Desempleo alcanzó en 2019 su máximo desde 2007 y se deterioraron las condiciones laborales

Datos > Desocupación juvenil alcanzó el 27,7%

Mientras que el año pasado el empleo tocó su menor valor desde el año 2007, el desempleo alcanzó su máximo desde ese año, según los datos del INE. Los jóvenes y las mujeres son los grupos que registran mayores niveles de falta de trabajo: los jóvenes menores de 24 años registran un desempleo 27,7% y en particular las mujeres de este grupo de edad alcanzan una desocupación del 32,8%. En 2019 también se observó un deterioro de las condiciones de trabajo de la población ocupada, con un aumento del subempleo y del no registro a la seguridad social.

Tras la crisis financiera del 2002, los números del mercado laboral fueron mejorando, hasta lograr en 2011 el máximo nivel de empleo y el menor de desempleo desde que se realizan registros. A partir de ese año, los números se han ido deteriorando paulatinamente, y actualmente ambos indicadores se encuentran en niveles similares a los registrados en el año 2007, según lo muestran los datos de la Encuesta Continua de Hogares del Instituto Nacional de Estadística (INE).

En 2019 los problemas del mercado laboral no cambiaron la tónica de años anteriores, y la pérdida de empleos en la economía fue uno de los temas centrales de la campaña electoral pasada, con múltiples promesas de creación de miles de empleos.

De acuerdo a los datos del INE, el desempleo cerró el año pasado en un promedio de 8,9%, lo que implicó un aumento de 0,6 puntos porcentuales (pp.) en relación al registro de 2018. Este aumento se debió exclusivamente a la caída registrada por el empleo, ya que la participación en el mercado laboral también cayó. La Tasa de Empleo (que mide la proporción de la población ocupada respecto a la población económicamente activa) pasó de 57,2% en 2018 a 56,7% en 2019, mientras que la Tasa de Actividad (que mide la proporción de la población en edad de trabajar que tuvo un empleo o lo buscó) bajó de 62,4% a 62,2% en igual comparación.

Por su parte, al distinguir los indicadores por sexo y edad, se constata que el desempleo es mayor en las mujeres que en los hombres, lo que se constata en todos los grupos etarios. La tasa general de desempleo para el total del país es de 7,3% en el caso de los hombres, mientras que en las mujeres alcanza el 10,7%.

A nivel de edades, se observa que los jóvenes menores de 24 años son los que tienen el desempleo más alto, alcanzando el 27,7%. Este dato baja significativamente en el resto de los grupos: entre 25 y 39 años el desempleo es de 7,6%, entre 40 y 60 años de 4,5%, y en los mayores de 60 el desempleo es del 3,5%. El grupo con mayor tasa de desempleo son las mujeres de entre 14 y 24 años que alcanzan un nivel de desocupación de 32,8%.

Los datos del INE también dan cuenta de un deterioro de las condiciones de trabajo en la población ocupada. El empleo sin restricciones se ubicó en 72,3% de la población ocupada, lo que implica una caída de medio punto porcentual en relación al 72,8% que se registró en 2018.
El subempleo (trabajar menos de 40 horas semanales y querer hacerlo más) afectó al 9,5% de los trabajadores, lo que marca un aumento de un punto porcentual en comparación con 2018 (8,5%). Por su parte, el no registro a la seguridad social afectó a un 24,8% de los trabajadores, marcando un aumento de tres décimas respecto al año anterior (24,5%). Asimismo, hubo un 6,7% de estos trabajadores que padeció de ambas limitaciones (subempleo y trabajo en negro) de forma simultánea.

Historia reciente

En 2007, cuando el país atravesaba por una importante fase de crecimiento y comenzaba a plasmarlo en sus números del mercado laboral, el desempleo fue de 9,4%. Posteriormente, la desocupación siguió bajando año a año, hasta tocar su mínimo en 2011 cuando cerró en un promedio de 6,3%. Por entonces, muchos se preguntaban si el país había llegado o estaba cerca de lo que se denomina como “desempleo estructural”, es decir, el nivel de desempleo mínimo que podría tener un país con las condiciones de Uruguay.

Luego de ese piso, la economía comenzó a debilitarse lentamente para al fin estancarse a partir del año 2015. Así fue que desde 2011 el desempleo aumentó en todos los años siguientes, para finalizar el 2019 en un promedio anual del 8,9%, 2,6 puntos por encima de aquel mínimo y seis décimas de punto por encima del promedio registrado en 2018.

En materia de empleo la evolución fue similar. El registro de 2019 fue de 57,2%, lo que implica el menor valor para esta tasa desde el año 2007, cuando cerró en 56,7%.

Con el mercado laboral con un fuerte dinamismo, el empleo creció año a año hasta llegar a su techo en el año 2011 cuando  alcanzó un promedio del 60,7%. Pero a diferencia del desempleo, que mostraba una leve tendencia creciente, la tasa de empleo se mantuvo relativamente estable en el entorno del 60% hasta 2015 (2012-59,9%, 2013-59,5%, 2014-60,4%, 2015-59%).

Pero el último quinquenio la desaceleración de la economía y el estancamiento registrado llevaron a que la tasa de empleo se deteriorara fuertemente, año a año, para llegar a 2019 a su mínimo registrado en doce años.


2020 comenzó “con señales negativas”

La consultora de recursos humanos Advice publicó su Monitor del mercado laboral correspondiente a enero, dando cuenta de un inicio de año “con señales negativas”. “Más allá de que la demanda laboral aumentó un 32% en enero 2020 con respecto a diciembre 2019, la variación interanual sufrió una caída de un 24%. Esto se traduce en una diferencia del alrededor de 650 oportunidades laborales menos, comparando enero 2020 y enero 2019”, señala el informe de la consultora.

Pese a la caída interanual, la demanda laboral retornó a su valor promedio del 2019, establecido alrededor de las 2100 vacantes mensuales.

El informe detalla que durante 2019 se observó una tendencia sostenida en la reducción de oportunidades laborales. La reticencia de las empresas para contratar personal  puede deberse al magro crecimiento de la economía y la incertidumbre en el contexto político y financiero internacional. Para el 2020 se espera un mayor crecimiento, lo que podría generar un cambio de tendencia en la demanda laboral. Asimismo, se destaca “un cambio positivo de expectativas, esperando también un aumento en el crecimiento económico, aunque a tasas bajas, para 2020”. Aún así, “se siguen mostrando cautelosos en cuanto a aumentar la cantidad de personal de sus empresas”.