 2,3 puntos por debajo de abril-junio de 2018, con lo que se esperaría que el consumo privado del segundo trimestre de 2019 continúe mostrando un sesgo contractivo”.
Los otros
En línea con la recuperación que registró el ICC en comparación con mayo, los “Otros indicadores” de confianza económica relevados por la Cátedra SURA también evidenciaron una mejora de la confianza de los consumidores durante el mes de junio. En algunos casos se aprecia una recuperación puntual del mes, y en otros, una tendencia que se acumula a la de meses previos, y que podría asociarse al ciclo electoral. Dentro de estas últimas se encuentran las Expectativas de desempleo (-2,9 puntos) y las Expectativas de ingresos de la familia (+1,3 puntos) para los próximos 12 meses. En particular, el índice Expectativas de desempleo, si bien continúa en terreno pesimista, alcanza la posición menos pesimista desde setiembre de 2017.
Por su parte, dentro de esta categoría de índices relacionados a la evolución futura de los indicadores macroeconómicos se podría incluir a las Expectativas de Inflación (-3,7), no obstante en este caso la mejora no es tan sostenida, ya que en los dos meses anteriores se avanzó hacia mayor pesimismo.
Por su parte la recuperación de los índices de Preferencia por depósitos en el país (5,3) y de Preferencia por depósitos en moneda nacional vs en moneda extranjera (2,9) podrían asociarse más a una recuperación del mes, en el primer caso además vinculada a la estabilización del tipo de cambio, ya que estos fueron los indicadores que registraron una variación más pesimista en mayo.
Al considerar el promedio de la primera mitad del año, se observa un comportamiento más heterogéneo. La mayor variación la registra el índice que capta la Preferencia por depósitos en moneda nacional (-8,9 puntos), mayor pesimismo que se asociaría a la depreciación promedio de 15,6% de la moneda nacional frente al dólar del primer semestre de 2019 frente al de 2018. La segunda mayor variación entre los semestres de ambos años es hacia menor pesimismo, y la registra el Expectativas de Inflación (-5,0), debido básicamente al ajuste de estas expectativas en el primer trimestre de este año. Le sigue como tercera mayor variación, y también hacia mayor optimismo la del índice de percepción de Capacidad de ahorro de la familia (2,9) que, en la medida que la percepción sobre la Situación Económica Personal Actual en el semestre empeoró (-2,0) podría asociarse a la percepción más optimista en materia de evolución de los precios.