Luego de interrumpirse en el primer trimestre del año, el proceso de recuperación de la economía uruguaya parece haber reiniciado en el segundo trimestre, según el análisis de los datos oficiales publicados por el Banco Central (BCU). El PIB creció 11,3% en términos interanuales y 0,9% en términos desestacionalizados respecto al trimestre anterior. No obstante, la actividad aún se ubica aproximadamente 3% debajo de los niveles previos a la pandemia. La demanda interna registra crecimiento a impulso del consumo y la inversión, aunque en el primer caso se mantiene por debajo de los niveles de 2019 y en el segundo se explica por las obras de UPM 2 y el Ferrocarril Central.
Con números evidentemente afectados por la baja base de comparación que implicó el segundo trimestre de 2020, el Producto Interior Bruto (PIB) de Uruguay registró un importante crecimiento de 11,3% en el segundo trimestre de 2021 en términos interanuales. Esa importante expansión refleja el efecto rebote interanual de la economía respecto al segundo trimestre de 2020, cuando la economía se desplomó 12,9% como consecuencia del impacto de la pandemia sobre la actividad económica.
Respecto al trimestre anterior, se registró un crecimiento desestacionalizado de 0,9%, recuperándose así de la caída de 0,6% que se había registrado en el primer trimestre del año.
Analistas privados interpretan que los datos del trimestre marcan la reanudación del proceso de recuperación que se había interrumpido en el primer trimestre, aunque también coinciden en que el nivel de actividad aún se encuentra por debajo de los niveles previos al estallido de la pandemia.
Un análisis realizado por la consultora Exante, estima que en el segundo trimestre la economía uruguaya operó un 2,8% por debajo de los niveles prepandemia, y advierte que, aunque “todos los componentes de la demanda tuvieron una fuerte recuperación interanual”, en términos desestacionalizados “el consumo privado perdió firmeza en la primera mitad del año”.
Por su parte, un informe del Cinve destaca que los datos del trimestre son “una señal de que el proceso de reactivación se ha reanudado”. Sin embargo, aclara que “sigue alejándose la posibilidad de que la recuperación de los niveles de actividad prepandemia se complete rápidamente”. Cinve indica que el nivel de actividad se ubica un 3% por debajo de los niveles previos a la pandemia.
Por su parte, desde CPA Ferrere comentaron que la actividad retomó su recuperación, aunque se entiende que la economía permanece un 3,5% debajo del nivel prepandemia. No obstante, destacaron que el crecimiento registrado “estuvo por encima de lo esperado por CPA Ferrere, por lo que es una buena señal y representa una innovación positiva sobre nuestro diagnóstico”. Teniendo eso en cuenta, y agregando que la evolución de “diversos indicadores adelantados de actividad económica dan señales de una recuperación sostenida” y que la situación en materia sanitaria parece estar bajo control, posiblemente haya una corrección al alza en la previsión de crecimiento para este año, que actualmente estiman en 2,3%.
Sectores
El sector “Agropecuario, Pesca y Minería”, de los menos golpeados por la pandemia hace un año, se mantuvo prácticamente estable respecto al segundo trimestre de 2020 (+0,5%), aunque al interior se observaron “desempeños disímiles”. La agricultura tuvo una caída interanual por una reducción de la producción de soja por menores rendimientos en la zafra, pero la actividad pecuaria y la silvicultura tuvieron crecimiento interanual.
Las “Industrias manufactureras” crecieron a impulso de la mayoría de las ramas, que habían mostrado niveles muy bajos en el segundo trimestre de 2020 por la crisis sanitaria. En particular, se destacó la industria frigorífica, que impulsada por la demanda externa volvió a registrar un incremento interanual. No obstante, también hubo mejoras en la industria automotriz, la elaboración de jarabes y concentrados, y las actividades vinculadas a la industria textil. Por el contrario, se registró una caída de la producción de pasta de madera, por el cierre de una de las plantas de celulosa por tareas de mantenimiento.
“Energía eléctrica, Gas y Agua” tuvo un crecimiento interanual de 2,9%, explicado en buena parte por la mayor generación de energía eléctrica para la exportación hacia Brasil.
En cuanto a la “Construcción”, la expansión de 14,2% se explicó por el crecimiento tanto en edificios como en obras de ingeniería civil. En este caso, se destaca la incidencia que están teniendo las obras de construcción para la tercera planta de celulosa, y otras obras asociadas, como la construcción del Ferrocarril Central.
“Comercio, Alojamiento y Suministro de comidas y bebidas”, uno de los sectores más golpeados por la pandemia, tuvo un crecimiento interanual de 23,1%. Ello se debe principalmente al aumento de la actividad comercial, mientras que la actividad de restaurantes y hoteles tuvo una recuperación interanual por una mayor demanda de los hogares, que había estado restringida durante el año pasado por la menor movilidad generada por la emergencia sanitaria.
“Transporte y almacenamiento, Información y Comunicaciones” tuvo un aumento de 10,3%, lo que se debe al crecimiento de los servicios de transporte y almacenamiento, explicado por los servicios de transportes de pasajeros que había caído fuertemente el año pasado.
Por último, los “Servicios financieros” mostraron un aumento de 6,2%, las “Actividades profesionales y Arrendamiento” crecieron 11%, y “Salud, Educación, Actividades inmobiliarias” se expandieron 9,1%. En este último sector, se destacó la incidencia positiva de la educación por una mayor presencialidad respecto al segundo trimestre de 2020 cuando fue “prácticamente nula”. También se destaca el desempeño positivo de la salud pública privada, por mayor cantidad de consultas y en menor medida por los servicios de vacunación por covid-19.
Crece el consumo y la inversión
Al analizar el crecimiento de la economía desde la perspectiva del gasto, se observó en el segundo trimestre del año un incremento interanual, tanto de la demanda interna, como de la externa. Respecto a la primera, creció tanto el “Gasto de consumo final” (consumo) como la “Formación bruta de capital” (inversiones).
El Gasto de consumo final creció 10% en términos interanuales, pero no logró recuperar los niveles del segundo trimestre de 2019. Dentro de sus componentes, el gasto de los hogares registró un crecimiento de 8,1%, y el del gobierno un 17,2%. En el primer caso se observa un aumento generalizado del consumo de bienes y servicios, en particular de vehículos automotores, tejidos de punto y ganchillo y las prendas de vestir. Dentro del gasto del gobierno, el aumento deriva del incremento de los servicios de salud (por mayores test de covid-19 y los servicios de vacunación) y de los servicios de educación pública (más presencialidad).
Por su parte, la Formación bruta de capital aumentó 27,8%, debido a una mayor inversión en activos fijos (+31,7%). Ello se debe a mayores importaciones de productos metálicos elaborados, de maquinarias y sus partes, piezas y accesorios, y de equipos de transporte. También se destacaron las inversiones asociadas a la instalación de la tercera planta de celulosa y la construcción del Ferrocarril Central.
En cuanto a la demanda externa, se destacó el crecimiento en volumen físico de las exportaciones de 23,7%, mientras que las importaciones (que inciden a la baja en la evolución del PIB) registraron un crecimiento de 36,2%. De esta forma, se observó un menor Saldo de la Balanza Comercial en términos de volumen físico.