Aunque aún se está lejos de cumplir con las demandas exigidas por el gobierno de Donald Trump, las delegaciones de ambos países están comenzado a definir los compromisos que adoptará cada uno, lo que representa una señal auspiciosa para lograr un acuerdo que solucione el diferendo comercial. Los negociadores trabajan sobre temas estructurales: transferencia forzada de tecnología y robo cibernético, derechos de propiedad intelectual, servicios, divisas, agricultura y barreras no arancelarias.
Representantes estadounidenses y chinos iniciaron ayer jueves una nueva ronda de negociaciones de última hora para intentar resolver un enfrentamiento comercial que hace aproximadamente un año está inquietando a los mercados financieros e impactando sobre la actividad económica.
El representante comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, y el viceprimer ministro de China Liu He, son las caras principales de las reuniones que se desarrollan en estas horas. Esta ronda de negociaciones es la continuación de otra de dos días de trabajo realizadas en Washington entre delegaciones de ambos países, que prácticamente no tuvo filtraciones a la prensa.
De acuerdo a lo informado por la agencia de noticias Reuters, Estados Unidos y China habrían comenzado a definir los compromisos de cada país sobre los temas más sensibles en esta disputa comercial, lo que supone una señal alentadora pensando en un acuerdo antes de que venza el plazo fijado inicialmente para el primero de marzo. También se interpreta que en caso de seguir avanzando las negociaciones, podría llegar a haber una prórroga en el calendario.
Las dos economías más grandes del mundo se han aplicado mutuamente aranceles de cientos de miles de millones de dólares, lo que ha impactado sobre el crecimiento económico mundial, ha perturbado las cadenas de suministro y ha significado un freno para la actividad industrial.
Siga, siga
Las negociaciones proseguirán hoy viernes, y según fuentes citadas por la agencia, aún se está lejos de las demandas efectuadas por el gobierno del presidente estadounidense Donald Trump, que busca cambios estructurales en la economía del país asiático.
Sin embargo, el esquema general de lo que podría ser el eventual acuerdo final está comenzando a esbozarse en las conversaciones, señalaron las fuentes. Las dos partes quieren un acuerdo antes del 1 de marzo, fecha que establece el final de una tregua de 90 días que Trump y el presidente chino Xi Jinping acordaron cuando se reunieron en Argentina durante la Cumbre del G20 en el mes de noviembre pasado.
Los negociadores están elaborando seis memorandos de entendimiento sobre temas estructurales: transferencia forzada de tecnología y robo cibernético, derechos de propiedad intelectual, servicios, divisas, agricultura y barreras no arancelarias al comercio.
De acuerdo a una de las fuentes consultadas por Reuters, en las reuniones entre responsables estadounidenses y chinos la semana pasada en Pekín, las dos partes intercambiaron textos y trabajaron en los documentos que definen las obligaciones.
El proceso se ha convertido en una auténtica negociación comercial, dijo la fuente, hasta el punto de que al final de la semana los participantes se plantearon quedarse en Pekín para seguir trabajando. Sin embargo, en última instancia decidieron tomarse unos días de descanso y volver a reunirse en Washington.
OMC alerta por desaceleración del comercio mundial
Los resultados obtenidos por el indicador trimestral que mide el intercambio de bienes cayó a su nivel más bajo en nueve años, según informó la Organización Mundial del Comercio (OMC), que advirtió a las autoridades sobre una mayor desaceleración si continúan las tensiones comerciales.
El indicador trimestral compuesto por siete conductores del comercio, mostró una lectura de 96,3, la más débil desde marzo de 2010 y bajo el nivel de 98,6 registrado en noviembre. Una lectura por debajo de 100 señala un crecimiento inferior a la tendencia comercial.
“Esta sostenida baja del dinamismo resalta la urgencia de reducir las tensiones comerciales, que junto con los continuos riesgos políticos y la volatilidad financiera podrían anticipar una desaceleración económica más amplia”, señaló la OMC.
La OMC pronosticó en setiembre pasado que el crecimiento del comercio mundial se desaceleraría a 3,7% en 2019 desde un 3,9% estimado en 2018, pero podría haber una desaceleración más pronunciada o un rebote dependiendo de las decisiones políticas.
El indicador trimestral se basa en el volumen durante el trimestre anterior del comercio de mercancías, pedidos de exportación, fletes aéreos internacionales, tráfico portuario de contenedores, producción y venta de automóviles y componentes electrónicos y materias primas agrícolas.
