En el marco de una conferencia organizada por Cepal, el académico José Antonio Ocampo afirmó que el sistema financiero internacional debe implementar reformas profundas, con base en una nueva arquitectura que involucre a diversos niveles de gobierno. Estas transformaciones deben incluir -según el experto- a la banca multilateral de desarrollo, al sistema monetario internacional, la reestructuración de deudas soberanas, entre otros asuntos institucionales críticos.
Ocampo, ex secretario ejecutivo de Cepal y actualmente profesor de la Escuela de Asuntos Internacionales y Públicos de la Universidad de Columbia, instó en su disertación a implementar reformas profundas al sistema financiero internacional, con base en una nueva arquitectura cimentada en redes de instituciones mundiales, regionales y subregionales.
Durante la conferencia titulada “Reformas al sistema financiero internacional”, abordó cuatro temas fundamentales para implementar estas transformaciones: la banca multilateral de desarrollo, el sistema monetario internacional, la reestructuración de deudas soberanas y asuntos institucionales críticos.
En relación con la banca multilateral de desarrollo, destacó las ventajas de un sistema denso en el cual, junto a las instituciones mundiales, existan más instituciones regionales e incluso subregionales. “Este sistema está muy bien desarrollado en el ámbito de los bancos multilaterales de desarrollo, pero no en el sistema monetario internacional”, sostuvo Ocampo.
Destacó que el Banco Mundial ha sido fundamental en coyunturas críticas, como la de 2007-2010, pero los bancos regionales tradicionales han crecido más dinámicamente, como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y CAF-Banco de Desarrollo de América Latina, que han sido los principales aportantes de financiamiento para América Latina y el Caribe.
“La banca de desarrollo debe seguirse expandiendo para ofrecer tanto soluciones estructurales como contracíclicas. Es esencial continuar con el financiamiento al sector público y ampliar el apoyo a la provisión de bienes públicos internacionales”, afirmó.
Reservas, deudas y asuntos críticos
En relación al sistema monetario internacional, Ocampo subrayó que, con toda la volatilidad financiera internacional, uno de los efectos más claros es que los países en desarrollo han tenido que acumular muchas más reservas internacionales que antes. En ese sentido, precisó que, entre las posibles reformas al sistema mundial de reservas, se debe trabajar en un sistema más activo de múltiples monedas y dar un papel más dinámico a los derechos especiales de giro (DEG).
Respecto a la reestructuración de deudas soberanas, puntualizó que los mecanismos existentes de renegociación de pasivos no proporcionan un alivio adecuado y oportuno, y no tratan a los deudores y acreedores con reglas uniformes. Advirtió que los problemas crecientes de endeudamiento público se agudizaron con la pandemia del covid-19 y continúan siendo muy severos. Por ello, resaltó la necesidad de un nuevo mecanismo ad hoc, de uso voluntario, que tenga en cuenta las diferencias entre países y podría ser apoyado por bancos multilaterales de desarrollo.
En cuanto a lo que denominó como “asuntos institucionales críticos”, Ocampo subrayó la importancia de implementar tres tareas básicas: continuar las reformas de los organismos de Bretton Woods, ampliando la voz y participación de los países en desarrollo en los procesos decisorios; en materia económica, evolucionar hacia un organismo más representativo en la cúpula del sistema de cooperación económica internacional; y construir una arquitectura más densa, de varios niveles, especialmente instituciones regionales fuertes.