El endurecimiento de la política monetaria de la Fed podría limitar las inversiones de cartera en los mercados emergentes, según estima un estudio elaborado por el Fondo Monetario Internacional (FMI). Ello podría dificultar el financiamiento de sus déficits y la refinanciación de su deuda conforme vaya venciendo.
Por Robin Koepke (*)
Un interrogante clave que enfrentan los inversionistas mundiales hoy en día es el impacto que tendrá el proceso de normalización de la política monetaria de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) en los flujos de capitales a los mercados emergentes. Las estimaciones del nuevo modelo del FMI indican que la normalización -aumento de la tasa de política monetaria y repliegue del balance- tenderá a reducir las entradas de inversiones de cartera en alrededor de US$ 70.000 millones en los próximos dos años, frente a un promedio de entradas anuales de US$ 240.000 millones desde 2010.
El proceso iniciado en octubre de reducción del balance de la Reserva Federal valuado en US$ 4,5 billones es el factor que más ha incidido en los flujos de inversión de cartera (definidos como compra de acciones y bonos de mercados emergentes por parte de inversionistas extranjeros). Ante una menor disponibilidad de capital extranjero, las economías de mercados emergentes podrían tener más dificultades para financiar sus déficits y refinanciar su deuda conforme esta vaya venciendo. Es por ello que la Fed debería proceder de manera gradual y comunicar sus planes con claridad.
Impulso y freno
En el último Informe sobre la estabilidad financiera mundial (informe GFSR, por sus siglas en inglés) del FMI se observa que la política de expansión monetaria a gran escala ha sido responsable de gran parte de los flujos de inversión de cartera que han recibido las economías de mercados emergentes desde la crisis financiera mundial. En particular, se estima que desde 2010 alrededor de US$ 260.000 millones de las entradas de inversiones de cartera obedecieron al “impulso” de la política monetaria no convencional aplicada por la Reserva Federal, y no a factores de “atracción” de las economías locales. Las estimaciones se basan en un modelo econométrico adaptado de un estudio de 2014. Se estima que las compras a gran escala que realizó la Fed y que redujeron las tasas a largo plazo en Estados Unidos son responsables de US$ 170.000 millones de esa cifra total, ya que los inversionistas debieron equilibrar sus carteras invirtiendo en activos de mercados emergentes de mayor rendimiento. Los otros US$ 90.000 millones respondieron a los movimientos a la baja en las expectativas de mercado acerca de las futuras tasas de política monetaria de la Fed.
“La normalización -aumento de la tasa de política monetaria y repliegue del balance- tenderá a reducir las entradas de inversiones de cartera”
Según nuestro modelo, la política monetaria de la Fed continuará repercutiendo en los flujos de inversión de cartera. Estimamos que la reducción del tamaño del balance de la Fed recortará estos flujos en US$ 55.000 millones en los próximos dos años. Si las tasas de interés a corto plazo subieran como lo pronostica el FMI, estos flujos se reducirían en otros US$ 15.000 millones. Nuestras estimaciones suponen que la tasa de política monetaria de Estados Unidos aumentará a un poco menos de 3% hacia finales de 2019, y que el proceso de endurecimiento monetario será ordenado y no perjudicará el crecimiento de los mercados emergentes.
Normalización suave
Es crucial entonces que el proceso de normalización tenga un ritmo gradual, para garantizar que los mercados emergentes puedan adaptarse a un menor volumen de entradas de fondos. Incluso retiros limitados de capital extranjero podrían provocar considerables tensiones entre los prestatarios de mercados emergentes si dichos retiros se produjeran en un período relativamente corto. Por ejemplo, durante la “conmoción” de 2013, cuando los participantes del mercado interpretaron que la Fed daba señales de que desaceleraría el ritmo de compras de activos antes de lo previsto, se registraron salidas de capitales de los mercados emergentes por un monto de alrededor de US$ 40.000 millones en un lapso de siete semanas, debido a la fuerte depreciación de los tipos de cambio y a la caída de precios de los activos.
Estas conclusiones ponen de relieve la necesidad de que la Reserva Federal y otros bancos centrales de economías avanzadas modifiquen su política gradualmente. Para garantizar un proceso de normalización fluido, las autoridades monetarias deben presentar y comunicar adecuadamente sus planes de liquidación de sus tenencias de títulos e informar sobre posibles modificaciones de sus marcos.
(*) Economista del Departamento de Mercados Monetarios y de Capital del FMI