Aunque existe una menor proporción de respuestas positivas sobre las perspectivas económicas, los empresarios consultados siguen mostrando “una percepción excepcionalmente favorable del clima de negocios”, con un 89% que entienden que es “bueno” o “muy bueno”. La presión de los costos es el principal desafío que mencionan las empresas, seguida por la competencia creciente, la gestión de recursos humanos y la incorporación de tecnología.
La confirmación de que la economía uruguaya ingresó en recesión técnica en el segundo semestre del 2023, y el surgimiento de nuevos frentes de preocupación al inicio de este 2023, llevaron a un leve deterioro de las perspectivas del sector empresarial, de acuerdo a la Encuesta de Expectativas Empresariales elaborada por la consultora Exante.
El relevamiento, que recoge la percepción de 301 gerentes y altos ejecutivos de empresas grandes y medianas que operan en Uruguay, evidencia una menor proporción de respuestas positivas respecto a las perspectivas económicas para el año próximo. No obstante, se observa una predominancia de los juicios neutros, y son “relativamente pocos” los que esperan un deterioro. Un 35% espera una mejora, un 46% espera que la situación se mantenga y un 19% prevé que estará peor.
No obstante, el informe destaca que el saldo neto de respuestas positivas versus negativas en relación a la situación económica y también respecto al clima de inversiones sigue siendo notoriamente más favorable que el que había previo a la pandemia (luego de un período de varios años de estancamiento económico).
Además, el relevamiento volvió a reflejar “una percepción excepcionalmente favorable del clima de negocios”. Un 89% de los ejecutivos consultados lo califican de “bueno” o “muy bueno” (máximo para la historia de esta encuesta), y el 11% restante lo califica como “regular”. En cuanto a los aspectos más positivos del clima de negocios, los encuestados mencionan términos como “estabilidad”, “estabilidad política”, “seguridad jurídica”, “reglas claras”, entre otros. Entre los elementos más negativos del clima de negocios, destacan “tamaño del mercado”, “atraso cambiario”, “costos altos”, “conflictividad,” “burocracia”, entre otros.
Empresa propia
Por otra parte, la proporción de ejecutivos que considera que la situación de su empresa es mejor que hace un año bajó levemente, pero al quedar en 47% igual se mantuvo alta para la historia de esta encuesta.
A su vez, la visión respecto al desempeño futuro no se modificó y las respuestas favorables se mantuvieron en el eje de 50% (solo 7% entiende que a su empresa le irá “peor” el próximo año). Consultados acerca de cómo creen que evolucionarán la producción e inversión de sus empresas en los próximos 12 meses, más de un 50% de los ejecutivos indicó que aguarda un aumento, lo cual pauta una visión menos optimista que la de encuestas previas, pero notoriamente más positiva que la que se observaba en 2019 (antes de la pandemia). Sin embargo, se advierte que el porcentaje de empresarios que esperan un aumento de la rentabilidad el próximo año bajó a 35%, aunque el saldo neto de respuestas sigue siendo positivo (18%).
En materia de empleo, consistentemente con los relevamientos de los últimos años, predomina una visión cauta respecto a las decisiones de contratación, con cerca de un 30% de los ejecutivos indicando que esperan emplear más trabajadores el próximo año. El salario real elevado figura como el principal elemento que, a juicio de los empresarios, condiciona el incremento del empleo. De todos modos, el saldo neto de respuestas “aumentará” vs. “disminuirá” en referencia al empleo en la propia empresa prácticamente no varió y se mantiene positivo.
Al preguntar por los principales desafíos que enfrentan las empresas, el aspecto más señalado fue la presión de costos (con más de un 60% de menciones), consistente con la situación de baja competitividad y escaso crecimiento que tiene la economía. A ese factor le siguieron, con distancia, la competencia creciente, la gestión de recursos humanos y la incorporación de tecnología.
Por último, respecto a la evaluación de la gestión del gobierno de Lacalle Pou, sigue siendo sumamente favorable: 78% la aprueba y solo 3% la desaprueba. El balance es favorable en casi todas las áreas de gestión, con un aumento apreciable en los juicios positivos referidos al manejo del desempleo y la inflación. Los dos frentes en los que hubo un deterioro fueron la inserción externa (donde el balance igual es positivo) y la competitividad internacional (que pasó a ser una de las dimensiones peor evaluadas y con un saldo negativo).
Dólar y competitividad
A la luz de la dinámica que ha tenido el dólar en Uruguay en los últimos meses, los empresarios consultados revisaron a la baja el tipo de cambio esperado para un horizonte de un año, hacia $ 42 en promedio (y con aproximadamente un cuarto de los consultados situándolo por debajo de $ 41). Consistentemente, se incrementaron las menciones relativas a la competitividad y los costos en dólares entre los elementos negativos del clima de negocios, al tiempo que la gestión del gobierno en relación a la competitividad pasó a ser uno de los aspectos peor evaluados.
La mitad de los consultados estima que la inflación cerrará este año entre 7% y 8%, mientras que para 2024 hay algo más de un 45% de ejecutivos que espera una inflación menor al 7%. Se destaca que en un horizonte de mediano plazo ya no es tan minoritaria la proporción que opina que la inflación se ubicará dentro del rango meta (32%, frente a 18% en el relevamiento de octubre).