La amplia mayoría de los ejecutivos empresariales espera que la crisis sanitaria tenga un impacto negativo significativo sobre su nivel de actividad, pero también se aguarda que este escenario sea “relativamente transitorio”. Eso se refleja además en la mejora de la percepción sobre el panorama económico general y del clima de negocios del país. De todas formas, se observó un incremento en la reticencia de las empresas a empresas a contratar trabajadores.
Un impacto fuerte pero transitorio es que lo que esperan los ejecutivos empresariales relevados en la “Encuesta de Expectativas Empresariales”, elaborada por la consultora económico-financiera Exante.
Los primeros indicadores parciales de actividad en nuestro país comienzan a dar cuenta de la severidad de los impactos que la emergencia sanitaria está teniendo sobre el nivel de actividad. En ese sentido, no sorprende que la amplia mayoría de los ejecutivos consultados en el sondeo evalúe que sus empresas se verán negativamente afectadas por esta coyuntura adversa. Nueve de cada diez ejecutivos cree que los impactos de la crisis serán significativos, un 63% de los consultados cree que los impactos serán “muy significativos”, mientras que un 28% entiende que serán “algo significativos”; tan solo un 9% de los ejecutivos cree que el impacto será poco.
Sin embargo, consultados por la duración de los efectos negativos de la crisis sanitaria sobre sus empresas, la amplia mayoría (un 67%), cree que durará menos de un semestre, y tan solo un 7% estima que se prolongará más allá de un año. En concreto, un 20% de los consultados cree que el impacto durará hasta tres meses, 47% estima que durará entre tres y seis meses, 18% espera que se prolongue entre seis y nueve meses, un 8% entiende que lo hará entre nueve y 12 meses, y el 7% restante cree que los efectos se prolongarán más allá del año. “Consistentemente, tendieron a primar las respuestas positivas frente a las negativas en las preguntas referidas al panorama económico general y al clima de inversiones para dentro de un año”, señala el informe de Exante.
En ese sentido, también se destaca la mejora general en la evaluación del actual clima de negocios, pese a la coyuntura adversa generada por la crisis sanitaria y el súbito ingreso de la economía uruguaya en recesión. De acuerdo al sondeo, un 32% de los ejecutivos consultados considera que el clima de negocios del país es “bueno” o “muy bueno”, cuando en las tres ediciones previas de la encuesta ese porcentaje se había ubicado sistemáticamente por debajo del 15%. Según se explica, ese resultado “es consistente con que las previsiones de crecimiento económico de mediano plazo (para “dentro de tres o cuatro años”) que manejan los ejecutivos son moderadas (2,3% anual) pero mejoraron respecto a los relevamientos previos”.
También se destaca una fuerte mejora de la percepción sobre la situación económica del país a un año. La mayoría de los empresarios consultados (52%) espera que la situación económica del año próximo sea mejor, lo que contrasta con el 14% que tenía esa estimación en octubre.
Impactos sectoriales
Al distinguir los resultados de la encuesta por sectores de actividad se constatan diferencias “relevantes” en las respuestas. En particular, las empresas del sector Agroindustria y agronegocios y de la Construcción, son las que esperan menores efectos negativos de la crisis en la actividad, mientras que el sector Comercio y los Servicios serán los más afectados de esta coyuntura. En el Comercio, un 84% de los ejecutivos espera un impacto muy negativo, mientras que en Turismo esa visión la tiene un 72%.
En relación a las perspectivas de la propia empresa, se observa que un 28% de los ejecutivos que respondieron la encuesta prevé que la situación general de su empresa sea “peor” el próximo año y que un 36% aguarda un menor nivel de producción (cuando esos porcentajes se situaban en 19% y 14% en el relevamiento de octubre).
El informe de Exante también advierte que tras el Covid-19, se registró un incremento en la reticencia de las empresas a contratar trabajadores. Un 39% de los consultados aguarda operar con menores niveles de empleo dentro de un año.
También vale destacar que hubo una revisión a la baja relativamente generalizada de los planes de inversión y de las expectativas de rentabilidad para el próximo año. De hecho, los saldos netos entre respuestas de aumento y de caída en esas dimensiones resultaron en ambos casos negativos y comparables a los niveles más bajos alcanzados en la historia de la Encuesta de Expectativas Empresariales (que se habían registrado a fines de 2015 y principios de 2016, en un contexto de deterioro del marco externo y de freno en la actividad económica).
Por último, se remarca que sigue habiendo un amplio consenso entre los ejecutivos consultados respecto a que el nuevo gobierno implementará medidas de ajuste fiscal. Sin embargo, y frente al relevamiento previo (que había sido antes de las elecciones), crecieron en forma relevante las expectativas de cambios en materia de política salarial y de inserción internacional.