Incremento se debió fundamentalmente al endeudamiento de los países emergentes, que deben refinanciar o devolver alrededor de 1,7 billones de dólares antes de fin de 2018. Esas deudas se volverán más costosas si las tasas de interés de los países occidentales suben y sus monedas se fortalecen.
La deuda a nivel mundial escaló a un récord de 226 billones de dólares, más de tres veces la producción económica global anual, y cada vez más compañías tienen problemas para cumplir con sus préstamos, justo cuando los bancos centrales se preparan para terminar una era de políticas monetarias ultraexpansivas.
El endeudamiento global equivale ahora al 324% de la producción económica anual del mundo, dijo el Instituto Internacional de Finanzas (IIF) en un reporte consignado por la agencia de noticias Reuters, que destaca riesgos sobre todo en los mercados emergentes con deuda en moneda dura, como euros y dólares.
El IIF destacó que el incremento se debió mayormente a un alza de 3 billones de dólares en los niveles de endeudamiento de las economías emergentes, que ahora totalizan 59 billones de dólares. Asimismo, el informe calculó que las economías emergentes tienen que refinanciar o devolver alrededor de 1,7 billones de dólares antes de fin de 2018. Esas deudas se volverán más costosas si las tasas de interés de los países occidentales suben y sus divisas se fortalecen.
Normalizándose
Los mercados mundiales recibirían confirmación los próximos días de que ya no solo Estados Unidos está normalizando las tasas de interés desde los niveles extraordinariamente bajos introducidos tras la crisis financiera de 2009.
El Banco Central Europeo (BCE) resolvió ayer jueves recortar su compra de bonos –aunque la extendió en el tiempo- (ver nota página 13), mientras que el Banco de Inglaterra se encamina a subir las tasas de interés por primera vez en una década, mientras la Fed parece dirigirse a su tercer aumento de tasas en el año.
Los años de dinero barato han llevado a los mercados bursátiles del mundo a sucesivos máximos históricos. Pero un efecto secundario ha sido un crecimiento explosivo del crédito a medida que las familias, empresas y gobiernos sacaban provecho de unos bajísimos costos de endeudamiento.
Si bien los tipos de interés de Estados Unidos ya vienen subiendo, la expectativa de más acompañamiento por la tendencia a ajustar la política monetaria también en Europa ha llevado los costos de los bonos del Tesoro estadounidense a 2 años a máximos en nueve años.