La caída en la construcción por la finalización de plantas de UPM y el Ferrocarril Central, el deterioro de la industria, pero fundamentalmente el impacto negativo de la sequía, llevaron a que la economía uruguaya marcara en el segundo trimestre una contracción interanual de 2,5%. Desde un enfoque del gasto, se destacó el crecimiento del gasto de consumo, principalmente por la incidencia del turismo emisivo, sobre todo a Argentina, así como de los servicios de transporte de pasajeros y de bienes durables.
El Producto Interior Bruto (PIB) de Uruguay registró en el segundo trimestre una fuerte caída de 2,5% en comparación con igual período de 2022, de acuerdo al informe de Cuentas Nacionales difundido ayer jueves por el Banco Central (BCU). Por su parte, medido en términos desestacionalizados respecto al primer trimestre del año, la actividad económica registra una contracción de 1,4%.
En particular, se destacaron las incidencias negativas de las actividades “Agropecuario, Pesca y Minería” y “Energía eléctrica, Gas y Agua”, debido al impacto de la sequía. En el primer caso, se observó una caída interanual de 27,4%, con una disminución generalizada de la actividad, siendo la actividad agrícola la de mayor incidencia. Ello se debe a los bajos rendimientos de la zafra 2022/2023 de cultivos de verano como consecuencia del déficit hídrico.
Por su parte, “Energía eléctrica, Gas y Agua” presentó una caída interanual de 11,8%, debido a la caída de la generación de energía hidroeléctrica y el aumento de las importaciones de energía, principalmente desde Brasil.
Otro sector que marcó una contracción importante fue la “Construcción”, con un descenso interanual de 6,6%, incidido por la paulatina finalización de las obras de UPM 2 y del Ferrocarril Central. Estas fueron parcialmente contrarrestadas por un mayor dinamismo en obras viales, líneas de energía y –en menor medida– líneas de comunicación.
También se contrajo la actividad de “Comercio, Alojamiento y Suministro de comidas y bebidas”, que constató un deterioro de 1,8%, debido principalmente a la disminución de los servicios comerciales (incidido por los menores movimientos de soja).
Los que crecen
Entre los sectores que crecieron se destacó la expansión interanual de 2,5% registrada por “Transporte y almacenamiento, Información y Comunicaciones”, debido a la mayor producción de servicios de información y comunicaciones. Por el contrario, transporte y almacenamiento tuvo una contracción de su actividad, vinculada a la caída del transporte de carga, que no alcanzó a ser compensada por el aumento del transporte de pasajeros.
Los “Servicios financieros” tuvieron un incremento interanual de 0,9%, y las “Actividades profesionales y Arrendamiento” registraron una expansión de 3,5%.
Por último, el sector “Salud, Educación, Actividades inmobiliarias y Otros servicios” registró un aumento de 0,6%, incidido positivamente por las actividades recreativas y de esparcimiento. Por el contrario, los servicios de salud presentaron una contracción, vinculado principalmente a la reducción del valor agregado de las mutualistas y el descenso en la cantidad de test covid-19 realizados en laboratorios.
Enfoque del gasto
Al analizar la evolución del PIB desde la perspectiva del gasto, en el segundo trimestre se registró un crecimiento interanual de la demanda interna, asociada al desempeño positivo del gasto de consumo final, que creció 3,9%, en especial el de los hogares, que creció 4,8%. En particular, se destacó la incidencia positiva del gasto de consumo durante los viajes de turismo al exterior, principalmente a Argentina, así como el consumo de servicios de transporte de pasajeros y de bienes durables.
El gasto de consumo final del gobierno creció un leve 0,7%, debido a un efecto compensatorio entre el aumento de los servicios de administración pública y la caída del gasto en servicios de salud pública.
La Formación Bruta de Capital (inversión) se redujo 8,7%, principalmente por la reducción de los activos fijos, debido a la menor inversión en obras de construcción, asociadas a UPM 2 y al Ferrocarril Central.
En cuanto a la demanda externa, las exportaciones de bienes y servicios descendieron 6,3% interanual, debido a las menores colocaciones de bienes, incididas mayormente por las menores ventas de soja y carne. Por el contrario, se registró un aumento de los servicios, destacándose el crecimiento en servicios de tecnologías de información, así como de los otros servicios profesionales, técnicos y empresariales.
Por su parte, las importaciones crecieron 7,5%. Aumentaron las importaciones de bienes intermedios, asociadas a las compras de energía eléctrica y en menor medida de alimentos básicos para la industria. También crecieron las compras externas de bienes de consumo, pero las adquisiciones de bienes de capital registraron una caída. Por último, en lo que refiere a las importaciones de servicios, se observó una expansión del gasto de turismo en el exterior, asociado a mayores salidas de turistas con destino a Argentina.