El encargado de Asesoramiento en Jaume y Seré Comercio Exterior y Logística, Daniel Olaizola, reconoció que el sector logístico se vería ampliamente beneficiado con un acuerdo de libre comercio -con cualquier país- pero principalmente con China. Explicó que el TLC traería consigo un aumento en el comercio, que en primera instancia significa más movimiento en la terminal portuaria de Montevideo, y detalló que además se vería reflejado en un incremento del movimiento en las terminales aéreas, las cargas a granel y la llegada y salida de contenedores. “Sería un escenario ideal”, dijo Olaizola al respecto.
Por Ariana Vezoli Ribeiro | @arianavezoli
En la pasada edición de CRÓNICAS, el fundador y presidente de Grupo RAS, Ruben Azar Scarone escribió en la contratapa un artículo acerca de “La oportunidad de los servicios logísticos en el TLC Uruguay-China”.
Azar, entre otras cosas, puso sobre la mesa que uno de los principales obstáculos en la exportación de servicios logísticos de Uruguay ha sido la promoción de las ventajas que tiene como escala para mercaderías en tránsito. Por lo que él entiende que uno de los mejores beneficios de un TLC (tratado de libre comercio) con China sería, justamente, la promoción exitosa de estos beneficios.
En este contexto, CRÓNICAS consultó al experto en logística, Daniel Olaizola, actualmente Encargado de Asesoramiento en Jaume y Seré Comercio Exterior y Logística, acerca de los beneficios y riesgos precisamente del sector en cuestión ante un posible escenario de un TLC Uruguay-China.
El especialista explicó que el TLC traería consigo un aumento en el comercio, que, en primera instancia, significa más movimiento en la terminal portuaria de Montevideo, y detalló que además se vería reflejado en un aumento del movimiento en las terminales aéreas, las cargas a granel y la llegada y salida de contenedores.
Esto último representa una gran oportunidad para las industrias exportadoras uruguayas, que en el último tiempo han sufrido la escasez de contenedores, sumado a que muchos de los grandes buques saltean el puerto de Montevideo -lo que dificulta aún más el acceso a cargar su producción-. En definitiva, se abre una puerta muy importante en el mercado chino. “Sería un escenario ideal”, dijo Olaizola al respecto.
Consultado por los beneficios en concreto que puede obtener el sector logístico nacional, el abogado y profesor de comercio exterior uruguayo en la Universidad de Montevideo dijo a CRÓNICAS que cualquier iniciativa referida a un aumento de comercio o del flujo de cargas es una buena noticia para el sector logístico.
“China está mirando la costa atlántica de Sudamérica y podemos ser un excelente aliado desde el punto de vista logístico”, remarcó Olaizola.
También hizo alusión a algunas de las normativas de Uruguay que lo favorecen ante otras naciones de la región. Es el caso de la Ley de Puertos Libres, que permite movilizar mercaderías con ventajas tributarias y controles más flexibles a cargas de paso, le da más agilidad a la terminal portuaria.
En la misma línea se encuentra la Ley de Inversiones, regulada por la Comap (Comisión de Aplicación de Ley de Inversiones), que permite hacer inversiones con exoneraciones tributarias, lo que hace a Uruguay más atractivo para inversores, principalmente en el ámbito de servicios.
En igual sentido, según Olaizola, la Ley de Zonas Francas genera atractivo en cuanto a acuerdos comerciales y constituye una de las herramientas para captar inversiones chinas. “Creo que Uruguay lo que tiene para ofrecer, además del paquete de medidas referidas a la logística, es la gran estabilidad”, puntualizó, haciendo referencia a que aún con un cambio de signo político en el gobierno, se mantuvieron las políticas de Estado. “Eso le da seguridad a los inversores”, enfatizó el asesor.
“Estamos lejos pero nos prefieren por calidad. Nos podemos volver más competitivos al no tener que pagar aranceles”, señaló el ejecutivo.
El experto señaló que con la llegada de la pandemia se pudo apreciar la fragilidad de las cadenas logísticas. “Uno de los miedos -y hoy sigue pasando con la crisis de los contenedores- es quedarse sin abastecimientos de mercaderías, de materias primas”, reconoció.
Por esta razón, “todos los lugares donde puedan hacerse stocks de mercadería más cerca y con exoneraciones tributarias van a estar mucho más presentes de aquí en adelante”, pronosticó, y añadió: “Uruguay puede ofrecer todo eso”.
Olaizola entiende que Uruguay ha hecho mucho por dar a conocer estas ventajas cada vez que el gobierno o las empresas salen a buscar inversores en el exterior, pero aún queda mucho por hacer.
Para el ejecutivo, se deben aprovechar los tiempos presentes para mostrar el país a empresarios chinos como un buen lugar de inversión y a la región como un “pulmón de mercaderías del cual echar mano rápidamente”.
En esta línea, manifestó que la industria uruguaya -sobre todo la de orden agrícola- al exportar a China ha estado compitiendo con países como Australia y Nueva Zelanda que, apartando la ventaja de la cercanía geográfica, ya tienen acuerdos de libre comercio con el gigante asiático. Por tanto, que Uruguay dejara de pagar los aranceles que hoy destina a China lo ubicaría en una posición definitivamente más competitiva.
Asimismo, el aumento de cargas de exportación tiene impacto en la compra de cargas pequeñas a la nación asiática, porque las abarata y salen favorecidas muchas empresas de la actividad logística, así como los importadores uruguayos. Y al final de la cadena está el consumidor uruguayo, que siente un abaratamiento en su consumo.
Sin embargo, Olaizola clarificó que “cuando se produce un acuerdo comercial hay algunos sectores de la industria nacional que se pueden ver afectados (…) No me gustaría parecer proteccionista, sino ayudar a los sectores más vulnerables para que puedan atravesar la transición con herramientas adecuadas”, sostuvo, refiriéndose a algunos segmentos que pueden sentir un mayor impacto, como es el caso del rubro vestimenta y calzado, del sector de mobiliario y de juguetería.