En un contexto latinoamericano donde el bajo crecimiento impacta negativamente en el mercado laboral y se augura una nueva suba del desempleo regional, en Uruguay la desocupación cortó en agosto su racha de cuatro descensos consecutivos, aunque se mantuvo relativamente estable. Sin embargo, esa estabilidad se explica por un menor número de personas que se volcó al mercado laboral en busca de un trabajo, ya que el empleo registró una importante caída.
La tasa de desempleo en Uruguay se mantuvo prácticamente estable durante agosto, pero ello se debió fundamentalmente a que un menor número de personas se volcó al mercado en busca de un trabajo, ya que el empleo registró una fuerte caída, según surge de los datos divulgados ayer jueves por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
En concreto, el desempleo para el total del país se ubicó en 7,8%, dos décimas de punto porcentual (p.p.) por encima del registro de julio (7,6%) y una décima por encima de agosto de 2016 (7,7%). A nivel regional, se observaron dos tendencias opuestas: por un lado un aumento del desempleo en el interior del país, que pasó del 7,3% en julio al 8,2% en agosto, y del otro una caída de la desocupación en Montevideo que pasó de 8% en julio a 7,3% en agosto.
Como se indicó, la relativa estabilidad que mostró el desempleo en agosto tiene su explicación en la caída de igual magnitud registradas entre la Tasa de Actividad y la Tasa de Empleo, que generaron un efecto de compensación entre ambas.
La Tasa de Actividad (que mide la proporción de personas en edad de trabajar que tienen un trabajo o lo buscaron) se ubicó en 61,6%, lo que implica una fuerte caída mensual de 1,5 p.p. respecto a julio (63,1%), y de 1,1 p.p. respecto a agosto de 2016 (62,7%). En tanto, la Tasa de Empleo (que mide la proporción de la población económicamente activa que efectivamente trabajó en el período) se ubicó en 56,8% en agosto, lo que implica un descenso de 1,5 p.p. respecto a julio (58,3%) y de 1,1 p.p. con el calculado para similar período de 2016 (57,9%).
Cabe recordar que la tasa de desempleo mide la proporción de personas en edad de trabajar que no tienen trabajo pese a que lo buscaron en el período. En ese sentido, al caer la tasa de actividad (menos gente buscando trabajo) se compensó la caída en el empleo (pérdida de puestos de trabajo).
El informe del INE también analiza las condiciones de empleo de la población ocupada. En agosto el no registro a la seguridad social alcanzó al 24,8% de la población, es decir prácticamente una de cada cuatro personas “trabaja en negro”. Ello implica un leve aumento respecto al 24,3% que se registró en el mes de julio. Por su parte, el Subempleo (trabajar menos de 40 horas semanales y querer hacerlo más) se ubicó en 8,7%, igual registro que en julio. En ese sentido, el Empleo sin Restricciones se ubicó el 72,6% de los trabajadores.
Informe regional
En otro orden, la Cepal y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) divulgaron ayer jueves un nuevo informe conjunto donde se analizan los impactos del bajo crecimiento económico de América Latina y el Caribe sobre el mercado laboral. En ese sentido, se estima que la tibia recuperación de la actividad de la región en los últimos años seguirá afectando el desempeño de los mercados laborales este año. Los organismos estiman que el desempleo urbano cierre 2017 en 9,4% en promedio, lo que implicaría un aumento de medio punto porcentual respecto al 8,9% registrado en 2016.
En el documento se analiza el comportamiento del mercado de trabajo en la región en la primera mitad del año y las características de la transición de los jóvenes del sistema educativo al mercado laboral.
En el primer semestre los organismos evidenciaron dos tendencias: por un lado se mantuvo el deterioro de algunos indicadores laborales, como las tasas de ocupación y desempleo, pero del otro, se constató un menor ritmo de este deterioro, lo que podría indicar “la luz al final del túnel”.
La tasa de empleo urbana cayó 0,3 p.p. en la región mientras que el desempleo aumentó 0,9 puntos en términos interanuales durante el primer semestre de 2017.
En particular, se hizo mención al “débil desempeño del mercado laboral brasileño”, aunque se avizora una “leve” recuperación económica del país y en esa línea de su empleo. En los otros países de la región, el desempeño de los mercados laborales ha sido más favorable en general, especialmente en América Central.
La Cepal y la OIT también advierten del impacto de la debilidad del mercado laboral sobre la calidad del empleo. “En seis de ocho países con información disponible, la creación de empleo por cuenta propia fue más dinámica que la creación de empleo asalariado durante el primer semestre de 2017. También se constata un estancamiento de la creación de empleo registrado en varios países de América del Sur (Argentina, Chile, Perú, Uruguay), mientras que en América Central y México, esta variable mostró mayor dinamismo. Finalmente, los salarios reales del empleo formal aumentaron en seis países (Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Nicaragua y Uruguay), mientras que disminuyeron en dos (México y Perú)”, detalla el comunicado publicado.
Con respecto a los jóvenes, “se comprueba que las trayectorias de transición al mercado laboral en la región son, en general, bastante más largas que en los países desarrollados”.
“En este fenómeno influye en gran medida el comportamiento de las mujeres, quienes desempeñan todavía un papel fundamental en las actividades de cuidado y del hogar”, indicaron Alicia Bárcena, secretaria Ejecutiva de Cepal, y José Manuel Salazar, director Regional de OIT en el prólogo de la publicación.
También se analizan las medidas que se han implementado en la región para fomentar una mejor transición entre la educación y el trabajo e incrementar la empleabilidad de los jóvenes, destacando que “estos programas encuentran impactos positivos tanto en la empleabilidad como en los salarios, principalmente para los grupos más vulnerables”.
