Un crecimiento superior al previsto, la inflación dentro del rango meta, salarios que continúan impulsando el consumo, son las notas destacadas de este 2017 en materia económica. Sin embargo, la pérdida de puestos de trabajo, el débil crecimiento de la industria, y las dificultades para reducir el déficit fiscal, son las principales señales de alerta.
Desde el punto de vista económico, el año que se va nos dejó un mejor resultado en términos generales de lo que se esperaba hace doce meses, principalmente en materia de crecimiento e inflación, aunque también deja planteados importantes desafíos a futuro, principalmente vinculados al mercado laboral.
En cuanto al crecimiento económico del país, el desempeño fue bastante mejor del que se esperaba un año atrás. En diciembre de 2016, la encuesta de expectativas del BCU mostraba que la mediana de los expertos e instituciones consultadas preveía una expansión del Producto Interior Bruto (PIB) de 1,1% en 2017. Sin embargo, el desempeño mostrado por la economía local en el último trimestre de 2016 (cuyos datos oficiales se conocieron en marzo) fue mejor al esperado, lo que comenzó a cambiar la impresión de los analistas consultados. Ya en el sondeo de marzo la estimación de crecimiento para el conjunto de 2017 se aumentó para 2,35% y fue el primer mes que se dio un pronóstico para 2018, esperando para ese año un crecimiento de 2,7%. Desde ahí y hasta mitad del año los pronósticos fueron mejorando, y en julio se preveía que la economía uruguaya cerraría el 2017 con un crecimiento de 3,4% y para 2018 se auguraba una expansión de 3,2%.
Luego poco cambió, y si bien las expectativas se recortaron levemente, el último sondeo publicado la semana pasada muestra que la mediana de los analistas estima que la economía uruguaya cerrará el año con una expansión del 3,04%. Para 2018 se sigue esperando un crecimiento de 3,2%.
Los últimos datos oficiales divulgados por el BCU muestran que la economía uruguaya registró en el tercer trimestre del año un crecimiento de 2,2% respecto a igual período del año anterior, debido mayormente al comportamiento positivo de “Transporte, almacenamiento y comunicaciones” y “Comercio, reparaciones, restaurantes y hoteles”. Sin embargo, se observaron contracciones en la actividad de las “Industrias manufactureras”, “Construcción” y del sector “Agropecuario”.
Inflación
Otro indicador que mostró un desempeño favorable en el 2017 fue la inflación, que luego de haber alcanzado un máximo de 11% en el año móvil cerrado a mayo de 2016, comenzó a mostrar una trayectoria a la baja, que este año terminó de consolidarse. Luego de registrar seis bajas consecutivas a comienzos del 2017, la inflación anualizada alcanzó en julio pasado un dato de 5,24%, el menor valor desde mediados de 2005. Si bien desde entonces acumula cinco aumentos consecutivos, la inflación se encamina a cerrar dentro del rango objetivo fijado por el Equipo Económico (de entre 3% y 7%) por primera vez desde el año 2012. En los doce meses cerrados a noviembre el Índice de Precios al Consumo (IPC) registra un crecimiento de 6,3%.
Asociado a lo anterior, también se destaca el crecimiento que continuaron mostrando en términos reales los salarios. En los últimos doce meses cerrados a octubre (último dato disponible) el Índice Medio de Salarios (IMS) registraba un crecimiento de 9,8% a valores nominales, lo que al descontar el efecto inflacionario deja un aumento real del 3,55%.
Este crecimiento salarial –ayudado además por un dólar estable- ha incidido en el consumo doméstico, que ha vuelto a convertirse en un importante motor de la economía. El último informe de Cuentas Nacionales del BCU muestra que el Gasto de Consumo Final mostró un crecimiento interanual del 3,1%.
Empleo
Dentro de las señales de alerta que se han encendido para la economía uruguaya, una que genera gran preocupación es la del mercado laboral. Pese al crecimiento económico mejor al esperado, ello no se tradujo en una reducción del desempleo, que por el contrario, alcanzó en marzo de este año su mayor nivel en una década.
En concreto la tasa de desempleo se ubicó en marzo en el 9,02% de la Población Económicamente Activa, el registro más alto desde setiembre del 2007 (9,13%). Si bien en los meses siguientes comenzó una leve tendencia a la baja, volviendo a niveles en torno al 7,5%, ello se debió principalmente a la reducción de la tasa de actividad, es decir, que menos personas se volcaron al mercado buscando un trabajo. El empleo por el contrario, permaneció planchado.
Las propias autoridades de gobierno han mostrado preocupación por la pérdida de puestos de trabajo que se ha registrado.
El ministro de Economía, Danilo Astori, advirtió en agosto de este año que en los últimos dos años se habían perdido unos 40.000 puestos de trabajo, lo que “para un país como Uruguay es una cifra preocupante, alta, que exige dedicación para intentar superarla”. Evaluó que ello se debió a que los sectores que se han mostrado más dinámicos en la economía en los últimos años son aquellos que tienen una menor participación en la creación de empleo.
Industria
Uno de los sectores que ha mostrado un deterioro de sus indicadores laborales ha sido la industria, que pese a mostrar un leve crecimiento no ha logrado traducirlo en un mayor empleo.
Si bien el Índice de Volumen Físico de la industria manufacturera registra una fuerte caída de 10,1% en el año móvil cerrado a octubre, ello se debe fundamentalmente a la inactividad de la refinería de petróleo de Ancap (primero por mantenimiento y luego por un conflicto gremial). De excluirla del análisis, la industria muestra un leve crecimiento de 1,8%, destacándose la incidencia positiva de la división “Elaboración de Alimentos y Bebidas”.
Sin embargo, al ver los indicadores laborales el panorama sigue mostrando números rojos. Las horas trabajadas en la industria muestran una leve caída interanual de 0,3% en el año móvil cerrado a octubre, pero el personal ocupado en el sector registra una fuerte caída de 2,1% en igual comparación.
En una reciente entrevista brindada a CRÓNICAS, la ministra de Industria Carolina Cosse, reconoció que el sector industrial “tiene desafíos”. “Hubo un golpe, sobre todo a principios de 2015, se recuperó y se estabilizó, y por los números da la sensación de que esa recuperación se va a mantener. Lo que me preocupa es que esa recuperación no se traduce en puestos de trabajo. Mi principal preocupación es la pérdida de puestos de trabajo que hubo y que tenemos que recuperar”, declaró. Para Cosse es necesario “apoyar a las industrias que son base, a su vez, de otras industrias y que requieren puestos de trabajo mejor remunerados, como la química, la farmacéutica o la automotriz”.
Déficit difícil de bajar
El comienzo del año 2017 estuvo marcado por la aplicación del “plan de consolidación fiscal” –como lo llamó el gobierno- o de “ajuste fiscal” –como lo definió la oposición- y que había sido aprobado a mediados del 2016. En particular, se destacaron los cambios aplicados en el Impuesto a la Renta de las Personas Físicas (IRPF) pero también hubo decisiones en materia de ajustes tarifarios y de postergación de inversiones públicas, que apuntaban a reducir el déficit fiscal del gobierno.
En 2016, el resultado global del sector público arrojó un déficit fiscal del 4% del PIB, el más alto de los últimos 27 años, incluso superior al registrado durante la crisis económico-financiera del 2002. Si bien en los meses posteriores se ha registrado un descenso (ver gráfico) aún se mantiene en niveles altos y por encima de la meta oficial de bajarlo a 2,5% del PIB. Al cierre de octubre, el resultado fiscal mostraba un rojo para las cuentas públicas de 3,5% del PIB.
Dólar cierra el año como lo empezó
El valor del dólar, de suma relevancia para las decisiones de consumo de los uruguayos, tuvo un comportamiento relativamente estable durante el año, pese a las previsiones de apreciación de esa divisa que se registraban hace un año.
Hace un año, la encuesta de expectativas del BCU mostraba que la mediana de los analistas esperaba un dólar a 32,50 pesos uruguayos al cierre del 2017, casi cuatro pesos por debajo de su valor de cierre del pasado miércoles 27 de diciembre (28,77 pesos).
Como puede observarse en el gráfico, el dólar interbancario tuvo una primera parte del año de relativa tranquilidad, y una segunda mitad con mayores movimientos, registrando en octubre su punto de mayor apreciación al superar los 29,50 pesos. Sin embargo, el billete verde volvió a depreciarse en las últimas semanas, y actualmente se encuentra en valores muy similares a los que mostraba al comenzar el año (28,71 pesos al primero de enero).