La Casa Blanca dará lugar al primer encuentro que buscará poner fin al conflicto de un año y medio entre ambas potencias económicas. Si bien el mandatario chino no estará presente, Donald Trump se propuso viajar a Pekín para reunirse con su par en el acto de ratificación del acuerdo.
En la víspera de año nuevo, el presidente estadounidense, Donald Trump, hizo un anuncio como para empezar con buenas expectativas el 2020.
El pasado martes informó que el próximo 15 de enero se firmará la “muy grande y amplia” fase uno del acuerdo comercial, que busca poner fin a los casi 18 meses de conflicto con China. La cita será en la Casa Blanca y contará con la presencia de altos cargos de Pekín, pero el mandatario Xi Jinping estaría ausente, de acuerdo con algunas versiones de prensa.
Trump había anunciado, a mediados del mes pasado, el cierre de la primera fase de un pacto con China. Esto incluye la retirada parcial de los aranceles y el aumento de las compras chinas de productos nacionales.
En tanto, el jerarca norteamericano había indicado que su par asiático sí estaría presente en el acto de ratificación del acuerdo.
“En una fecha más tarde, estaré viajando a Pekín, donde comenzarán las conversaciones para la segunda fase”, agregó en un tuit.
Jinping señaló, semanas atrás, que el convenio entre ambas naciones se basa en el respeto mutuo y los principios de igualdad. A su vez, aseguró que uno de los principales objetivos del acuerdo es contribuir a la paz y a la prosperidad a nivel mundial
Por su parte, el viceministro chino de Comercio, Wang Shouwen, confirmó los contenidos de la primera fase del pacto. La etapa inicial abordará diversos temas, entre ellos, la propiedad intelectual, la expansión del comercio, la transferencia de tecnología y el establecimiento de mecanismos para la resolución de disputas, entre otros.
Más allá de estos temas puntuales, una de las prioridades del acuerdo será ir retirando por etapas los aranceles de importación que azotaron a ambas economías y al crecimiento mundial.
Sin embargo, el pacto implica que se mantienen aranceles estadounidenses del 25% a importaciones chinas con un valor de US$ 250.000 millones. A ellos se les suman unos gravámenes reducidos del 7,5% a importaciones adicionales, valoradas en aproximadamente US$ 120.000 millones.
Mirando para atrás
En este año y medio de conflicto entre ambas naciones ha habido intentos de enmendar la situación. En octubre de 2019 se anunció un principio de acuerdo, pero las negociaciones han sufrido varios sobresaltos, con informaciones contradictorias y críticas veladas.
A su vez, las tensiones comerciales entre las dos mayores economías mundiales no pasaron sin sus consecuencias a nivel global. El Fondo Monetario Internacional (FMI), en sus últimas previsiones de crecimiento mundial -publicadas en octubre-, rebajaba sus proyecciones de expansión al 3% para 2019.