El gobierno de Estados Unidos resolvió flexibilizar las restricciones a negociar con la firma Huawei y dejó exentos a otro centenar de bienes chinos de los aranceles de 25% que había impuesto, lo que marca señales de optimismo en las negociaciones entre ambas potencias. Sin embargo, el presidente estadounidense Donald Trump dijo estar “decepcionado” con la compra de productos agrícolas a la que se había comprometido China. “¡Esperamos que comiencen pronto!”, tuiteó.
Interpretar el desarrollo de las negociaciones entre Estados Unidos y China es una tarea compleja. Mientras por un lado parecen llegar buenas noticias y se observan señales de flexibilización, del otro llegan declaraciones polémicas con tono de amenaza, que ponen palos en la rueda a un eventual acuerdo.
Del lado positivo hay que consignar las conversaciones «constructivas» mantenidas esta semana por el representante comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, el viceprimer ministro chino, Liu He, y el ministro de Comercio del gigante asiático, Zhong Shan.
Son señales tímidas, pero que van en dirección de un mejor relacionamiento.
El Ministerio de Comercio de China dijo en una breve declaración que las dos partes habían «intercambiado opiniones sobre la implementación del consenso de los líderes de los dos países en la reunión de Osaka, Japón». Por su parte, Larry Kudlow, director del Consejo Económico de la Casa Blanca reconoció que se había hablado sobre una reunión cara a cara, aunque advirtió que no existe una fórmula mágica para cerrar un acuerdo que calificó de «difícil».
Mientras tanto, el Departamento de Comercio estadounidense continúa adelante con sus planes de permitir que algunas compañías estadounidenses continúen vendiendo componentes a Huawei, el fabricante chino de equipos de telecomunicación que en mayo fue ubicado en una lista negra que frenó el acceso a sus proveedores americanos. Así lo habían acordado el presidente estadounidense, Donald Trump, y su par chino, Xi Jinping.
El secretario de Comercio, Wilbur Ross, indicó que su equipo emitirá licencias para las compañías estadounidenses que quieran hacer negocios con Huawei siempre y cuando «no exista una amenaza para la seguridad nacional». Esto representa un respiro para Huawei, pero también para fabricantes estadounidenses como Intel, Qualcomm o Broadcom.
Paralelamente, la administración de Trump anunciaba que eximirá a 110 productos chinos, entre los que se incluyen equipos médicos, desde los aranceles del 25% que enfrentan actualmente.
Las nuevas excepciones anunciadas se suman a las cerca de 1.000 exenciones ya activadas a lo largo del año pasado.
“Recepcionando”
Pero todo venía demasiado bien, por lo que Trump decidió volver al ataque y denunció que China no está cumpliendo con las promesas que hizo sobre comprar productos agrícolas estadounidenses. “México lo está haciendo muy bien en la frontera, pero China nos está decepcionando porque no han estado comprando los productos de nuestros grandes agricultores como dijeron que harían. ¡Esperamos que comiencen pronto!”, tuiteó Trump.
Kudlow aseguró ayer jueves que Washington espera que Pekin empiece a comprar cosechas y productos agrícolas estadounidenses y destacó que las negociaciones comerciales entre los dos países siguen adelante.