“Esta crisis tiene muy poca similitud con la de 2002”

BBVA Research > Cambio en matriz energética redujo dependencia al petróleo

El área de análisis económico del BBVA, evaluó que Uruguay logró reducir fuertemente su dependencia de Argentina y Brasil, lo que le ha permitido un cierto desacople de la región. Se destaca la diversificación de mercados, el cambio de la matriz energética, la menor exposición a los depósitos de no residentes y la gestión de la deuda pública. Sin embargo, advirtieron que el sector servicios sigue siendo sumamente dependiente del turismo argentino y se espera una caída derivada de un menor número de visitantes y un menor gasto.

Por Ricardo Delgado | @ricardo_dl

Al ver los serios problemas económicos por los que atraviesa Argentina, es imposible no recordar la crisis que por estas tierras azotó al comienzo del 2000. Sin embargo, la situación actual tiene marcadas diferencia respecto a la coyuntura que se debió atravesar hace más de dieciséis años, según evaluaron economistas de BBVA Research, el área de análisis económico de la entidad financiera, durante la presentación del informe Situación Uruguay . En el documento, presentado a medios especializados por los economistas Gloria Sorensen, Juan Manías y Adriana Haring, se destaca que Uruguay logró reducir su dependencia de la región y en particular de Argentina, aunque también advierte que el sector turístico sigue siendo muy dependiente de los visitantes de ese país y las perspectivas en ese sentido no son buenas.

Al analizar el entorno internacional, evaluaron que la economía global parece desacelerarse, aunque no de forma abrupta. A su vez, la baja inflación de las economías desarrolladas está dejando de ser un problema lo que está permitiendo la paulatina “normalización” de la política monetaria. Si bien este proceso viene siendo  más lento en Europa que en Estados Unidos, se especula con que el Banco Central Europeo (BCE) comenzará a elevar su tasa de interés de referencia a partir de setiembre u octubre del año próximo.

Sin embargo, más allá de los datos de crecimiento actual, se advierte que los mayores problemas a nivel internacional vienen por el lado del incremento de las tensiones comerciales. Aunque los problemas de Estados Unidos con sus socios del TLCAN, México y Canadá, “se han encauzado” y las tensiones con Europa “han disminuido”, con China se está en medio de una escalada de las medidas arancelarias. Si bien hasta ahora no ha tenido un mayor impacto sobre la economía mundial, existe una gran incertidumbre sobre lo que podría pasar, y podría afectar “la confianza, el comercio y la inversión”

Los economistas de BBVA también se refirieron al empeoramiento de las perspectivas de los mercados emergentes y particularmente de América del Sur. De todas formas, advirtieron que los episodios de fuertes devaluaciones, como los ocurridos en Turquía y Argentina, no se contagiaron a todos los emergentes, sino que solo afectó a aquellos que tenían sus propias vulnerabilidades.

Respecto a Argentina, evaluaron que el endurecimiento fiscal y monetario impactará a la baja sobre la actividad económica. Por el contrario, Brasil atraviesa por una situación “diametralmente distinta”, ya que cuenta con un buen nivel de reservas –“aunque no tanto como Uruguay”- y bajo nivel de déficit. Además, señalaron que su principal fuente de financiamiento es local y depende más de la evolución de la tasa Selic que de las variaciones del tipo de cambio. Agregaron que el triunfo de Bolsonaro generó una reacción positiva del mercado, que tiene la expectativa de un gobierno abierto y más liberal. “Sin embargo, creemos que el mercado está demasiado optimista”, advirtieron. Los economistas de BBVA evaluaron que Brasil necesita llevar adelante una reforma de la seguridad social, que requiere de la aprobación del Congreso, con mayorías especiales, lo que hará difícil su aprobación. “Algún  ajuste tiene que haber si no la deuda será insostenible”, señalaron.

No te parecés

Al referirse a Uruguay, los economistas de BBVA se encargaron de remarcar que “esta crisis tiene muy poca similitud con la de 2002”. Las diferencias son tanto de la propia crisis argentina, como de la situación de Uruguay en particular. Respecto a nuestros vecinos, indicaron que la gran diferencia es que Argentina aprendió a evitar el descalce de monedas y entendió que “no puede prestar en dólares a gente que cobra en pesos”.

En cuanto al lado uruguayo, destacaron que todos los principales canales de contagio mostraron una reducción de su vulnerabilidad, salvo por el sector servicios, que sigue mostrando mucha dependencia del turismo argentino.

Detallaron que en el plano comercial se redujo la dependencia con la región, tanto con Argentina como con Brasil, y se logró diversificar los destinos a los cuales se exporta. Por otra parte, si bien los productos exportados por Uruguay están muy concentrados en carne, semilla y madera, se destaca que estos productos se pueden vender a cualquier parte del mundo, sin limitaciones.

Desde el canal financiero, se observa que la participación de los depósitos de no residentes (casi en su totalidad de argentinos) también cayó pasando de un 38,7% previo a la crisis del 2002, hasta un 10% en la actualidad.

A su vez, destacaron el manejo de la deuda pública, la que se pudo bajar desde un 85,2% del PIB en 2002 a un 65,4% al cierre de 2017. A su vez, se mejoró su perfil de vencimientos, bajó el porcentaje de deuda de tasa variable y aumentó las colocaciones a tasa fija y redujo la participación de la moneda extranjera en el pasivo.

También se destaca el cambio de la matriz energética, que permitió reducir la dependencia a la importación del petróleo y a la alta volatilidad que muestra el precio del oro negro. Explicaron que hubo “un enroque entre la generación térmica y la eólica”.

Sin embargo, en el sector servicios es donde se constata la mayor vulnerabilidad y por donde puede llegar el principal golpe para Uruguay, tanto por un menor número de turistas como por un menor gasto asociado.

Expectativas

Teniendo en cuenta el escenario actual, desde BBVA esperan que la economía uruguaya se desacelere a un 2% este año y a 1,3% en 2019, en particular debido a la caída del consumo privado, aunque también habrá una caída de las exportaciones. Explicaron que el consumo privado pierde dinamismo debido a la caída del salario real, aumento del desempleo y a la aceleración de la inflación.

Economía uruguaya se desacelerará este año al crecer un 2%, y  un 1,3% en 2019, en particular debido a la caída del consumo privado

Por su parte, la inversión privada no está repuntando y persisten interrogantes sobre su desarrollo futuro, al tiempo que no hay espacio fiscal para más inversión pública.  Respecto a este último punto, desde BBVA se refirieron a las principales limitantes a la atracción de Inversión Extranjera Directa que tiene el país, señalando que Uruguay se destaca en libertad económica pero no compensa los problemas en infraestructura, productividad, y rentabilidad. “Esto es lo que está trabando la mejora de los ratios de inversión”, señalaron. Explicaron que hay una clara diferencia con Argentina, que tiene buenas condiciones de mercado pero que a nivel institucional muestra importantes problemas. Por el contrario, Uruguay tiene una institucionalidad destacada, pero tiene problemas de mercado que lo limitan.

Respecto al resultado fiscal, se señaló que pese a la corrección en los objetivos fijados por el gobierno, esas metas  tampoco se van a alcanzar y advirtieron que a mediano plazo “es necesaria una reforma estructural en la seguridad social”. Otro inconveniente para las arcas públicas es la menor recaudación en términos reales debido a este escenario de mayor inflación y menor crecimiento.

Por último, respecto al tipo de cambio, se insistió en que la volatilidad de los últimos meses mostró “quienes habían hecho las cosas bien”, y Uruguay estuvo dentro del promedio de países que lo hicieron, al igual que Chile, Colombia, México, entre otros.