Es “vital” que Uruguay analice los costos y beneficios en un debate sobre TLC, según Munyo

Mercosur > Si cerrara un TLC con una economía desarrollada, Uruguay sería el principal beneficiado

El director del Centro de Economía, Sociedad y Empresa de la Universidad de Montevideo (UM), Ignacio Munyo, señaló que está “convencido” que los beneficios son mayores que los costos en un TLC. Además, se centró en la necesidad de Uruguay de avanzar hacia “una mayor inserción internacional”.

Durante un evento de la Escuela de Negocios de la Universidad de Montevideo (IEEM) Ignacio Munyo, director de ese centro, disertó sobre la apertura comercial del Uruguay. Particularmente, realizó un análisis costo-beneficio para evaluar cómo debe enfrentarse el país al dilema de la inserción internacional.

Según el economista, esta problemática le supone a Uruguay una gran barrera a nivel productivo: se sitúa segunda en materia de trabas a la productividad del país, solo por debajo de la regulación laboral.

Bajo esta premisa, Munyo se dispuso a hacer un análisis del contexto actual de la inserción internacional de Uruguay, para luego entrar en detalles sobre los costos y beneficios de ella.

De esta manera, comparó al Mercosur con un “barco que se hunde” en la disputa por el acuerdo entre este organismo y la Unión Europea (UE). Así, indicó que eventualmente se concretará un acuerdo entre ambos, pero que es “imposible” que deje “a todo el mundo contento” y que “no moverá la aguja”. “El milagro es que sea considerablemente beneficioso para los intereses del país”, agregó.

Del total de exportaciones uruguayas, tan solo un 31% de ellas se realizan en el marco de algún acuerdo comercial, enunció Munyo. El economista comparó esta situación con Chile, país con un 96% de sus exportaciones dadas al amparo de TLCs. Esta situación obliga a Uruguay a pagar alrededor de US$ 250 millones al año en aranceles, desperdigados en mercados alrededor del mundo –China, UE, Estados Unidos (EEUU), entre otros-.

En este sentido, analizó la actitud del gobierno respecto a cerrar un acuerdo comercial con China, principal exportador de Uruguay, y planteó los principales beneficios de hacerlo.

En primer lugar, ingresar a China sin la existencia de aranceles le ofrecería a Uruguay grandes oportunidades para exportar carne, soja y lácteos – que representan un 35% de las exportaciones totales-. Además, se abren las puertas para que ingresen no sólo productos de mejor calidad, sino de mayor valor agregado. “Una cosa es venderle soja para consumo animal y otra es soja para consumo humano; una cosa es venderle leche y otra es venderle productos lácteos”, explicó.

Esto tiene una mayor relevancia cuando se tiene en cuenta que el país asiático está creciendo la mitad de su Producto Interno Bruto (PIB), pero aumentando su producción y puestos de trabajo. Esto le daría a los productos uruguayos una mejor posibilidad de inserción.

Costos

A continuación, enumeró los costos de “meterse en una agenda” de  TLC de manera general –no específicamente con China-, así como también de una mayor inserción internacional.

Primero, la existencia de mercados “estratégicos” que Uruguay quiere defender que “chocan” con algunas de las cláusulas que se establecen en los acuerdos de TLC, un costo “discutible” según Munyo. En este sentido, consideró la potencial desregulación de mercados internos considerados críticos en la “estrategia de desarrollo” que se considera más adecuada para el país, así como también la imposibilidad de regular los mercados que se desarrollarán en el futuro.

Segundo, lo relativo a las compras públicas, también un costo discutible de acuerdo con el economista. Según elaboró, preocupa “a quienes están en contra de un TLC” la exigencia de trato igualitario a los proveedores externos en compras públicas. Ejemplificar con un ejemplo concreto: casi en simultáneo cuando ingresó el proyecto de TLC con Chile al Parlamento en 2017, se presentó un proyecto de ley destinado a la promoción de las empresas autogestionadas a través de las compras públicas. Este proyecto establece, básicamente, subsidiar a “las empresas de economía social y solidaria”, según expuso el economista. Sin embargo, cálculos del propio gobierno indican que los costos de las compras del Estado podrían subir alrededor de un 5% si se aprobara ese proyecto de ley.

Tercero, respecto a los sectores que compiten con importados. Remarcó la existencia de un problema, la existencia de personas empleadas en los sectores industriales que están protegidos por tarifas a las importaciones. No obstante, el economista estimó que alrededor de un 70% de estos puestos de trabajo –sectores que compiten con los importados de los grandes socios comerciales de Uruguay- serán fácilmente automatizables en los próximos años, “con o sin TLC”, afirmó Munyo.

Cuarto y último, el problema existente en el rubro de patentes: el uso generalizado de los genéricos, que representan el 90% del consumo de productos farmacéuticos en Uruguay. En este sentido, de acuerdo con el economista, “los tratados de libre comercio, en general, tienen estipulaciones de adherir al país al Tratado de Cooperación de Patentes”. Esto podría significar un “costo real” para Uruguay, según Munyo, ya que la industria farmacéutica representa un 5% del producto industrial del país y genera alrededor de 6.000 puestos de trabajo.

Beneficios

Por otro lado, un beneficio principal para una apertura comercial de Uruguay es que esta genera crecimiento en la actividad económica del país, según explicó el economista. Basándose en un estudio internacional, desarrolló esta idea, justificando que un aumento de un punto porcentual en la apertura comercial de un país equivale a un crecimiento en dos puntos porcentuales del PIB per cápita. “La gente tiene un mejor nivel de vida cuando las economías se van abriendo”, indicó.

Entrando más en detalle, Munyo analizó cuáles serían las posibilidades de que el Mercosur firme acuerdos con las economías grandes del mundo; si esto efectivamente se diera, el más beneficiado del bloque económico de América del Sur sería Uruguay.

Por otro lado, si Uruguay abandonara el Mercosur, habría dos posibles resultados: Tener que pagar el Arancel Externo Común de la región, lo que redundaría en una situación peor, y la de firmar un TLC bilateral con economías desarrolladas –Estados Unidos, China, UE, Corea o Japón como ejemplos-, que implica que “estaríamos mejor”. “Solo con un TLC con EEUU alcanzaría para compensar los costos de salida del Mercosur”, indicó el experto.

A modo de conclusión, Munyo dijo estar “convencido” que son más altos los beneficios que los costos a la hora de analizar la inserción internacional de Uruguay, algo que tildó como “vital” para el país. Asimismo, recalcó la necesidad de “avanzar hacia una mayor inserción internacional”, atendiendo en el proceso a los sectores “potencialmente perjudicados”.