Luego de contraerse este año, el Banco Mundial espera que la economía de América Latina “rebote” en 2017 y “crezca de forma más fuerte”. Para consolidar ese crecimiento, la estructura de la demanda interna debe “rotar del consumo a la inversión”, y fomentar la producción de bienes y servicios que se comercialicen internacionalmente. No obstante, el escenario global es difícil debido a “la débil demanda” y a “actitudes contrarias a la globalización que se intensifican en los países avanzados”.
El Banco Mundial analizó la situación económica de América Latina y el Caribe, a través de una videoconferencia a cargo del economista jefe del organismo para la región, Augusto de la Torre. Allí, se refirió al “gran giro” que debe dar la región para que logre restablecer sus niveles de crecimiento.
Según explicó, “2016 seguirá siendo un año de contracción” económica para América Latina, fundamentalmente por la incidencia negativa de los países sudamericanos, que fueron los que en su momento más se beneficiaron de los altos precios de los commodities, y los que más sintieron su impacto contractivo cuando estos cayeron.
Pero, “la buena noticia”, es que para 2017 “las perspectivas son favorables y se espera que Sudamérica rebote y que la región como un todo crezca de forma más fuerte”. “2017 parece ser un año de recuperación, sobre todo para América del Sur”, subrayó.
2016 seguirá siendo un año de contracción económica para América Latina, fundamentalmente por la incidencia negativa de los países sudamericanos.
Sin embargo, alertó que “el mundo no está ayudando”. Por un lado el volumen de importaciones mundiales, que reflejan la demanda internacional, “se ha aplanado y empezado a caer”. “Esto podría augurar que el crecimiento del mundo como un todo no sea tan fuerte”, señaló De la Torre, recordando que la última actualización de perspectivas del FMI “sugiere riesgos a la baja importantes” (ver nota página 16).
En ese sentido, interpretó que “el proceso de recuperación del crecimiento en América Latina está restringido o coartado por la coyuntura económica global”. El experto se refirió a “una coyuntura en la que se entreveran varios temas”: el ajuste de la macroeconomía nacional a la nueva realidad (bajos precios de commodities, menor dinamismo de China) y eso interactúa con “otro componente estructural, que es la capacidad de crecer”.
Respecto al proceso de ajuste, De la Torre evaluó que “en el frente fiscal las cosas no se ven tan bien. Es donde menos hemos podido progresar”. “Los déficit fiscales se han estado ampliando en los últimos años, por lo que ha sido políticamente difícil, recalibrar la situación fiscal”, señaló el funcionario.
En lo que refiere a las cuentas externas, indicó que el déficit de cuenta corriente se ha reducido, pero alertó que ello se debió fundamentalmente a la caída de la inversión, y no tanto a un menor consumo. “Eso es un ajuste de menor calidad”, opinó.
El “gran giro”
Para De la Torre, la economía regional debe dar “un gran giro” con dos grandes componentes: Por un lado, “ir rotando del consumo hacia la inversión”. “Este giro no es fácil, porque para consumir menos alguien tiene que consumir menos, y eso es un tema distributivo”. Del otro, el segundo gran giro está en la producción: “Hay que aprender a trasladar recursos económicos para generar capacidades productivas de bienes y servicios que se transan comercialmente. (…) El camino que tenemos es comenzar a producir cosas que se puedan vender en los mercados internacionales, porque la estructura productiva va a tener que reorientarse hacia ahí”.
«El camino que tenemos es comenzar a producir cosas que se puedan vender en los mercados internacionales, porque la estructura productiva va a tener que reorientarse hacia ahí”.
El funcionario del BM aseguró que hay un proceso de diversificación que está “en marcha” en la región, pero que “está fundamentalmente concentrado en países con tipo de cambio flexibles”. “Lo que vemos es que el régimen cambiario sí importa”, evaluó.
De todas formas, reconoció que este “gran giro” se enfrenta a un escenario internacional difícil, con una débil demanda mundial, y “actitudes contrarias a la globalización que se intensifican en los países avanzados”. De la Torre puso como ejemplo el caso de las elecciones en Estados Unidos donde los discursos de ambos candidatos han asumido posturas más proteccionistas.
Ante esa realidad, el experto llamó a fomentar la integración regional, de forma de lograr que sea más eficiente. Sin embargo, enfatizó que esa integración de la región “tiene que tener una apuesta a la apertura comercial”. “El vecindario necesita mejorar para negociar mejor con el mundo”, concluyó De la Torre.