Javier Milei anunció el pasado miércoles un Decreto de Necesidad Urgente (DNU) -una normativa que emite el presidente cuando ocurren circunstancias excepcionales que impiden seguir el procedimiento habitual de sanción de leyes- que incluye 366 artículos con los que buscará “desregularizar” la economía y que provocó distintas movilizaciones en la capital argentina. Ante esto, CRÓNICAS entrevistó a los economistas Pablo Moya y Florencia Zufiría.
Para Pablo Moya, de la consultora económico financiera Oikos, lo anunciado es la “reafirmación”, en los hechos, del discurso precampaña, de un gobierno dirigido claramente a la apertura de la economía y del mercado.
“Las 30 medidas si uno las repasa apuntan a derogar leyes que lo que hacían era restringir el funcionamiento de los mercados por así decirlo, y preparar la posibilidad de que empresas públicas sean vendidas o puedan transformarse en empresas de capitales privados”, explicó el economista.
Por su parte, Florencia Zufiría, de la consultora CPA Ferrere, resaltó que se trata de un paquete muy amplio de medidas que buscan disminuir el rol del Estado y promover la competencia, que van desde la derogación de leyes, cambios en el mercado laboral, hasta la posible privatización de empresas públicas, que, de todas formas, demuestran que las medidas que está tomando el nuevo Gobierno son más “pragmáticas” que algunas de las medidas que se discutieron en campaña.
¿Hay margen para llevarlo a cabo?
Todavía no está claro el panorama. Todas las medidas anunciadas pueden llevarse a cabo, pero antes deben pasar por el Congreso, donde podrán devenir tres escenarios posibles con respecto a qué decidan las cámaras: si no tratan el DNU, queda vigente; si una cámara lo acepta y otra lo rechaza también queda vigente, y solamente en el caso de que ambas cámaras lo rechacen, perdería la vigencia.
“El uso del instrumento del DNU implica también cuestiones de sostenibilidad en el sentido de cuánto tiempo se van a mantener las medidas y si podrían ser revertidas fácilmente. Por otro lado, también importa la forma en que la población reaccionará a las medidas y el impacto social de las mismas”, reflexionó Moya al respecto.
Sobre esto, resaltan dos aspectos no menores: Uno es la implementación de aquellos que requieren algunas mayorías en el congreso. El otro, que se debe tener en cuenta que se trata de medidas “recesivas”, que generarán un componente de “tirar abajo” la economía, lo que generará un malestar social “importante” en una economía que ya tiene un 40% de pobreza.
“Entonces más allá de que uno puede estar pensando en que lo que hoy se quiere trazar va a tener una perspectiva de cambio para mejor, en el muy corto plazo estas medidas de shock muy fuertes generan una contracción fuerte de la economía y un problema”, concluyó el economista.
Las medidas anunciadas ayer, y junto a ellas las distintas protestas realizadas en el país “puede ser un termómetro de que la oposición social y política está tomándole la temperatura al gobierno”, indicó Moya. En ese sentido, consideró que contrariamente “el gobierno por otra parte también está tomando la temperatura a esa oposición”.
No tan de fondo aparece el respaldo político, aspecto que según Zufriría, diferencia a Milei de Macri. En un contexto económico crítico, Milei llega a la presidencia con una victoria amplia en las urnas, y eso “respalda un mandato de cambio y ajuste”, enfatizó la economista.
El impacto en la sociedad argentina
Teniendo en cuenta el contexto social, Zufiría remarcó que “es clave para el éxito de las medidas su credibilidad”, y en esa línea es que “se explica un poco el tono y la forma en que se han comunicado”.
Trascendiendo las tensiones, apuntó a que más allá de la esperanza que puede generar el éxito de las medidas, hay que ser “conscientes de que para que le vaya bien tienen que pasar un período de trabas”. Moya subrayó el escenario de escalada de precios, lo cual sumado a esta nueva desregulación puede llevar a “una nueva escalada”.
Estas características son propias de los mercados que están regulados o comprimidos, donde es normal que al liberalizarse se puedan dar estos fenómenos de saltos de precios, que generan a su vez inflación, hasta que se decanta en “el valor de equilibrio”, comentó Moya. “El primer impacto es de sobrerreacción, de eso no se va a escapar la economía, es probable que enero verifique un salto de inflación, y que en febrero y marzo también”, analizó el economista.
Repercusiones en Uruguay
La situación de precios de la economía argentina llevaba a que en términos relativos todo “estuviera sumamente barato en relación a Uruguay y eso generaba un turismo emisivo, con afectación en el comercio local”, analizó Moya.
Por su parte, la economista CPA resaltó que el impacto en Uruguay va a depender de qué pase con el tipo de cambio paralelo, pero también con otras variables macro como la inflación, sobre la que todavía hay mucha incertidumbre y aún resta ver el impacto de las medidas anunciadas. “Los dos principales canales de impacto seguirán siendo el consumo y el turismo receptivo”, puntualizó.