El Instituto Nacional de Estadística (INE) divulgó la estimación de la pobreza por el método de ingreso, correspondientes al primer semestre de 2021, que marcó descensos tanto de la pobreza como de la indigencia respecto a los datos de 2020. El director del Observatorio de Coyuntura de la Universidad Católica, el economista Javier de Haedo, dijo a CRÓNICAS que los datos reflejan “una mejoría notoria” y estimó que “es lógico que hoy la pobreza sea mayor que hace dos años, porque hoy el salario real es menor, y también lo es el empleo”. Pensando a futuro, estimó que es esperable que la situación “se revierta” a medida que la economía crezca y los salarios comiencen a recuperar lo perdido.De acuerdo al informe del INE, en la primera mitad del año la pobreza afectó al 7,4% de los hogares y al 10,2% de la población, mientras que la proporción tanto de hogares como de personas bajo la línea de indigencia se estimó en 0,2%.
El reporte del INE explica que un hogar en pobreza extrema o indigente es aquel en el que el ingreso corriente per cápita con valor locativo del hogar es inferior al valor de la Canasta Básica Alimentaria, que se ubicó en junio en $ 4.332.
Por su parte, un hogar considerado pobre es aquel cuyo ingreso corriente es menor al de la línea de pobreza (que tiene en cuenta la canasta básica de alimentos, la no alimentaria y el número de integrantes del hogar). A modo de ejemplo, en Montevideo un hogar es considerado pobre en el caso de que lo integre una persona que no alcanza los $ 15.095 de ingresos, uno de dos personas que no alcanza los $ 28.776, o uno de tres personas con ingresos inferiores a $ 40.780. En el Interior esos montos son inferiores ($ 27.180 en el caso de un hogar de tres integrantes) y en el Interior rural aún más ($ 19.057).
Desde el Gobierno se destacó que los números del primer semestre del año marcan una importante caída de la pobreza. La pobreza de los hogares cayó de 8,1% a 7,4%, mientras que a nivel de personas hubo una caída de 1,4 puntos porcentuales respecto al promedio de 2020 (11,6%). El subsecretario de Economía, Alejandro Irastorza, explicó que esa reducción “implica que hay aproximadamente 50 mil personas menos que el año pasado por debajo de la línea de pobreza”.
Por su parte, las cifras de indigencia fueron la mitad del registro de 2020 y se ubica “en los mismo niveles que en 2019, es decir, antes de la pandemia”.
Irastorza dijo que estas cifras se adicionan a los indicadores positivos de empleo, de actividad, de confianza de los consumidores y empresarios, y de la comunidad internacional.
“Todos estos indicadores no son casualidad, son el resultado del trabajo de un Gobierno que tiene un rumbo claro, que aun con la pandemia tenía un horizonte definido de dónde y hacia dónde ir”, sostuvo el subsecretario, destacando que la Rendición de Cuentas, recientemente aprobada en el Parlamento, tiene un fuerte foco social. “Vamos a seguir trabajando, los resultados muestran que vamos por el buen camino, y que hay confianza en la conducción económica”, subrayó el jerarca.
“Mejoría notoria”
El Observatorio de Coyuntura de la Universidad Católica analizó, en su Monitor de Coyuntura semanal, los datos de pobreza difundidos por el INE, donde a través de una mirada más larga destaca que “la pobreza (según ingresos) interrumpió en el primer semestre la tendencia creciente que se había iniciado después que en 2017 alcanzara el valor mínimo en décadas (7,9% de las personas)”. En tal sentido, se recuerda que inicialmente el crecimiento de la pobreza se debió al estancamiento de la economía, pero el año pasado el fuerte aumento “tuvo una estrecha relación con la crisis de la pandemia”.
El director del Observatorio, el economista Javier de Haedo, dijo a CRÓNICAS que los datos reflejan “una mejoría notoria”, que era esperable tras el pico que generó el cierre de actividades al inicio del año pasado, y por la mejora de los indicadores de empleo.
“El pico (de pobreza) fue el año pasado, en el primer semestre, cuando se cerró todo, aún cuando la pandemia no fue tan grave como un año después. Ahí, mucha gente perdió ingreso. En el segundo semestre (de 2020) ya hubo una mejoría y en el primer semestre de este año hubo una nueva mejoría, pese a que en la primera mitad del año fue el pico de la pandemia sanitariamente”, detalló el economista.
En su opinión, es lógico que hoy la pobreza sea mayor que hace dos años, porque el salario real es menor, y también lo es el empleo. “Entre las distintas fuentes de ingreso en un hogar, los salariales son los más importantes, entonces, hoy tenés menos gente percibiendo ingresos y percibiendo ingresos más bajos”.
En ese sentido, estimo que es esperable que la situación se revierta. “En la medida que la economía se espera que crezca en los próximos semestres, y que a su vez está el compromiso del gobierno por recuperar los salarios perdidos, los ingresos de los hogares deberían estar subiendo y debería mantenerse esa tendencia de menores personas bajo la línea de pobreza”, subrayó.
ENCASTRE: “La pobreza (según ingresos) interrumpió en el primer semestre la tendencia creciente que se había iniciado después que en 2017 alcanzara el valor mínimo en décadas (7,9% de las personas)”, destaca el Monitor de Coyuntura de la Universidad Católica.
El dinero no es todo
Si bien los indicadores del INE rara vez son puestos en cuestión, y cuando ello ocurre, la mayor parte del sistema político y académico sale a defender la calidad de sus estadísticas, a veces puede suceder que un Gobierno incida con medidas puntuales y direccionadas en la evolución de un determinado indicador.
Consultado al respecto, de Haedo comentó que “por supuesto” puede que haya sucedido eso con las partidas y subsidios otorgados por el Gobierno, ya que “son ingresos que se suman y pueden incidir para que haya gente que salga de la línea de pobreza”. No obstante, destacó que justamente “esas medidas lo que buscan es que la gente esté mejor, y eso puede hacer que salgan de abajo de la línea de pobreza”.
Considerando estos aspectos, estimó que lo más relevante quizás para medir la pobreza sea la utilización de “métodos alternativos al de ingresos”, y que incluye factores mutidimensionales. En ese sentido, destacó un trabajo del instituto Ceres que para 2019 situaban a la “pobreza total” en el 14,7% de las personas; eso al sumar a los pobres por ingreso, los pobres “por carencias socioeconómicas” (5,9% de las personas).
Respecto a este tema, destacó la intención del INE de comenzar a elaborar indicadores de pobreza que incluyan este tipo de medición multidimensional.