Tras crecer un estimado de 1,2% durante 2018, la Cepal estima que la región se acelerará levemente hasta un 1,7% el año próximo. Sin embargo, el organismo advierte que lejos de retroceder, las incertidumbres económicas mundiales aumentarán y provendrán de varios frentes. Para nuestro país, se proyecta una leve desaceleración de la economía, pasando de crecer un 1,9% este año a un 1,5% en 2019.
“El año 2019 se vislumbra como un período en el que lejos de disminuir, las incertidumbres económicas mundiales serán mayores y provenientes de distintos frentes. Esto repercutirá en el crecimiento de las economías de América Latina y el Caribe las que, en promedio, se expandirían 1,7%”, señala el comunicado de prensa divulgado ayer jueves por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), tras dar a conocer el Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe 2018.
De acuerdo al documento, los países de la región deberán afrontar un escenario económico mundial complejo en los próximos años, en el cual se espera una reducción de la dinámica del crecimiento, tanto de los países desarrollados como de las economías emergentes, acompañada por un aumento en la volatilidad de los mercados financieros internacionales. A esto se suma el debilitamiento estructural del comercio internacional, agravado por la guerra comercial entre Estados Unidos y China.
De esta forma, Cepal estima que la economía de América Latina y el Caribe crezca un 1,7% en 2019, lo que implica una leve corrección a la baja respecto al 1,8% que proyectaba en su informe anterior publicado en el mes de octubre. La proyección para el cierre de 2018 también se bajó en una décima de punto pasando del 1,3% esperado en octubre, al actual 1,2%.
En América del Sur se espera que todas las economías crezcan tanto este año como el próximo, a excepción de Argentina, para la que se espera una contracción de la economía de 2,6% al cierre de 2018 y de 1,8% en 2019, y Venezuela cuya economía se desplomará un 15% y 10%, respectivamente.
Para Uruguay, el organismo prevé que cierre el 2018 con una expansión de 1,9%, y en 2019 se desaceleraría a una expansión de 1,5%.
El informe señala que el mayor riesgo para la región de cara al 2019 sigue siendo un deterioro abrupto de las condiciones financieras para las economías emergentes. Detalla que durante 2018, los mercados emergentes, incluyendo América Latina, evidenciaron una importante reducción en los flujos de financiamiento externo, a la vez que aumentaron los niveles de riesgo soberano y se depreciaron sus monedas en relación al dólar. El texto señala que no pueden ser descartados nuevos episodios de deterioro en las condiciones financieras futuras, y que las consecuencias sobre los países dependerán de cuán expuestos se encuentren en términos de sus necesidades y perfiles de financiamiento externo.
“Se requiere de políticas públicas para fortalecer las fuentes de crecimiento y hacer frente al panorama de incertidumbre a nivel global”, señaló en conferencia de prensa la Secretaria Ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena. “Es necesario fortalecer el papel activo de la política fiscal de la región en materia de ingresos y gasto. En este sentido es fundamental reducir la elusión y evasión fiscal y los flujos financieros ilícitos”, agregó.
Bárcena también dijo que se deben “fortalecer los impuestos directos y también los impuestos de tipo saludables y verdes”, mientras que por el lado de gasto, “es necesario reorientar la inversión pública a proyectos con impacto en el desarrollo sostenible, con énfasis en las asociaciones público-privadas y en la reconversión productiva, nuevas tecnologías y la inversión verde”. Asimismo, aseguró que se debe resguardar “el gasto social, sobre todo en períodos de desaceleración económica de forma que este no se vea afectado por ajustes”.
Bárcena advirtió además que se deben cuidar los perfiles de deuda pública ante la incertidumbre que podría aumentar su costo y niveles.