Aunque la inflación se encuentra aún por encima del objetivo del BCE, las dudas sobre la actividad económica llevaron a la entidad a mantener sin cambios las tasas de interés durante su reunión de ayer jueves. De esta forma, la entidad prefiere observar y analizar el impacto de las anteriores subas de tasas, antes de determinar un nuevo movimiento.
Cumpliendo con las expectativas del mercado, el Banco Central Europeo (BCE) decidió mantener incambiadas las tasas de interés durante su reunión de ayer jueves, convirtiéndose en la primera reunión en la que la entidad no realiza movimientos desde que comenzara con una agresiva política de aumentos en julio de 2022. Desde entonces, el BCE aumentó el precio del dinero en 10 reuniones consecutivas, pasando de tasas de interés en terreno negativo a rozar máximos históricos.
De esta forma, la tasa de interés de depósito (donde los bancos comerciales acumulan sus reservas) se mantiene en el 4%, la de refinanciación en el 4,5%, máximos desde 2001, y el de la facilidad marginal de depósito en el 4,75%.
Con esta decisión, el BCE marca que prefiere observar y analizar el impacto de las subas de tasas ya decretadas, antes de definir un nuevo movimiento.
“Las anteriores subas de las tasas de interés acordadas por el Consejo de Gobierno siguen transmitiéndose con fuerza a las condiciones de financiación, lo que está frenando cada vez más la demanda y ayudando con ello al descenso de la inflación”, señaló el BCE en su comunicado.
Si bien la inflación se ubica en niveles menos preocupantes que hace unos meses, aún permanece lejos del objetivo del 2% establecido por la entidad. Los últimos datos de Eurostat (la oficina estadística de la UE) son los relativos a setiembre, cuando el índice general se situó en el 4,3% interanual. El propio banco central ha reconocido que no alcanzará el objetivo de inflación, al menos, hasta el año 2025.
Uno de los motivos que llevó al BCE a mantener las tasas de interés fue la drástica desaceleración de la economía. Asimismo, los acontecimientos en Israel y Gaza, así como la volatilidad de los precios del petróleo, dificultan los pronósticos sobre la evolución de la inflación.
Esperando el impacto
La presidenta del BCE, Christine Lagarde, declaró durante la rueda de prensa posterior a la reunión que las subas de tasas ya determinadas aún tienen el potencial para seguir impactando en la economía y enfriar la demanda agregada. “Estamos viendo una fuerte transmisión de las tasas en el sistema bancario y en los mercados, tal y como se puede ver en las encuestas de crédito, tanto en los volúmenes (que caen) como en las tasas de interés (que suben)”, señaló.
Asimismo, la funcionaria remarcó que la decisión de ayer “no quiere decir que no volvamos a subir las tasas”.
En la misma línea, enfatizó que la transmisión de la política monetaria a los niveles de precios aún “necesitan tiempo”. “Creo que el proceso va a continuar durante la parte final de 2023 y el primer trimestre de 2024, pero yo, personalmente, creo que va a durar aún más, la transmisión aún se tiene que seguir produciendo. Si miramos al sector inmobiliario estamos viendo una transmisión clara de las tasas a la economía real”, indicó Lagarde.