El presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) aseveró en la asamblea anual de la institución que América Latina tiene potencial para compensar el “efecto dominó” que se ha dado en los mercados internacionales de materias primas.
Primero con los productos manufacturados en China -a consecuencia de la pandemia-, y ahora con los productos básicos provenientes de Rusia, ha quedado en evidencia que la interdependencia puede llegar a ser peligrosa si se afectan las cadenas de suministro.
«No solo deberíamos trabajar juntos para mitigar los efectos económicos en la región, sino que creo que América Latina y el Caribe pueden desempeñar, y desempeñarán, un papel importante en la compensación de los impactos de los productos básicos para todo el mundo», afirmó Mauricio Claver-Carone, presidente del BID, tras apuntar al impacto inflacionario que ha alcanzado a Estados Unidos.
Por supuesto, no quedaron fuera de la reunión el tema medioambiental y los productos rusos que importa la región.
Por esta línea, Claver-Carone recordó que “Brasil y otros países” mantienen una gran dependencia con Rusia por su producción de fertilizantes, y concluyó que si se resuelve esta problemática, Latinoamérica y el Caribe podrían convertirse en una opción en productos básicos como maíz y trigo.
«Creo, francamente, que ya sea Estados Unidos o cualquier país de Europa estaría mejor importando trigo, maíz y otros productos alimenticios de Latinoamérica y el Caribe que de Rusia”, añadió el presidente del BID.
También puso sobre la mesa las “crecientes complejidades geoeconómicas y geopolíticas” en Haití y Venezuela, que continúan siendo un “foco prioritario” para el BID.
La reunión concluyó con una hoja de ruta para una serie de reformas institucionales y una propuesta para un aumento de capital para BID Invest (ventanilla del BID para el sector privado), según informó Claver-Carone a periodistas.
Los detalles de la misma serán presentados al directorio ejecutivo del BID en una asamblea en setiembre de este año.