La confianza del consumidor uruguayo tuvo en octubre su mayor descenso desde el shock de marzo, lo que se debe a la desmejora de la situación sanitaria en Uruguay, ya que se puede estar temiendo la posibilidad de un nuevo cierre de actividades que meses anteriores se habían reactivado (shoppings, teatros, bares, etc.) teniendo un impacto directo en el ingreso de las personas y del país. A nivel regional, Uruguay tiene el mayor puntaje de confianza, pero es el país que se encuentra más lejos de los valores registrados antes de la pandemia.
El Índice de Confianza del Consumidor registró en octubre una caída de 1,3 puntos respecto al mes anterior, lo que representa “la mayor contracción del índice desde el shock provocado por el Covid-19 en marzo que hizo disminuir el ICC en 9 puntos”, según señala el informe elaborado por la Cátedra SURA de Confianza Económica de la Universidad Católica y Equipos Consultores. Además, el descenso del mes pasado contrarresta el aumento que se había observado en el mes de setiembre (+1 punto), momento en el que se registró el puntaje más alto del indicador desde el shock de marzo cuando se declarara la emergencia sanitaria.
De esta forma, el ICC se ubicó en octubre con un puntaje de 46,2, manteniéndose por octavo mes consecutivo en el nivel de moderado pesimismo.
Por su parte, si se lo mide en términos interanuales, la confianza del consumidor se encuentra 4,7 puntos por debajo del registro de octubre de 2019, mientras que si se considera el acumulado enero-octubre la situación se modera, aunque también se ubica en una situación peor (-1,4 puntos).
Caen todos
En cuanto a los subíndices, es la primera vez en el año que caen los tres simultáneamente. Esta reacción pudo deberse a la desmejora de la situación sanitaria en Uruguay, ya que en octubre, se registraron picos de casos diarios y récord de casos activos desde que empezó la pandemia. Este cambio en la situación relacionada al Covid-19 puede haber sido una de las principales causas en el cambio de las expectativas de los consumidores que pueden estar temiendo la posibilidad de un nuevo cierre de actividades que meses anteriores se habían reactivado (shoppings, teatros, bares, etc.) teniendo un impacto directo en el ingreso de las personas y del país.
La percepción sobre la Situación Económica Personal fue el único subíndice que descendió por segundo mes consecutivo (-0,4 y -1,4), contrarrestando la suba de 2,2 puntos en agosto 2020. Dentro de sus componentes, se presentó una mayor caída en la situación económica actual (-2,0) respecto a la situación a un año (- 0,8).
Por su parte, la percepción sobre la Situación Económica del País descendió 2,1 puntos, con caídas de los dos componentes que lo conforman (situación económica del país a un año y a tres años).
Por último, la Predisposición a la compra de bienes durables fue el subíndice que menos disminuyó (-0,3) dejando atrás el puntaje obtenido en agosto el cuál fue el puntaje más alto desde que se registró el shock del Covid-19 (23 puntos). A pesar de que disminuyó, esta caída fue muy inferior a la registrada en marzo, cuando el índice descendió 24 puntos; esto podría estar indicando un cambio en las preferencias de uso del ingreso disponible del consumidor. Esta situación puede estar influenciada por una mayor permanencia en los hogares y la existencia de trabas (días de cuarentena, costo de los test, etc.) que desestimulan viajar al exterior. Como consecuencia, el consumidor podría estar comenzando a destinar una mayor proporción del ingreso a cambiar electrodomésticos y aquellas cosas que le brinden mejor calidad de vida.
Otros indicadores
Al igual que el índice general, los otros indicadores de confianza muestran, en general, una desmejora respecto a setiembre, con la excepción de las expectativas de inflación y la preferencia por moneda nacional.
El consumidor podría estar comenzando a destinar una mayor proporción del ingreso a cambiar electrodomésticos y aquellas cosas que le brinden mejor calidad de vida.
Los indicadores que más se vieron afectados son aquellos relacionados con el empleo y los ingresos (expectativas de ingresos, expectativas de desempleo y capacidad de ahorro) y, a pesar de que las primeras dos se miden a un año y la capacidad de ahorro es presente, su disminución puede verse relacionada a la falta de certezas sobre el control de la pandemia y cómo va a evolucionar en el futuro, no existiendo un horizonte temporal claro sobre cuándo va a terminar ni cuáles van a ser las consecuencias de este retroceso.
Confianza regional
Al analizar la variación del índice a nivel regional, se observa que, salvo Argentina, los países se encuentran en el nivel de moderado pesimismo (más de 40 puntos), aunque, al igual que Uruguay, Argentina y Brasil empeoraron su puntaje respecto a setiembre de 2020.
Brasil es el país que menor disminución tiene (-0,5), pero interrumpe los cinco meses de mejora consecutiva. A pesar de la caída, Brasil es el país que más cerca se encuentra del puntaje registrado antes del shock del Covid-19 (-2,7 puntos menos que en febrero de 2020, frente a -3,9 punto de Argentina y -4 puntos de Uruguay).
Argentina disminuyó 1,5 puntos en el mes de octubre, pasando de zona de moderado pesimismo en setiembre (40,3 puntos) a una zona de atendible pesimismo (38,8 puntos). Uruguay, por último, es el país con mayor puntaje (46,2) pese a haber descendido, pero es el que se encuentra más lejos de los valores registrados antes de la pandemia (50,2 en febrero 2020 vs. 46,2 en octubre 2020).