En sintonía con las expectativas del mercado, el Banco Central Europeo (BCE) recortó ayer jueves las tasas de interés en 25 puntos básicos hasta el 3,25%, configurando el tercer descenso en el “precio del dinero” de este año. El oxígeno que da la caída de la inflación, y una economía que se muestra “más débil de lo esperado”, constituyen los grandes argumentos para tomar esa decisión. La presidenta del BCE, Christine Lagarde, enfatizó que “la zona del euro no se encamina hacia una recesión”, sino que esperan un “aterrizaje suave”.
El recorte de tasas definido por la Reserva Federal (Fed) estadounidense y los malos datos económicos, así como el margen que deja el descenso registrado por la inflación, han llevado al banco central a implementar su tercer recorte de tasas en el año. El BCE rebajó en 25 puntos básicos las tres tasas de interés clave: la tasa de depósito (donde los bancos acumulan su liquidez) cae al 3,25%, el tipo principal de refinanciación se sitúa en el 3,40% y la facilidad de crédito (ventanilla de emergencia) en el 3,65%.
Luego de la reunión de la entidad, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, explicó que la decisión se tomó de forma “unánime” en un contexto donde “la información que ha llegado sugiere que la actividad económica ha sido algo más débil de lo esperado”. No obstante, descartó la posibilidad de una recesión.
Lagarde apuntó que mientras que la producción industrial ha sido “particularmente volátil”, durante los meses de verano (boreal) las encuestas muestran que la manufactura ha seguido contrayéndose. En el caso de los servicios, la presidenta del BCE señaló que las encuestas han mostrado un repunte en agosto apoyado en una temporada turística fuerte, pero que los últimos datos apuntan un crecimiento más lento.
A pesar de este debilitamiento, Lagarde descartó que en sus previsiones contemplen una recesión, sino que esperan un “aterrizaje suave”. “La zona del euro no se encamina hacia una recesión”, enfatizó.
La presidenta señaló que la evolución económica ha sido menor de la que habían previsto y que estarán pendientes de la evolución de los datos económicos reunión a reunión para tomar las siguientes decisiones de política monetaria.
Lagarde reiteró que el camino de las tasas no está predeterminado, que irán decidiéndolo “reunión a reunión” y que no dependerá de un solo dato, sino de una batería de indicadores. “No nos comprometemos a seguir ningún camino”, sostuvo.
Inflación a la baja
Entre los analistas internacionales, habría cierta expectativa respecto a si el comunicado del BCE modificaría o no una frase, que finalmente se mantuvo sin cambios: “El Consejo de Gobierno está decidido a garantizar que la inflación vuelva a su objetivo de mediano plazo del 2% en el momento oportuno. Mantendrá las tasas de interés oficiales suficientemente restrictivas durante el tiempo que sea necesario para lograr este objetivo. El Consejo de Gobierno seguirá aplicando un enfoque basado en los datos y reunión por reunión para determinar el nivel y la duración adecuados de la restricción».
«La decisión de reducir la tasa de interés de la facilidad de depósito se basa en su evaluación actualizada de las perspectivas de inflación, la dinámica de la inflación subyacente y la solidez de la transmisión de la política monetaria. La información reciente sobre la inflación muestra que el proceso desinflacionario avanza por buen camino. Las perspectivas de inflación también se ven afectadas por las recientes sorpresas a la baja en los indicadores de actividad económica. Mientras tanto, las condiciones de financiación siguen siendo restrictivas», agrega el comunicado.